"Sufrí abusos en el orfanato en Ucrania: cuchillos, cigarrillos, cadenas metálicas"

La extraordinaria historia de superación de Oksana Masters, nacida en Ucrania con numerosas malformaciones por Chernobyl... que sufrió abusos en el orfanato... y que hasta ahora ha ganado 13 medallas Paralímpicas en Ciclismo, Remo, Biatlón y Esquí.

He sufrido abusos... cuchillos, cigarrillos, cadenas metálicas
He sufrido abusos... cuchillos, cigarrillos, cadenas metálicas

Este martes, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Y hoy, precisamente, queremos relatar la historia de dos –permitidnos la expresión– súper woman, dos súper deportistas ejemplares que nos ofrecen una lección de vida imprescindible: la de no rendirse nunca

Hablamos de Kendall Gretsch y de Oksana Masters, que están compitiendo en los Juegos Paralímpicos de Invierno que se están disputando estos días en China.

A sus 29 años, la estadounidense Kendall Gretsch, que nació con espina bífida, sigue haciendo historia. Este martes ha escrito otra página épica al ganar la medalla de oro en Biatlón en los Juegos Paralímpicos de Invierno que se están disputando en China. Y lo ha hecho tan sólo seis meses después de colgarse también el oro en Triatlón en los Juegos Paralímpicos de Tokio (puedes leer el artículo sobre Kendall Gretsch AQUÍ).

32 años cuenta Oksana Masters, rival y compatriota de Kendall Gretsch: Gretsch ha ganado el oro en la prueba de Biatlón de Media Distancia este martes (Masters ha terminado 2ª); y Masters hizo lo propio en la prueba Sprint el pasado viernes (Gresch se llevó el bronce).

Con estas dos últimas, Oksana suma hasta 13 medallas Paralímpicas en cuatro disciplinas distintas tanto de invierno como de verano (cinco oros, cinco platas y tres bronces): Remo, Ciclismo, Biatlón y Esquí. El pasado verano, en los Juegos de Tokio, se impuso en su categoría tanto en la prueba de Ciclismo en Ruta como en la Contrarreloj.

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Y las que le quedan, porque no piensa parar, como ha hecho desde que nació en Khmelnytskyi, en Ucrania, en 1989, con numerosas malformaciones debido al accidente de la central nuclear de Chernobyl de 1986: un sólo riñón, seis dedos en cada pie, la pierna izquierda era 15 centímetros más corta que la derecha, sin tibias... Pasó por el quirófano muchas veces, incluida la amputación de ambas piernas por encima de la rodilla.

Oksana Masters
 

Sus padres la dieron en adopción. Fueron más de siete años en "orfanatos de Ucrania", donde, según ella misma ha contado, "ocurren cosas horribles".

"Lo más difícil es decir en voz alta: He sufrido abusos. Las peores cosas ocurrían por la noche. Hay una lista de cosas que ya no soporto: cuchillos, cigarrillos encendidos, cadenas metálicas. Recuerdo que hacía tanto frío que ver tu propio aliento era normal. Todavía, a día de hoy, no puedo recibir un masaje y no asustarme", explicaba recientemente en un vídeo publicado en la web theplayerstribune.com.

Afortunadamente, pasó de aquel 'infierno' a lo que ella denomina el "paraíso". Gay Masters, una logopeda de Kentucky, en Estados Unidos, la adoptó. Y todo empezó a cambiar. 

"En gran parte fue el paraíso. Me cuidaron, me atendieron, me alimentaron bien, me criaron bien, me amaron. Pero luego hubo algunos ajustes que fueron extremadamente duros. No porque las cosas no fueran mejor ahora, sino porque habían sido tan malas antes... En el orfanato, se asociaba el sueño con el abuso, así de simple. Era imposible no hacerlo. Así que cuando llegué a mi nuevo hogar y a esta cómoda cama... fue como si nada de esa novedad, nada de esa comodidad importara. Odié dormir y soñar. Por extraño que parezca, al principio la cama era demasiado cómoda para mí. Tenía que dormir en el suelo duro...

Mi madre me ha enseñado a convertirme en una persona que recuerda y olvida. Mi madre me ha abierto tantas puertas de la vida para que pudiera atravesarlas y enamorarme del mundo. Todo se lo debo a ella...

He estado soñando con el día en que conoceré a mi familia biológica. En mi cabeza, solía odiarlos. Solía pasar tanto tiempo preguntándome: ¿Por qué abandonarme y dejarme sola? ¿Qué hice mal? Pero ahora que soy mayor, sé que es mucho más complicado. Sé que no tenían muchos recursos. Sé que sólo intentaban sobrevivir, a su manera", asegura Oksana, que compite como estadounidense y que encontró en el deporte la mejor manera de darle sentido a su vida.

Conquistó su primera medalla paralímpica en Londres 2012 en Remo (bronce). Luego, como decíamos, vendrían otras 12 más en Ciclismo, Biatlón y Esquí de Fondo. Cantidad que puede incrementar en los próximos días en las pruebas de Biatlón y Esquí de Fondo que aún le restan en estos Juegos Paralímpicos de Invierno de Pekín.

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"Ser deportista ha cambiado mi vida para siempre y siempre estaré agradecida. Pero no hago deporte para ganar. Lo hago porque me ha ayudado a entenderme a mí misma. El deporte me ha hecho ver cómo el cuerpo, mi cuerpo, tiene un poder que nunca debe ser subestimado", asegura Oksana Masters, galardonada con el Premio Laureus (los Oscar del deporte) a la Mejor Deportista con Discapacidad del Año, que también está muy pendiente de lo que está ocurriendo en su país de origen, en Ucrania, y que quiere echar una mano.

"No solo finalmente logré cumplir mi sueño, sino que también comparto parte de él con mi país de origen, Ucrania, especialmente con los niños pequeños con discapacidades... Donaré las ganancias de mi premio en metálico de los Juegos Paralímpicos a No Child Forgotten administrado por @GlobalGiving y Bright Kids Charity, que apoya a los niños que viven con discapacidades físicas en Ucrania, muchos de ellos con madres solteras", afirmaba este mismo martes en las redes sociales.