[VÍDEO] Frodeno lo ha vuelto a hacer en Niza: el gesto con Sam Laidlow que demuestra su grandeza

Es una de las imágenes del Mundial de Niza, calcada a la que ya vimos en Hawaii en 2018 con Frodeno y Lange como protagonistas.

El gesto con Sam Laidlow que demuestra su grandeza
El gesto con Sam Laidlow que demuestra su grandeza

En casi todas las quinielas del Campeonato del Mundo IRONMAN masculino de Niza figuraba un nombre como gran favorito a la victoria, el que muchos consideran el mejor de todos los tiempos: Jan Frodeno.

El alemán, de 42 años, quería despedirse en lo más alto, sumando el que hubiera sido su particular póquer de triunfos en el Mundial IRONMAN (en Hawaii ganó en 2015, 2016 y 2019). Sin embargo, el campeón olímpico de 2008, un triatleta acostumbrado a sacar lo mejor de sí mismo en las grandes citas, no pudo en su 'último baile' en Niza estar cerca de los mejores. 

Llegaba a la segunda transición a casi 15 minutos del francés Sam Laidlow, a la postre campeón de la prueba, y poco después que Patrick Lange. Pero mientras Lange sacaba a relucir todo su talento en la carrera y lograba remontar hasta la segunda posición para apuntarse la plata, la imagen de 'Fodo' haciendo la transición tranquilamente lo decía todo: había llegado el momento de entregar la corona.

Otras dos lecciones de grandeza en su adiós

Y aunque lo más fácil hubiera sido abandonar sin correr el maratón, Jan Frodeno quiso dar otra lección de grandeza también en la derrota, como ya hiciera en Hawaii en 2018. Entonces, unos problemas en la espalda le impidieron pelear por el triunfo. Aun así, también decidió hacer el maratón... ¡¡andando!!

Incluso no tuvo reparo alguno, cuando se cruzó en un tramo del recorrido con el propio Lange, en animarle con todas sus fuerzas, ya que su compatriota iba camino de la victoria y de batir el que en ese momento era el récord de la carrera de Kona, como así fue.

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En Niza, igualmente, decidió cubrir el maratón hasta el final, en esta ocasión corriendo, para disfrutar de sus últimos 42 km como triatleta profesional. Fue, sin duda, el mejor homenaje para su legendaria carrera, para sus rivales y para la prueba que le ha convertido en lo que es.

Fueron 3 horas y 8 minutos, con una sonrisa de oreja a oreja, recibiendo todo el cariño y reconocimiento del público.

Además, cuando se cruzó con Laidlow, que corría en solitario en pos del título, repitió con el francés el detalle que ya tuvo con Lange en 2018. Se paró, le dio una palmada en la espalda y le gritó como si fuera un espectador más: "¡Vamos, que no viene nadie!".

El gesto con Sam Laidlow que demuestra su grandeza

Por tanto, a nadie le importó que quedara en el puesto 24º, a 42 minutos del ganador: su entrada en meta fue apoteósica, a la altura de una leyenda. Allí le esperaba Lange, para darle el abrazo que representa el agradecimiento de todo los que aman el triatlón...

"Hoy he muerto haciendo el deporte que amo. Mañana y en los próximos meses reflexionaré sobre todo lo que ha sucedido en este increíble viaje", se despedía Jan Frodeno.

Como le decía otra leyenda como Mark Allen en las horas previas:

No importa cómo termine el día para ti, has de saber que tu legado e impacto han establecido un estándar que ha ayudado a todo el deporte a crecer. Echaremos mucho de menos su presencia en futuras líneas de salida. Pero a medida que pasen los años, solo nos dará más y más tiempo para absorber y admirar lo que has hecho por todos nosotros.