El pasado 25 de mayo Frederik Van Lierde cumplió 41 años. En 2020, después de 18 temporadas, se despedirá del triatlón profesional con un último desafío: intentar conquistar el que sería su sexto IRONMAN de Niza. De este modo, superaría los cinco triunfos que también atesora Marcel Zamora.
La prueba estaba programada para el próximo 14 de junio, pero se aplazó al 11 de octubre por la crisis del coronavirus. Así las cosas, el campeón del mundo IRONMAN de 2013 y vigente ganador del IRONMAN de Lanzarote se ha puesto un objetivo más cercano en el tiempo: el Embrunman, cuya 37ª edición se disputará el 15 de agosto.
Para ello, el triatleta belga está entrenando a conciencia. No hay más que ver la imagen que ha publicado en las redes sociales y que corresponde a los instantes inmediatamente después de acabar su última salida de bici, esta vez en Menen, en Bélgica, con la 'cabra' y bajo un intenso calor.
Van Lierde aparece exhausto, sentado en el suelo, la espalda apoyada sobre la puerta del garaje y la mirada perdida. Además, el comentario que hizo es bastante elocuente: "Necesitaba un par de minutos al llegar a casa... Primer día de más de 30º C en Bélgica... Faltan 7,5 semanas para el Embrunman".
Y es que el belga acabó con 260 kilómetros, que cubrió en 7 horas y 11 minutos, a una velocidad media superior a los 36 km/h.

Hay que recordar que justo antes del confinamiento Frederik Van Lierde se estrelló contra un coche mientras entrenaba con la bici en una carretera de Girona. "¡Día de mierda! Hoy he entrado por la luneta trasera de un automóvil. Tuve 'suerte', podría haber sido mucho peor... ¡Puntos en toda la cara, pero nada más por ahora! Casco, gracias por salvarme la vida", escribía entonces Van Lierde en su cuenta de Instagram.