"Me lo tomé como una contrarreloj individual y no me importaba dónde acabara"

Se acabó la vieja versión del Sanders que competía desbocado desde el principio. A las órdenes de Mikal Iden, el canadiense corrió en St. George con 'frialdad noruega'. Así lo explica Lionel.

Foto: Instagram Lionel Sanders / @talbotcox

Me lo tomé como una contrarreloj individual y no me importaba dónde acabara.
Me lo tomé como una contrarreloj individual y no me importaba dónde acabara.

Cinco años después, Lionel Sanders regresó al podio del Campeonato del Mundo IRONMAN. El canadiense reedito el sábado en St. George la plata que logró en Kona en 2017. Y esta vez lo hizo compitiendo de manera inteligente, de menos a más, viniendo desde atrás, remontando posiciones hasta llegar a ese segundo puesto en meta. En Hawaii, cinco temporadas atrás, fue justo al contrario. Lideró la carrera durante el segmento de bici y hasta el kilómetro 37 del maratón, cuando fue superado por Patrick Lange. 

El canadiense llegó con la lección aprendida a St. George y tuvo la serenidad suficiente para ponerla en práctica, como ya le vimos hacer en el IRONMAN 70.3 de Oceanside hace unas semanas, donde también terminó en la 2ª plaza tras un dramático sprint de foto finish con Rudy Von Berg.  

El sábado, Sanders, de 34 años, también tuvo que apretar los dientes hasta el último kilómetro para arrebarle la plata a Braden Currie, pero en esta ocasión fue él quien dejaba plantado a su rival.

La enseñanza del IRONMAN Coeur d'Alene

“Ha sido la carrera más loca en la que he participado, fue como una contrarreloj individual gigante. Y todos jugaron sus cartas lo mejor que pudieron. Enormes felicitaciones a Braden, fue una batalla increíble y algo que nunca olvidaré.

En esta carrera, mi único objetivo era ejecutar mi mejor desempeño absoluto en natación, bicicleta y carrera. Solo tenía que ejecutar mi propia carrera y, a veces, dejar ir a otros, pero comenzaron a explotar y yo empecé a remontar", explicaba Lionel después de la prueba.

Tuve que pararme y caminar en el IRONMAN Coeur d’Alene de 2021 y creo que ya llevo cinco IRONMAN seguidos sin caminar [Tri Battle, Copenhague, Chattanooga, Florida y St. George]. Es una victoria, a lo grande. Aquella caminata ha dado sus frutos hoy.

En cuanto salí del agua supe que era demasiado para mí ir con Wurf y Sam Long. Básicamente, el mantra era: ¿Esto me ayuda o me complica la vida cuando llevemos 7 horas compitiendo? Me quedé con eso".

Una contrarreloj individual

"Así que inmediatamente supe que iba a hacer una contrarreloj individual durante todo el día. Si hacía eso lo mejor que podía y permanecía dentro de mí mismo, me conformaría con cualquier posición que resultara porque creía que era la mejor manera táctica de correr", asegura el canadiense, que también tuvo claro que no podía seguir el ritmo a pie de Kristian Blummenfelt, a la postre ganador de la prueba

“El segundo puesto ha sido el mejor que podía alcanzar en St. George. Estaba justo donde tenía que estar. Me bajé de la bicicleta con Kristian y me superó por cuatro minutos y medio. No había forma de que pudiera competir con él, así que el segundo lugar es el más justo.

Para ser sincero, no tuve ningún pensamiento en toda la carrera. Lo tuve muy claro durante toda la prueba. Fue bastante agradable: fueron ocho horas seguidas de concentración".

Una experiencia horrible

"Simplemente no me importa. Una vez que has caminado, una horrible experiencia, me niego a hacerme eso a mí mismo. Tácticamente en este recorrido, para mí la decisión correcta fue una contrarreloj individual, por lo que no me importaba dónde terminara.

Quería demostrar que domino las carreras de IRONMAN, que entiendo cómo hay que correr un buen IRONMAN, y creo que lo hice lo mejor que pude”, concluye Sanders.