A sus 25 años, Sam Long es una de las estrellas emergentes del triatlón estadounidense y mundial, como confirma su reciente victoria en Coeur d'Alene (Idaho, EE.UU.), la segunda que consigue en una prueba IRONMAN y que se suma a la que logró en Chattanooga en 2019, donde se convirtió en el PRO estadounidense más joven en ganar un IRONMAN de distancia full. Por cierto, también es el triatleta estadounidense más joven en bajar de las 8 horas en IRONMAN y el segundo más joven de todos los tiempos a nivel mundial en romper esta barrera. Lo hizo en el IRONMAN de Florida el pasado mes de noviembre, todavía con 24 años: completó la prueba en 7h55'33" (55' en la natación; 4h07' en la bici; y 2h45' en el maratón), sólo superado por sus compatriota Chris Leiferman (7h52'44") y Matt Hanson (7h55'02").
Además de su indiscutible talento, Sam Long tiene una personalidad desbordante, excéntrica en algunos aspectos. Por ejemplo, en varias entrevistas ha confesado que en las tiradas largas de bici suele "parar en alguna estación de servicio para comprar 10 barras Snickers y una bolsa de patatas fritas. Le dedico tantas horas que se vuelve agotador comer solo geles y barritas. Me gusta parar en McDonald's porque está en todas partes".
En esta misma línea va la última publicación que ha realizado en las redes sociales y que reproducimos aquí de manera íntegra:
El gran debate sobre el peso...
¿Más ligero y delgado significa más rápido? Sí, pero solo hasta cierto punto. En definitiva, fuerte es rápido. Es cierto que tal vez estaba un poco más delgado de la cuenta en el IRONMAN de Tulsa (acabó en el puesto 13º, a más de 20 minutos del ganador Patrick Lange). Cogí 1,5 kg antes del IRONMAN Coeur d'Alene. Mi potencia en la bicicleta subió, pero también me dejó con más carga para la carrera.
Antes de subir los carbohidratos, pesaba 81 kg [Sam Long mide 1,94] la semana anterior (con los carbohidratos y la absorción de agua, supongo que pesaba 84 kg en la línea de salida). La verdad es que nunca me peso la semana de la carrera, ya que subir de peso es una buena señal, pero mentalmente estoy condicionado a pensar que eso es algo malo. Siempre he creído que los triatletas de élite que entrenan 30 horas a la semana encontrarán el peso y la alimentación ideales para el rendimiento, lo que puede significar darse un capricho a veces y comer cada vez que el cuerpo se sienta abatido...