La Federación Internacional de Triatlón (ITU) está repasando estos días en sus redes sociales los finales más épicos de las pruebas del Mundial, aquellos que se decidieron con un espectacular sprint, por centímetros, milímetros... en algunos casos por foto finish.
Este sábado, tocaba revivir la última carrera de Londres del Mundial de 2013. Para ello, ha convocado a los dos grandes protagonistas de la misma: Javier Gómez Noya y Jonathan Brownlee, que han recordado con todo lujo de detalles lo que pasó aquel 15 de septiembre de 2013.
En el Mundial de 2013, los dos hermanos Brownlee y Javier Gómez Noya llegaban a la Gran Final de Londres con opciones de ganar el título. "Recuerdo que Alistair lideraba las Series Mundiales antes de la Final. Los tres estábamos muy cerca en la clasificación y pensé que iba a ser una batalla de tres por el título", recordaba el triatleta español.
"Todos pensaron que era una batalla entre Alistair y Javier", explicaba Jonny Brownlee. "Pero yo sabía que Alistair no iba a correr. Le dolía el gemelo y no debería haber corrido realmente. Hizo una prueba en un parque un par de días antes. Volvió muy enfadado. Todavía le dolía. Lo sentí por él, pero también sabía que era una oportunidad para ganar. El día anterior me dijo que no podría correr pero que lo intentaría. ¡El plan, pues, era ponérselo difícil a Javi!", añadía el menor de los Brownlee, que un año antes, en 2012, en el mismo escenario, había conquistado el bronce en la cita olímpica, por detrás de su hermano mayor, que ganó el oro, y del propio Gómez Noya, que se llevó la plata.
La consigna estaba clara: atacar a Noya desde el principio. Y así lo hicieron, desde el primer metro de la natación, con la ayuda de su compañero de entrenamientos, el eslovaco Richard Varga. "Es el nadador más rápido con el que he nadado. Pero nunca me gustó nadar en Londres porque la primera boya está bastante cerca (solo 200 metros). Por lo tanto, puede ser bastante complicado. Pero siempre espero que Javi nade muy bien", aclaraba Jonathan.
"No fue mi mejor natación. Acababa de regresar de los EE. UU., de Hy-Vee, y no me sentí tan bien al comienzo de la carrera", aseguraba el gallego.
En la natación no hubo diferencias entre los tres candidatos al título. Y en la bici, tampoco, a pesar de los esfuerzos de Alistair por desgastar a Gómez Noya. "Alistair lo intentó varias veces, intentando que Javi saltara a por él. También probablemente creía que aún podría correr bien si conseguía un pequeño margen. Él siempre es muy valiente. Yo me sentí bastante bien. Así que estaba listo para correr rápido. Había estado entrenando altitud en St Moritz", comentaba el menor de los Brownlee sobre la actitud de su hermano y sobre sus propias sensaciones al llegar a la segunda transición.
"Tenía confianza en mi carrera y estábamos cerca de la T2 ... No iba a quemar toda mi energía persiguiendo a Alistair", contestaba Javi.
Pero en cuanto se bajaron a correr, el mayor de los Brownlee desapareció de las primeras posiciones. "Ahí es donde me di cuenta de que Alistair estaba fuera de la carrera, por lo que las matemáticas se volvieron mucho más simples: el ganador entre Jonny y yo sería el campeón mundial", sentenciaba el español
"Supe rápidamente que esto se reducía a mí y a Javi. Respiré hondo y pensé: allá vamos", recordaba Jonny.
Los dos únicos aspirantes no tardaron en quedarse solos al frente de la prueba (Mario Mola, que acabó 3º en esta última prueba y también en el Mundial de aquel año, ya había perdido contacto) para protagonizar uno de los finales más emocionantes de la historia del triatlón... y con el Mundial en juego.
"Confiaba plenamente en mi estado de forma en esta carrera. Probablemente demasiado confiado. Pero fui tácticamente estúpido al dejar que Javi se pusiera detrás de mí. Cometí un gran error. Voy a decir por qué... Culpo a Bekele. La mañana de la carrera había visto la Great North Run. Bekele atacó desde lejos y ganó. Pensé que podía hacer lo mismo", explicaba Jonathan.
A dos kilómetros de meta, 'el Capitán' tampoco las tenía todas consigo. "En ese momento ya no me sentía tan bien. Intenté cambiar el ritmo un par de veces porque no quería un sprint, pero no podía dejar a Jonnny. Y comencé a pensar en el sprint y a analizar esos últimos cientos de metros. Recuerdo que teníamos viento en contra, por lo que el sprint se iba a hacer muy largo", afirmaba Gómez Noya.
"No revisé la parte final antes de la carrera. Ojalá lo hubiera hecho. Desde entonces, siempre analizo cómo es la llegada", decía Jonny resignado.
Así llegaron a la moqueta azul. Y lo que pasó a continuación ya es historia. Javi corrió en 29'34" y ganó su tercer Mundial (luego vendrían dos más, en 2014 y 2015). Jonny, campeón del mundo en 2012, firmó un parcial a pie de 29'36".
"Hombre, mi motor diesel necesita algo de tiempo para calentarse: Pensé: ¡No arranques tan rápido!", bromeaba Noya, que en los últimos 50 metros rebasó al menor de los Brownlee para conseguir el triunfo.
"Mi primer pensamiento fue: Alistair me va a matar... ¡Bien hecho, Javi. ¡Espero que podamos tener otro sprint así muy pronto!", comentaba Jonny.
A lo que Javi respondía: "Gracias, amigo. Siempre he dicho que habéis sido los rivales más duros que he tenido. ¡Esos años 2009-2016 fueron épicos!".