Todos los grandes campeones del deporte suelen tener en sus domicilios habituales una sala donde exhiben los trofeos conquistados a lo largo de su trayectoria.
En el palmarés profesional del mítico Fabian Cancellara figuran hasta 96 victorias. Pero 'Espartaco' le ha reservado, en su casa de la ciudad de Ittigen, al norte de Berna, un lugar muy especial a tres recuerdos. Se trata de los tres 'adoquines' que obtuvo gracias a sendos triunfos en la París-Roubaix (2006, 2010 y 2013). El ciclista suizo, de 39 años, retirado desde el 2016, los ha ubicado dentro de la sauna, en sus correspondientes vitrinas.
Cancellara es uno de los siete corredores que ha ganado la carrera hasta en tres ocasiones. Le superan, con cuatro victorias, los belgas Tom Boonen (2005, 2008, 2009 y 2012) y Roger De Vlaeminck (1972, 1974, 1975 y 1977).
"Normalmente, en la sauna, no llevo ropa, pero por el momento, está apagada", bromeaba Cancellara en una entrevista reciente en CNN Sport. "Es una carrera muy exigente, pero es maravillosa. Me encanta... verla ahora en la televisión", aseguraba.
"Es una carrera diferente de todas las demás porque es llana y los adoquines no son fáciles, son realmente duros y tal vez por eso están en la sauna, porque hay que sudar mucho en esta carrera para lograrlos", añadía 'Espartaco', que también dio su visión sobre lo que serían las pruebas ciclistas sin público.
"Cuando un ciclista está en su túnel de concentración, a veces ni siquiera ve o escucha a la gente del público, porque está tan concentrado que emplea toda la energía en mantener, precisamente, ese nivel de concentración. Y si subes al podio y no hay espectadores, por supuesto, parecerá extraño, pero todos conocen la situación", comentaba.
