Gustav Iden: "Kristian necesita a un sparring idiota en plan: Voy a matar a este tipo"

Gustav Iden habla sin tapujos de la especial relación que mantienen él y su inseparable compañero de fatigas Kristian Blummenfelt.

Foto: @takervazquez @santarastudios

Kristian necesita a un sparring idiota al que puede decirle que es muy malo.
Kristian necesita a un sparring idiota al que puede decirle que es muy malo.

Gustav Iden y Kristian Blummenfelt... Kristian Blummenfelt y Gustav Iden... los dos noruegos, 1º y 2º del ranking mundial de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales), que han puesto patas arriba el triatlón mundial... dos jóvenes (Kristian tiene 29 años; Gustav, 27) de la ciudad de Bergen que han impuesto su ley en todas y cada una de las distancias en los últimos dos años...

Kristian se proclamó en 2021 campeón olímpico y del mundo. Y en 2022 conquistó la doble corona IRONMAN en St. George (Utah, EE.UU.): en mayo ganó el Mundial IRONMAN y en octubre el Mundial IRONMAN 70.3. El sábado acabó 2º el Open PTO de Europa de Ibiza.

Gustav hizo historia en el último Mundial IRONMAN de Hawaii con su victoria y su récord estratosférico: 7 horas, 40 minutos y 24 segundos, rebajando el que logró Jan Frodeno en 2019 (7:51:13). Además, es bicampeón del mundo IRONMAN 70.3 (Niza 2019 y St. George 2021). La temporada pasada, aparte de su triunfo en Kona, se impuso en el Open de Canadá de la PTO y en el Mundial Challenge de Samorin (Eslovaquia). 

Próximo gran objetivo de ambos: el oro de los Juegos Olímpicos de París 2024.

15 años han pasado desde que se conocieron para formar esta singular 'pareja'. Tres lustros que han forjado una amistad muy especial porque está basada en su propia rivalidad: de ella habla Gustav sin tapujos en una entrevista para la Super League Triathlon.

"Kristian estaba realmente obsesionado con el triatlón desde el primer día. Yo he sido más... quiero decir, normal. Él ha sido desde siempre la referencia del equipo y nos ha enseñado cómo ser triatleta profesional las 24 horas del día. Tomaba decisiones, por ejemplo, comerse un trozo de pan por la noche porque son carbohidratos buenos. Yo, en cambio, comía durante los entrenamientos sólo porque tenía hambre. Sin embargo, él siempre se estaba planteando todas las opciones para elegir la que le hacía ser mejor triatleta. Esta actitud de Kristian realmente me ha inspirado", explica Iden, que compite este sábado, junto a Blummenfelt, en la prueba de las Series Mundiales de Yokohama (Japón).

'Voy a matar a este tipo'

“Kristian está loco por la competición. Es como si se pillara un cabreo enorme porque pierde una partida de cartas... ya sabes. Quiere a alguien a su lado a quien pueda vencer en cada entrenamiento o al menos competir con él. No me importa demasiado. Diría que yo no soy así, no soy el campeón mundial típico. A veces dice que no soy un buen sparring. Quiere una cara que apetezca golpear en cada sesión, como un verdadero idiota al que pueda decirle: 'Oh, eres tan malo, nadas tan mal, eres un triatleta tan malo'. Él quiere a alguien... en plan: ‘Voy a golpear a este tipo en la cara’. A veces pienso que él desearía que yo fuera más... en plan: 'Voy a matar a este tipo'. Así que eso es lo que yo aporto: ser un tipo semi golpeable”, confiesa Iden, 'enemigo' y amigo íntimo del 'toro' Blummenfelt.

“Nuestra relación es difícil de describir. Somos como compañeros de entrenamiento extremadamente buenos. Creo que esa es la base de la amistad. Si yo fuera un triatleta malo y no le aportara nada ni él me aportara nada a mí, no seríamos tan amigos. No diría que es una amistad profesional, pero ahí es donde empezó. Ambos ganamos. Y es bueno tener a alguien a tu lado cuando lo estás haciendo bien y tienes éxito. Pero también somos amigos fuera. Creo que tener a alguien con tanta dedicación como tú es refrescante, tener a alguien que esté dispuesto a hacer el mismo trabajo que tú todos los días. Y no es que estemos teniendo conversaciones increíblemente profundas todos los días, sino que es más como tener a alguien a tu lado que esté dispuesto a hacer el trabajo”, concluye Gustav Iden.