Marcel Zamora: "Volveré a Embrunman cuando cumpla 45 ó 50"

Entrevistamos a Marcel Zamora, que nos cuenta cómo ha vivido su primera temporada alejado de la alta competición.

Foto: @davidacedo

Marcel Zamora: "Volveré a Embrunman cuando cumpla 45 ó 50"
Marcel Zamora: "Volveré a Embrunman cuando cumpla 45 ó 50"

En 2017, con su sexto Embrunman en el bolsillo, Marcel Zamora puso fin a su etapa como triatleta profesional, después de 15 años al más alto nivel y 25 en total compitiendo. Pero Marcel no se ha ido. En 2018 ha seguido poniéndose de vez en cuando el dorsal, como el pasado fin de semana en el maratón de Venecia, y muy ligado al triatlón, algo que espera seguir haciendo...

¿Cómo ha sido esta temporada, la del ‘nuevo’ Marcel Zamora?

Está siendo para mí una temporada súper divertida. He empezado a hacer un poco de todo. No sólo triatlón. He empezado a hacer mis pinitos en trail. He hecho tres maratones de montaña. He seguido haciendo triatlón sin hacer Ironman, pero haciendo distancia ‘half’. Al mismo tiempo, proyectos de futuro con agencias de viaje… La verdad es que disfrutando mucho, viajando mucho, tanto con las agencias como por mi cuenta por el tema de las carreras. Y me gustaría que la dinámica en esta nueva etapa de mi vida fuera así. Seguramente, cada vez competiré menos y estaré más con el tema de las agencias de viaje y también apoyando a los atletas que llevo entrenando desde hace muchos años.

¿Qué estás echando de menos de tu antigua vida como PRO a tiempo completo?

Quizá era una vida más monacal: entrenar, competir, entrenar, competir… intentar buscar el punto de forma máximo para el objetivo principal… Más que echar de menos, al revés. Creo que no echo de menos entrenar tan duro, buscar ese punto de calidad que necesita el triatleta profesional que tiene un objetivo. Ahora, sólo me planteo terminar las pruebas, disfrutarlas. Lógicamente, con el bagaje que llevo es mucho más fácil. Sigo siendo un poco el de siempre, con el mismo motor y muscularmente también, porque no he desconectado. Sí es verdad que con 40 años el cuerpo va un poco a menos. Pero no echo en falta nada de la vida de PRO. Han sido 25 años, 15 como triatleta profesional, y uno tiene que pasar página. Ya lo veía hacía tiempo. Psicológicamente estaba muy cansado, de entrenar y luchar a diario para ser el número uno y, dependiendo de qué carreras, si acababas el segundo, era como si perdiera. Así que no lo añoro. Estoy muy a gusto ahora.

¿Y qué estás pudiendo hacer ahora que antes no hacías?

Dedicar más tiempo a mi gente. Antes intentabas esquivar quedar con la familia, con los amigos, ir a eventos con patrocinadores... porque veías que te podían hacer perder ese buen estado de forma. Ahora, me apunto a muchas más cosas, voy a más eventos, voy a ver competir a mis amigos... Además, puedo practicar otros deportes como el trail. Antes no era tan compatible. Si quieres ser el número uno en un deporte, te tienes que focalizar en eso. No podía hacer casi mountain bike, remar un poco en Banyoles... No podía hacer cosas diferentes que, al final, son un poco mi estilo de vida. Ahora no veo el deporte como trabajo. También comparto entrenos con más gente porque ya no busco el entrenar tan fuerte solo. Aunque vaya con gente lenta, no pasada nada, porque lo que quiero es mantener un estado de forma bueno.

¿Comes más patatas fritas y bebes más Coca-Cola?

Sí, podría ser. Sí me he dejado llevar en el sentido de quedar más a comer con gente. O a la hora de escoger las comidas: cosas de las que antes me privaba más. Pero, en general, nunca he sido una persona súper estricta con mi dieta y me he permitido bastantes cosas. Seguramente, un mes y medio antes de una prueba de distancia Ironman sí que vigilaba mucho más. Pero tampoco quiero que mi cuerpo cambie mucho. Me gustaría seguir estando físicamente fuerte y bien y eso pasa por seguir cuidando la dieta. Sigo comiendo esas ‘marranadas’ que en teoría no son para el profesional, pero bueno, tampoco era yo el triatleta profesional más estricto que se pueda imaginar uno.

