Su nombre suena cada vez más... Hace unos meses sólo era el 'jovencito' inexperto que se atrevíó a desafiar a Lionel Sanders en la batalla por el KOM de Strava en la mítica ascensión al Mount Lemmon (Tucson, en Arizona).
Pero llegados a este punto, Sam Long ha demostrado que, además de un extraordinario ciclista, a sus 25 años recién cumplidos, es una promesa convertida en realidad del triatlón estadounidense y mundial. Sólo hay que echar un vistazo a los resultados que ha cosechado en los últimos meses: victoria en el IRONMAN de Chattanooga en 2019 –ya es el PRO estadounidense más joven en ganar un IRONMAN de distancia full–, triunfo en el IRONMAN 70.3 de Cozumel el pasado mes de septiembre, tercer puesto en el IRONMAN de Florida a principios de noviembre y 9º en el recientemente disputado Campeonato de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales) de Daytona.
Además, el 'clon' de Jan Frodeno –Sam Long mide 1,94 m y pesa 77 kg, datos prácticamente idénticos a los del triple campeón del mundo IRONMAN– completó la prueba de Florida en 7h55'33" (55' en la natación; 4h07' en la bici; y 2h45' en el maratón), una marca que le convierte en el triatleta estadounidense más joven en bajar de las 8 horas en IRONMAN y en el segundo más joven de todos los tiempos a nivel mundial en romper esta barrera.
Aparte de su personalidad excéntrica –asegura que cuando hace tiradas largas de bici es capaz de parar y comerse una hamburguesa, 10 barras Snickers y una bolsa de patatas fritas– y de su carisma desbordante, queda claro que Long, segundo hermano de trillizos, tiene talento y que también entrena de manera espartana, tal y como exhibe en las redes sociales, 'escaparate' que usa con frecuencia.
Así, en una de sus últimas publicaciones, ha empezado a hacer balance de 2020. "Es hora de los desgloses de mi entrenamiento anual. Empezando por la natación", apunta Long.
El triatleta estadounidense ha sumado cerca de 1.000 kilómetros de trabajo en el agua, concretamente 915 (el equivalente a más de un millón de yardas). Es decir, una media diaria de casi 3.000 metros. En total, se ha pasado 300 horas en la piscina.
"Mi objetivo era nadar más de un millón de yardas. Incluso con la piscina cerrada durante 6 semanas, le di prioridad a la natación. He nadado más que nunca. La consistencia en la piscina ha sido la clave.
Aunque todavía tengo que trabajar mucho, he dado un gran paso en la natación este año y he estado más cerca de la cabeza de carrera en el primer segmento, con menos tiempo perdido con respecto a los que antes me sacaban más ventaja. Es hora de seguir mejorando.
Un apunte más. Tengo que trabajar en mi confianza como nadador. Empecé a nadar a los 18 años, así que comienzo mi octavo año como nadador. Mi progreso ha sido bueno", comenta Sam Long...
En lo que respecta a la bici –a falta de que publique, ya este jueves, los datos referentes a la carrera a pie–, Long ha sumado en esta extraña campaña casi 25.000 kilómetros, exactamente 24.861. Ha estado dando pedales 790 horas y ha superado un desnivel positivo de 915.000 metros.
"Es, de lejos, la mayor cantidad de kilómetros que he hecho. Muchos de ellos fueron la 'terapia' para mantenerme feliz este año, así como para socializar con mis amigos. Curiosamente, la bicicleta fue mi menor prioridad de las tres disciplinas este año, pero probablemente he mejorado más en la bicicleta que en la carrera o en la natación. También gran parte de la mejora se debió a una mayor atención a la aerodinámica y al material en general", aclara Long...