1.050 triatletas inscritos de 32 países, 1.500 reservas de noches de hotel, una lista de salida de primer nivel, en definitiva, un impacto económico de más de un millón de euros de retorno para la ciudad... todo esto ha estado pendiente de un hilo casi hasta última hora. Y aunque este domingo 28 de mayo la prueba finalmente se vaya a disputar, si las cosas no cambian, el año que viene desaparecería...
La historia es la siguiente...
La organización del Challenge de Salou presentó a la autoridad competente toda la documentación pertinente de la prueba, incluida la relativa al circuito del segmento ciclista, el pasado 15 de marzo, dos meses y medio antes de la fecha prevista para la competición, cuando la legislación obliga a hacerlo con tan sólo 30 días de antelación.
Se trataba del mismo informe, punto por punto, que el presentado en 2014, 2015 y 2016, todos aprobados sin mayor problema. Este año, todos los implicados de alguna manera en la organización volvían a dar su beneplácito: ayuntamientos de los municipios por donde discurre la prueba, policía municipal de esas localidades y mossos d'Esquadra.
Sin embargo, a finales del mes de abril los organizadores recibieron una notificación del Ministerio de Fomento, firmada por el Jefe de Demarcación de Carreteras del Estado en Catalunya, Luis Bonet, la máxima autoridad competente en estos casos, en la que denegaba el permiso para que el segmento ciclista pudiera transitar por la calzada norte de la Autovía A-7, entre Hospitalet de l’Infant y Salou.
Ante la negativa recibida, se pusieron en contacto telefónico con él para preguntarle por las causas y se le solicitó una reunión en persona para intentar resolverlo. El responsable de Fomento no quiso dar explicaciones y tampoco aceptó la reunión.
A partir de ahí, la organización se puso a trabajar codo con codo con el Ayuntamiento de Salou, la policía municipal y los mossos para buscar alternativas. Llegaron a presentarse dos, que también fueron rechazadas. A la tercera, con el circuito de ciclismo a cuatro vueltas que definitivamente se hará, Fomento aceptó.
El martes 16 de mayo se lanzaba un comunicado oficial por parte de la organización informando de los cambios:
El resultado final es un circuito de 4 vueltas 100% cerrado al tráfico, más llano, más rápido y más próximo al espectador, con lo que favorecerá que los acompañantes puedan ver y animar a sus familiares en cada vuelta de una manera más cercana. El nuevo circuito transcurrirá por los primeros kilómetros del circuito anterior, en gran parte por la C31B.
Debido a esta modificación, los horarios de las olas de salida se verán afectados aumentando el tiempo entre salida y salida, para reducir el número de participantes que realicen el sector ciclista al mismo tiempo, máximo 250 triatletas. La primera salida tendrá lugar a las 7:00 horas de la mañana y la última a las 10:00 horas de la mañana.
El último episodio aconteció este martes, cuando Sergio del Campo, diputado de Ciudadanos, presentó en el Congreso de los Diputados el correspondiente escrito para preguntarle al Gobierno por la cuestión:
¿Cuál ha sido el motivo para la denegación del permiso para la utilización de la vía A7 para esta edición de Challenge Salou?
¿Qué justifica que se haya denegado el permiso en este caso y no se haya dado el visto bueno a la concesión del mismo como en el caso del Ironman de Barcelona o los diferentes rallies o carreras ciclistas que se celebran a lo largo del año y que hacen uso de las diferentes vías de nuestro país?