¿Continúas con un estilo de vida ‘triatlético’, es decir, entrenando a diario?

Sí, sigo. Siempre busco hacer algo relacionado con los tres deportes. Ya sea nadar en el lago, en el mar, en la piscina. Antes iba más a la piscina para controlar más los metros y los tiempos exactos. Ahora me dejo llevar por la sensación de libertad. Aprovecho cualquier viaje para nadar donde sea. Por los ‘half’ que he hecho, veo que tengo el mismo nivel que el año pasado. Al final, tengo una mochila con muchos metros hechos y esa tranquilidad psicológica de que no he perdido mucho. En la bici de carretera, algo parecido. Hago muchos menos kilómetros. Pero salgo con gente, con mi hermano, por ejemplo, que tienen buen nivel, y me dejo la piel de alguna manera. Así que no lo he dejado. Y en el día a día es lo que hago. Este año sí he hecho muchos más kilómetros a pie por montaña. Me gusta y motiva mucho. El deporte diario para mí es como el comer o el dormir. Poco a poco, con el paso de los años y si hago otras cosas a nivel profesional, lo iré dejando un poco de lado. Pero dejar de entrenar es complicado porque es tu pasión.

¿Cuántas horas le echabas antes… y cuántas le echas ahora?

Sé que menos. Pero tampoco he sido un deportista muy cuadriculado. De estos 25 años no tengo diario personal de los kilómetros que he hecho. Antes entrenaba dos veces al día, los siete días: bici y natación; o correr y natación… con tiradas más largas para Ironman. Este año no he hecho tiradas de más de 4 horas en bici. Antes nadaba 3.000 ó 4.000 y ahora nado 2.000. He bajado en horas y en volumen, pero de una manera natural. Estaba cansado de rendir y de hacer carreras tan largas. Se podría decir que hago la mitad de horas.

¿Volverás algún día a Embrunman (6 victorias) o al Ironman de Niza (5 victorias) como grupo de edad?

Yo creo que sí. No sé si a los dos o a uno de los dos. Seguramente, Embrun. Pero también me llama la atención Niza. Creo que cuando cumpla un número redondo de años: 45, o tenga 50. O la posibilidad de que vea que algún amigo tenga el nivel para que me motive entrenar con él. Porque es muy difícil ir muy rápido pero también es muy difícil ir muy lento para alguien como yo que se ha entrenado tanto. Es decir, con alguien que no me haga mucho sufrir por lo rápido que pueda ir o por lo lento que pueda ir. Pero sí acabaré volviendo porque han sido las carreras que han marcado mi trayectoria deportiva y verlas con más tranquilidad como grupo de edad seguro que me motivará para volver a disfrutar de las carreteras que tanto me han dado.

¿Ves a algún triatleta español capaz de ganar el Embrunman en los próximos años?

Yo creo que sí. He dejado un poco de huella, como en mí dejó Félix Martínez, que ganó 4 veces y por eso yo conocí Embrunman y he ganado 6. No sé si alguien vendrá detrás y podrá ganar 6. Pero una vez seguro que sí. Yo creo que el que tiene más papeletas por el bagaje que lleva y por la calidad que tiene es Gustavo Rodríguez. A nivel personal, me gustaría mucho que fuera Albert Moreno, con el que entreno muchas veces. Es una carrera que le puede ir bien y me encantaría que la ganara. Pero, bueno, necesita una adaptación a una carrera tan dura y ojalá la pueda ganar algún día y yo lo pueda ver y compartir con él.

¿Ya te has olvidado de la espinita que se te quedó clavada con Hawaii o sigue ahí?

