Al igual que Jan Frodeno en 2015, Patrick Lange ha sido elegido este domingo el mejor deportista masculino del año en Alemania, después de conquistar su segundo Mundial Ironman de manera consecutiva (2017 y 2018) y establecer un nuevo récord en la prueba de Kona, que logró completar por debajo de las ocho horas (7:52:39).
La ganadora de Wimbledon, Angelique Kerber, se llevó el premio en categoría femenina. Tanto la tenista como el triatleta rindieron tributo a Kristina Vogel, la ciclista paralímpica a la que un accidente dejó en silla de ruedas hace unos meses y que también aspiraba al galardón.
Patrick Lange ha estado en Mallorca unos días, aunque ha entrenado “muy poco en las últimas semanas", ya que se ha dedicado, sobre todo, a “convertir la victoria en Hawaii en valor nominal. Lamentablemente, no tengo la oportunidad de aparecer todos los fines de semana como un jugador de fútbol", explica el bicampeón del mundo Ironman en una entrevista que le hicieron en stern.de en la misma gala.
“El premio económico por ganar el Ironman de Hawaii es de 120.000 dólares, de los cuales te llegan a la cuenta 70-80.000 euros. No quiero quejarme, pero solo con esto no puedo financiar todo un año con viajes de entrenamiento y competición y a mi equipo de trabajo", comenta el triatleta de 32 años, que hasta 2016 trabajaba como fisioterapeuta 20 horas a la semana.
“Me alegro de haber creado una doble faceta con mi educación. Muchos otros profesionales no tienen esta ventaja. Lo peor que me puede pasar es que vuelva a trabajar como fisio", asegura Lange.
También hace balance de 2018, un año que afrontó con un objetivo claro: “Como campeón de Hawaii, parece que siempre tienes que ganar, eso es lo que esperan. Mi reto era no dejar que eso me pasara. Decían que mi temporada estaba siendo mala, que volvía a ser el tercero (así acabó el Ironman de Frankfurt). Se pasó por alto el hecho de que estuve en el podio en todas las carreras. Y no evité a mis principales rivales. Usé todas las carreras para aprender algo. Y el gran objetivo siempre fue Hawaii".
Los planes le salieron a la perfección el pasado 13 de octubre en Kona. Victoria incontestable, la segunda consecutiva, y récord histórico. “Por un lado, nunca ha habido tan buenas condiciones. Además, hemos trabajado extremadamente duro en la tecnología de la bicicleta. Solo tengo un año más de entrenamiento en el cuerpo. Solo estoy en el tercer año como profesional. Creo que no he llegado a mi punto más alto de rendimiento", afirma Lange, que reivindica su trayectoria y su evolución como deportista hasta llegar a ser bicampeón del mundo Ironman.
“He estado en el mismo instituto de formación de Frankfurt durante diez años. Si miras mis datos allí, puedes ver mi desarrollo. Se lo enseñaré a todos los que quieran verlo. Se puede ver que cada año he mejorado un poco. Si me hubiera dopado, entonces, en algún momento, habría habido algo raro en mi rendimiento. Pero no es así. La única rareza vino el año que me convertí en profesional y ya no tuve que trabajar más. La gente piensa que en 2016 salí completamente de la nada. Se ha olvidado de que he practicado este deporte durante muchos años a un alto nivel", aclara el triatleta germano.
Su meta a largo plazo es convertirse en uno de los grandes de este deporte: “En algún momento quiero que me nombren al mismo tiempo que leyendas como Craig Alexander o Dave Scott".