Para evitar carencias o desequilibrios, es importante seguir una alimentación variada, basada en una adecuada y equilibrada combinación de los distintos grupos de alimentos según sean las exigencias deportivas de cada uno. Las necesidades nutricionales de los triatletas varían según el nivel de dedicación y en especial según la distancia sobre la que se compita.
Asimismo, un triatleta profesional sometido a altos volúmenes e intensidades de entreno necesita suplementar determinados nutrientes; algo que no pasa en un aficionado. Los deportistas populares toman muchos productos de todo tipo. La nutrición deportiva es un gran negocio. Una curiosa investigación que encuestó a más de 1000 deportistas tanto profesionales como aficionados confirmó que más del 60% de los deportistas consumimos algún suplemento nutricional, en especial vitaminas y otras sustancias supuestamente ergogénicas. Además, en esta investigación se comprobó que las razones argumentadas para su consumo por parte de los deportistas no siempre coincidían con las indicaciones de los productos.
Esto delata una falta de información al respecto de las necesidades y utilidad real de determinadas sustancias aunque, sin lugar a dudas, las marcas y la publicidad se encargan de ensalzar sus supuestos beneficios, que en muchos casos no se cumplen.
Por ayuda nutricional ergogénica entendemos la ingesta de cualquier sustancia que pueda incrementar la capacidad de rendimiento durante el ejercicio, mejorar las adaptaciones al entrenamiento o facilitar la recuperación post-esfuerzo. Valorando las exigencias generales del triatlón con periodos de gran volumen de entrenamiento y competiciones de larga duración, determinados complementos cobran protagonismo. Pero esto requiere de nuevo puntualizar que un deportista popular no tiene las mismas necesidades nutricionales que un “pro”, aunque nos guste pensar que sí...
Respecto a los diversos suplementos y sustancias que podemos encontrar en el mercado, debemos como mínimo cuestionar lo que asegura la publicidad y, para saber si es verdad, debemos recurrir a la evidencia científica. Para ello, están disponibles en páginas oficiales los resultados obtenidos de metanálisis, donde se analizan cientos de estudios sobre determinadas sustancias para aclarar si son realmente efectivas y que sus efectos son realmente los que dicen los investigadores haber demostrado, ya que estudios los hay que demuestran un resultado y el contrario.
Si el triatleta decide recurrir a la suplementación es necesario llevar a cabo una individualización de la ingesta, del porcentaje de sus nutrientes y de las cantidades. También deberá conocer los posibles efectos adversos y tener siempre presente que las necesidades de un profesional no tienen nada que ver con las necesidades de los que somos aficionados.