Sebastien Bellin fue uno de los más de 300 heridos que dejaron los atentados que convirtieron a Bruselas, capital de Europa, en el centro de la tragedia y la masacre el 22 de marzo de 2016. Murieron más de 30 personas. La explosión en el aeropuerto de Zaventem le hizo saltar por los aires pese a sus 115 kilos y 2.06 de altura.
La fotografía del exjugador de baloncesto y exinternacional de la selección belga, en la que se le podía ver tumbado boca arriba y perdiendo mucha sangre, dio la vuelta al mundo para mostrar la crudeza de los hechos.

"Mis 115 kilos salieron volando por el aire como si fuera una almohada de plumas", explicaba desde el hospital Sebastien, nacido en Brasil y residente en Michigan, en Estados Unidos, donde jugó en la Liga Universitaria, antes de desarrollar su carrera como profesional en Europa.

Perdió parte de una pierna, pasó cuatro meses hospitalizado y tuvo que someterse a trece cirugías. Sabía que el baloncesto había terminado para él. Estuvo varias semanas usando silla de ruedas; luego, muletas; y finalmente, después de muchos meses de dura rehabilitación, pudo comenzar a caminar. Dos años después de los terribles atentados, corrió el maratón de Bruselas. Cuando cruzó la meta, no pudo evitar emocionarse.

"La vida me dio un giro importante. Entonces, ¿qué mejor manera de superar mis desafíos que aplicarlo a una de las carreras de resistencia más duras?", comentaba entonces.
Así, Bellin, a sus 44 años, quiso dar un paso más: convertirse en IRONMAN. "Mi primer desafío fue transformar mi cuerpo de atleta explosivo en atleta de resistencia. Entreno con Luc Van Lierde, campeón de IRONMAN y uno de los grandes de todos los tiempos en este deporte. Y también es belga. Todavía tengo fragmentos de metal en mi cuerpo. No puedo correr 20 kilómetros todos los días. Hago cosas diferentes para aumentar mi resistencia", afirmaba.
"Al nacer en Brasil, además del baloncesto, me encanta el fútbol, el tenis y todo lo relacionado con los deportes. Por eso me gusta tanto el triatlón y, especialmente, el IRONMAN. Puedo usar todas mis aptitudes como atleta. Hay que correr, nadar y andar en bicicleta. Así que te despiertas un día y no solo quieres correr un maratón. Se trata de entrenar, desafiarse a sí mismo, establecer un objetivo y tener determinación para cumplirlo", añadía.
Este sábado se ha puesto en la línea de salida del Campeonato del Mundo IRONMAN de Hawaii.

Y, tras 13 horas y 5 minutos de esfuerzo, ha cumplido su sueño de ser finisher en 'la meca' del triatlón. Su cara al entrar en meta lo dice todo:

El especial abrazo de Sebastien con Chris Nikic, otro de los 'superhéroes' de Kona (el primer triatleta con síndrome de Down que compite y acaba un Mundial de IRONMAN), ya forma parte de la historia de la competición...