En el palmarés de Jonathan Brownlee figuran dos medallas olímpicas: el bronce de Londres 2012 y la plata de Río 2016, además del título de campeón del mundo de 2012, entre otras muchas victorias. En 2021, Jonny volverá a luchar por estar en lo más alto del podio en los Juegos de Tokio. Mientras llega ese momento y a falta de competiciones por la crisis del coronavirus, el triatleta británico, de 30 años, sigue entrenando duro y, por tanto, cuidando mucho la nutrición, desde que arranca la jornada hasta que concluye.
"En un día muy exigente de entrenamiento, desayuno una tostada, gachas de avena con frutos rojos, plátano y miel o yogur griego; en la comida tomo una tortilla de jamón y pimienta, una ensalada y, de postre, yogur griego con muesli; de merienda como yogur griego o tostadas; y para cenar, generalmente, fajitas y ensalada o albóndigas y pasta; si la jornada ha sido larga y exigente, la termino con un crujiente de manzana y natillas. A todo esto hay que sumar una barrita energética antes de cada sesión y otra barrita de proteína después de la misma", explica en la web de William Hill el hermano menor del doble campeón olímpico Alistair Brownlee.
Cuando regresen las carreras, Jonny también retomará su ritual nutricional para afrontarlas en las mejores condiciones. "La noche antes de una competición, siempre como pollo y arroz, ya que es fácil de digerir para el estómago; en el desayuno, gachas de avena y tostadas, y una barrita dos horas antes de la prueba; luego, hasta que comience la carrera, voy bebiendo una bebida energética, pero no más de 750 ml; durante la competición, llevo un bidón de 750 ml de bebida energética y otro bidón de agua con algunos geles; después de la carrera, espero poder tomar un poco de champán en el podio, jajajajaja... lo que sí tomo es un batido de recuperación, ¡y normalmente una hamburguesa y patatas fritas como premio!", relata Jonathan, que siempre adapta la ingesta a la carga de entrenamiento.
"Cuando he estado lesionado o, por ejemplo, los viernes que es un día fácil, no tomo ningún tipo de suplemento y evito los azúcares: no tomo barritas de chocolate, ni postres, ni miel, ni yogur. Tampoco como tostadas", añade el británico, que suele entrenar 30-35 horas a la semana (10 horas de carrera, 15-20 horas de ciclismo, 7 horas de natación y 2 horas de gimnasio).
"El miércoles es mi día más largo. Me levanto a las 6:45 am y nado 6 km entre las 7:30-9:30 am; luego corro aproximadamente 14 km a las 10 am; ya a la una de la tarde, salimos a hacer la tirada larga de bici de cuatro horas, con una parada para tomar un café. Los lunes y viernes son días más fáciles, mientras que el martes es el día más intenso, con sesión dura de natación por la mañana y de carrera a pie por la noche. Los jueves tengo entreno de natación duro por la mañana, seguido de otro de bici también intenso. Los sábados toca sesión de carrera a pie dura y salida larga de bici", relata.
"Nos hicimos un estudio hace unos años. En los días más duros podemos quemar entre 6.000 y 7.000 calorías, por lo que necesitamos comer mucho, ¡lo cual es una de las ventajas de hacer triatlón!", concluye Jonny Brownlee.