La gente me lo dice… Quizás porque no hice un gran papel. Yo estuve en 2005, 2006 y 2007. Era muy jovencito, respecto a todo lo que ha ganado luego, la veteranía que he adquirido. Quizás debería haber vuelto con más experiencia, con una preparación específica, con lo que había mejorado en bici de crono... Lo que pasa es que una carrera que no te acaba de gustar, que no tiene mi perfil… es una carrera a la que vas un poco a contrapié. Y eso ha sido lo que me ha hecho no volver. Más que espinita, uno piensa que lo podría haber hecho mejor. Pero espinita, no. Al final, cuando uno ve que no es su carrera… Encontré que Embrunman sí que lo era y ha sido mi camino profesional a nivel de patrocinios, de ganar allí, a nivel económico… ha sido la carrera, junto con Niza, que me ha hecho más grande. Y esto me ha privado de haber vuelto. Uno siempre quiere más, pero no ha sido así. Ahora, viéndolo por internet, a uno se le ponen los dientes largos y piensa: ‘Si hubiera estado, ¿qué hubiera hecho?’. Pero las hipótesis y las ganas son una cosa y la realidad es otra. Creo que hubiera podido hacer un papel mucho mejor, pero ni mucho menos hacer un podio o un top5, porque al final es una carrera muy rodadora y yo soy más de circuitos duros, escalador. La lástima es que el Mundial Ironman siempre es en Hawaii. Este año en ciclismo se ha podido ver cómo ha ganado Valverde en un circuito duro que se le adaptaba y otros años es para Sagan que sólo juega al sprint.

¿Qué triatlones importantes te han quedado por hacer?

Pocos. Quizás, el Ironman de Roth, que luego ha pasado a Challenge de Roth. Siempre decía: ‘Tengo que ir a Roth, es una carrera rápida, quiero bajar de ocho horas’. Pero justo el año que había decidido ir me lesioné el pie. Seguramente, algún que otro Ironman en Estados Unidos, incluso en Asia. Pero, en principio, en 25 temporadas he hecho lo que a un triatleta le hubiera gustado hacer en su carrea.

¿Qué has pensado para 2019?

Llevar el sistema de vida actual. Me gusta mucho. Ya he cerrado algunas carreras para el año que viene: maratón de Barcelona, mi regreso a Zegama (42 kilómetros y 5.472 metros de desnivel acumulado en el maratón de montaña por excelencia), hacer un trail más largo, entre 70 y 90, incluso llegar a 100 kilómetros, hacer un par o tres de triatlones ‘half’. Continúo con patrocinadores, me encuentro en forma, no como para estar delante en carreras como Ironman, pero en ciertos ‘half’ sí tengo motor para estar dando guerra. Un poco, la dinámica de este año, tocar un poco todo. Ir haciendo cosas con las dos agencias de viaje que son Sport Not Limit Travel y Triathlon Travel, con todos sus clientes. Se trata de ir entrando en mi mundo del deporte pero detrás de la valla, ayudando a las nuevas generaciones o gente que quiera aprovecharse de todos mis conocimientos y disfrutarlo con ellos.

¿En algún momento has sentido la necesidad o el deseo de volver?

No me he ido. Entreno cada día. Estoy compitiendo. Lógicamente no estoy volviendo a Embrun, a Niza. He sido yo quien ha decidido que hasta aquí quería llegar. Creo que con 45 ó 50 miraré hacia atrás y añoraré o me dará envidia la gente más joven que compite, pero en la vida todo son etapas. He vivido como triatleta profesional con mucha intensidad, la he alargado hasta los 40. Muchos triatletas no llegan. 25 temporadas han dado para mucho. Volver no, porque en teoría sigo estando, detrás de la valla. Sigo respirando el mismo ambiente, con la misma gente. Me sigue gustando seguir a los PRO por las redes sociales, me gustó ver Hawaii. Ya no está el Marcel Zamora que ganaba y era tan competitivo, pero sabíamos que tenía fecha de caducidad, como todo deportista profesional. A todos nos hubiera gustado que Indurain hubiese competido toda la vida. Pero uno tiene que saber cuándo bajarse de la bici…