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El pasado mes de noviembre, Sebastian Kienle, uno de los triatletas más carismáticos de los últimos años, campeón del mundo IRONMAN en 2014, anunciaba que se retiraría del triatlón profesional al final de la campaña de 2023. Así, esta de 2022, suponía su penúltima temporada como PRO, y quería aprovecharla para intentar volver a conquistar el trono de Kona.
Con esa intención se presentará el próximo 8 de octubre en la línea de salida del Mundial IRONMAN, evento que regresa a Hawaii después de dos años de ausencia por la pandemia de Covid. El pasado mes de mayo, en el Mundial de St. George, el primero de la historia que se disputó fuera de Kona, Kienle acabó 14º.
Ahora que se acerca la gran cita, el triatleta alemán, de 38 años, está publicando en las redes sociales una serial histórico sobre sus actuaciones en Hawaii. En el último de estos post, Kienle rememora su única victoria en Hawaii, la que logró en 2014, tras haber sido 3º en 2013. Después, en 2016, fue subcampeón; y en 2019 sumó un bronce más.
Además, como también relata en sus particulares vivencias en Kona, en 2012 acabó 4º. Ese año llegó a acumular muchas semanas de hasta 100 kilómetros de carrera a pie, pero terminó lesionado y no pudo rendir como él esperaba.
En 2014 aprendió la lección: durante todo el año corrió menos de 30 kilómetros de media a la semana... y en octubre se proclamó campeón del mundo IRONMAN en en 8h14, por delante del estadounidense Ben Hoffman y de su compatriota Jan Frodeno. Así lo cuenta Kienle:
Hawaii 2014 es el siguiente en la SERIE KONA:
Los que dudan no ganan, los ganadores no dudan. De todas las citas motivacionales inteligentes, esta es probablemente la que más me hace reír. Muchas veces tuve y tengo dudas. 20 días antes de la carrera en 2014, estaba sentado frente a la pantalla de portátil en nuestro alojamiento de Kona, listo para reservar los vuelos de regreso a casa.
En contraste con los últimos años, tuve la peor carrera en el Campeonato Mundial 70.3 en Mont Tremblant. No pude dormir más de 3-4 horas por noche durante una semana. Mi volumen total de carrera en ese año fue inferior a 30 km (sí, kilómetros) por semana. (creo que tengo un récord aquí: hubo y probablemente nunca habrá un ganador con un volumen de carrera a pie más bajo).
No terminé algunas de nuestras sesiones clave previas a la carrera. Ya estábamos planeando el regreso para 2015. Pero pensé que sería bueno hacer ese Mundial de 2014 para aprender y estar mejor preparados para el próximo año.
Pero también había razones para tener confianza. Creo que siempre tuve la configuración de bicicleta más rápida o una de las más rápidas en Kona. Scott lanzó la nueva Plasma 5 en 2014 y, después de algunas pruebas, supimos que es increíblemente rápida. Además, Orca tenía un traje de competición nuevo y, con un golpe de suerte, en las pruebas en la pista descubrimos que la superficie de red muy áspera en las mangas era muy rápida. Creo que mi configuración fue probablemente 20-30 vatios más rápida que el promedio de los PRO en Kona.
Unos 10 días antes de la carrera llegó Tine, mi esposa. Todavía trabajaba a tiempo completo en ese entonces. No sé si eso activó el interruptor, pero las últimas sesiones de entrenamiento fueron un pequeño rayo de esperanza...
Sin ninguna expectativa entré en la carrera y pronto se convirtió en un escenario de ensueño. Me alejé del grupo después del cambio en Hawi con Maik Twelsiek. Chicos, adiós. Nunca me volvieron a ver. Solo recuerdo que mi mente estaba completamente concentrada en ese momento. Y justo en los últimos 10-15 km me desperté y me dije: Creo que realmente ganaré esto.