Patrick Lange, flamante bicampeón del mundo Ironman (2017 y 2018), aterrizó en Alemania hace unos días y está pasando por los distintos medios de comunicación germanos para hacer balance de su segunda gran victoria en Kona, con un récord histórico (7:52:39) que, según él, perdurará bastante tiempo. "Después de 40 años, hemos tenido unas condiciones perfectas, con poco viento. Por eso creo que el récord perdurará unos años", ha asegurado en una entrevista en bild.de el campeón del mundo, que también contó con la colaboración en la bici de su compatriota y compañero de equipo Andreas Dreitz.
Aunque su entrenador, Faris Al-Sultan, ha comentado que el próximo año su pupilo podría afrontar otros desafíos, como el Mundial Ironman 70.3 de Niza, Lange quiere seguir priorizando el Ironman de Hawaii. "En 2017, mi gran objetivo fue ganar el Ironman en Hawaii. Lo conseguí. Luego hubo una fase de búsqueda: '¿Por qué estoy luchando?' La barrera mágica de las 8 horas realmente me motivó. También lo he conseguido. Ahora, tengo que volver a pensar dónde quiero ir. Me motiva estar entre los grandes. Quiero ser uno de los triatletas más grandes de Hawaii", ha comentado el triatleta alemán, que ha repasado la carrera del sábado y la posterior recuperación.
"No tuve un buen día nadando, tuve que luchar duro y perdí tiempo. Me sentía inseguro. Y eso nunca es bueno en la competición. En la bicicleta me recuperé y regresó la motivación máxima. Luego, el calor fue mi mayor enemigo. Lo más doloroso fueron los pies: me hice algunas ampollas e incluso perdí una uña. No haré nada durante dos semanas. Luego volveré poco a poco a nadar y a montar en bici. Después de la carrera me he tomado algunas cervezas con alcohol. Y Julia (su prometida) me dio un mousse de chocolate. Lo había estado esperando toda la semana", ha explicado Lange.
La escena de su petición de matrimonio a su novia en la meta ha dado la vuelta al mundo: "Cuando la conocí hace un año mientras entrenaba con la bici en Mallorca, sabía que era la mujer de mi vida. Durante los últimos entrenamientos antes de Kona, fui fraguando la idea: terminar, coronarme, ponerme de rodillas... Cuando llegué al final del maratón, me acordé de repente. Si hubiera terminado segundo, no le habría hecho la gran pregunta".
