El pasado jueves, Molly Hayes cumplió 88 años...
Pasó el día como siempre, disfrutando de su rutina, de lo que más le gusta: para empezar, corrió cinco kilómetros; luego, el desayuno; y a continuación, antes de comer, un paseo en bicicleta de diez kilómetros por la ciudad...
La pasión por el deporte le viene de la etapa en la escuela secundaria, cuando vivía en la isla de Camano, en Washington: allí, hacía parte del trayecto hasta el centro de estudios... corriendo.
"Vivíamos en la playa y la carretera donde cogías el autobús escolar estaba a unas dos millas de distancia, así que corría mucho... Esta mañana, mientras rezaba mis oraciones y corría, pensé: Oye, no tengo 87 años; hoy tengo 88", broemaba en kbzk.com Molly, que ha competido en más de 330 triatlones.
Desde correr hasta nadar e incluso esquiar... a Molly le encanta probarlo todo. Antes de empezar en 1985 con el triatlón, corría maratones.
Molly esperaba que este 2020 fuera su año, ahora que su gran y eterna rival, la también legendaria Madonna Buder, la 'monja de hierro' (the Iron Nun), cambiaba a sus 90 años de grupo de edad. Molly quería conquistar su cuarta medalla de oro en el Campeonato del Mundo ITU, como ya hiciera en Hamburgo 2007, en Vancouver 2008 y en Gold Coast 2009. En las tres citas se proclamó campeona del mundo de la franja 75-79. Pero el COVID-19 se lo ha impedido...
No obstante, esta auténtica 'Iron-woman' sigue entrenando con la ilusión del primer día para los triatlones del próximo año. Mantiene una forma física envidiable y, por tanto, una salud 'de hierro'. Así, no le tiene ningún miedo al coronavirus. De hecho, está valorando la posibilidad de ayudar en la campaña de vacunación, ya que también ha ejercido como enfermera durante 60 años.
“Qué maravilloso regalo poder seguir haciendo lo que te gusta hacer”, asegura Molly, que suele entrenar con uno de sus hijos. A otro lo perdió muy pronto. "Éste es mi hijo pequeño, que murió cuando tenía 6 años. Es nuestro ángel de la guarda", explica mientras señalaba una foto del niño fallecido, que se llamaba Walter.
"Cuando voy sufriendo, en la segunda parte de la carrera, siempre hablo con Walter", concluye Molly, la 'Iron-woman' del triatlón... con 88 años recién cumplidos... y sumando...