Dar la cara y entonar el mea culpa no le ha servido de mucho a Collin Chartier: No hay perdón para el triatleta estadounidense, suspendido tres años por dar positivo por EPO en una muestra tomada fuera de competición el pasado mes de febrero.
Además, los que hasta ahora eran sus compañeros de profesión no se conforman, ni mucho menos, con la aceptación de la culpabilidad y las excusas. Para aplacar sus sentimienos de "ira, frustración, decepción", le reclaman fervientemente dos cosas: que devuelva todo el dinero logrado con sus resultados deportivos y los patrocinios, y que delate a sus cómplices.
De momento, Chartier sólo ha cumplido con una pequeña parte de estas reivindicaciones: piensa devolver el dinero que haya recibido este año por parte de sus patrocinadores. “Espero que puedan dárselo a otro triatleta”, explica en la entrevista en el podcast How They Train, donde el triatleta estadounidense exime de cualquier tipo de responsabilidad a su entrenador, Mikal Iden, y a su compañero de entrenamientos en la preparación para el último Mundial de Kona, el canadiense Lionel Sanders.
"No quiero derribar a ninguno de los noruegos"
“No quiero implicarles de ninguna manera”, afirma refiriéndose al propio Sanders y la esposa de éste, Erin. “Con ellos fui feliz. No es una sorpresa para mí que realizara entonces mis mejores carreras. Era porque estaba en un lugar feliz”, explica Chartier, que también confiesa que hizo solo todo el proceso de dopaje.
“Fue una decisión que tomé solo. Aprendí a hacerlo yo mismo, obviamente sin éxito. Lo último que quiero hacer es derribar a las personas que más me han apoyado y ése es Mikal Iden, mi entrenador. No quiero derribar a ninguno de los noruegos. Estaba trabajando de cerca del equipo, pero no tuvieron nada que ver con el dopaje. Tengo que creer que estos muchachos están limpios y lo creo. Traté de emular la fórmula noruega: las largas y aburridas sesiones, el mismo estilo de vida… Cuanto más hacía esto, más infeliz era. No tengo ganas de volver porque los sacrificios que he hecho no creo que valgan la pena”, sentencia Chartier, 14º del ranking de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales).
"La ITA [International Testing Agency, recientemente designada por IRONMAN como gestora independiente de violaciones de las normas antidopaje] llegó a la conclusión de que estaba actuando solo. Ha realizado una investigación exhaustiva sobre si se trataba o no de una red de dopaje más grande porque están realmente interesados en ver si este es un problema endémico", concluye el triatleta estadounidense, de 29 años, que cuajó un 2022 para enmarcar con dos victorias que le lanzaron al estrellato en el mundo del triatlón: el Open USA de la PTO y el IRONMAN de Mont-Tremblant. De hecho, llegó al Mundial IRONMAN de Kona del pasado mes de octubre como favorito tras realizar la preparación con el canadiense Lionel Sanders, aunque luego acabó en el puesto 35º.