Triatlón en veteranos: dos casos prácticos

"La gente tiene miedo al paso de los 40, pero ha sido mi mejor época de rendimiento en la larga distancia".

Cristina Azanza

Triatlón en veteranos: dos casos prácticos
Triatlón en veteranos: dos casos prácticos

Para ilustrar la longevidad de nuestra trayectoria como triatletas, os presentamos el testimonio de dos triatletas, que además de serlo, constituyen inspiración y guía para muchos de nosotros.

José Luis Cano (IronCano) forma parte de la historia de nuestro deporte. Fue uno de nuestros primeros élites, internacional, campeón de España y finisher en Hawai como Pro y Grupo de Edad. Entrenador del CN Mataró, sigue viviendo el triatlón con una pasión admirable y disputa cada IRONMAN como si fuese el último, aunque todos sabemos que le quedan muchos.

Luisa Ibáñez compatibiliza su pasión por el triatlón con una trayectoria profesional como traumatóloga exitosa (operó hasta el mismísimo Javier Gómez Noya de la lesión que le apartó de los JJOO de Río).

Ambos ejemplifican perfectamente, desde perspectivas diferentes, cómo luchar contra el paso de los años, mantener su rendimiento y, sobre todo, ser inconformistas. Quizá esa sea la clave más importante con el paso de los años.

JOSE LUIS CANO (52 AÑOS)

“Respecto a la metodología de entrenamiento, con el paso de los años soy más paciente, tengo más claro que las temporadas se hacen largas y por tanto empiezo sin mucha prisa. Hago una preparación de base más larga que antes, la mayor parte de los entrenamientos son a intensidades más bajas.

Cada vez doy más prioridad al trabajo en gimnasio, en primer lugar preventivo, para evitar lesiones, (son muchas las que he padecido en estos últimos años). Hago un buen programa de fuerza para no perder terreno con esta cualidad. Con la edad se va perdiendo por lo que intento que eso no me pase o suceda de forma más lenta.

Con los años he dejado de hacer sesiones de carrera a pie de intervalos en pista. Son ritmos que en la mayoría de los casos no podré llegar en competición y puedo perder más con sobrecargas o posibles lesiones de lo que puedo ganar. Prefiero entrenamientos de carrera continua con cambios de ritmos, tipo fartlek, tramos a ritmo competición, etc., pero siempre con recuperación activa que considero más recomendables para los objetivos de media y larga distancia que tengo, además no son tan traumáticos para mis tendones y músculos. En natación sigo haciendo volúmenes muy parecidos aunque ahora divido más y prefiero repartir los metros que antes hacía en 4 sesiones en 5 con menos metros cada una. Mi cabeza aguanta una hora de agua por lo que sesiones de 4.000 he dejado de hacer, aunque sé que debería. También veo que me cuesta utilizar en las series intensidades muy altas, es mucho sufrimiento mental que con la edad que tengo cuesta de asimilar y prefiero hacer más series pero con intensidades medias.

En bici, igual que en natación, sigo haciendo los volúmenes semanales de siempre, en compañía de la gente del equipo principalmente. Desde hace 6 años utilizo como herramienta de trabajo el medidor de potencia y para las sesiones que me interesan es lo mejor para medir y regular la intensidad. Uno de los motivos de comprar el medidor fue poder valorar objetivamente si con el paso de los años mi potencial en bici iba a ir empeorando y cuánto. De momento puedo decir que cada vez cuesta más llegar a un estado óptimo de forma pero cuando lo consigo son valores muy parecidos a los que tenía hace 6 años. Referentes a cambios fisiológicos está claro que lo primero que te das cuenta el día que te toca hacer un entrenamiento con los jóvenes del equipo es que en los cambios cortos el pulso ni sube tan alto como antes ni igual de rápido. Como se suele decir el motor ha pasado de gasolina a diésel.

A nivel de tono muscular es en la carrera a pie donde creo que he acusado más el paso de los años. Con las ultimas lesiones que he tenido con 2 operaciones de espolón calcáneo y problemas en la espalda, son las sesiones en las que he de poner más de mi parte para continuar con el día a día. Supongo que donde has destacado más es donde primero se va a reflejar el declive. Este último año no he corrido como hace 2 ó 3, pero es que hace 3, con 48 años hice el 3º absoluto en Vitoria corriendo bastante bien por lo que creo. Y es lo que opino yo. Actualmente la gente tiene miedo al paso de los 40 pero al menos en mi caso ha sido casi mi mejor periodo a nivel de rendimiento en la larga distancia. Con 43 hice mi mejor marca en IRONMAN y con 48, como te he comentado, un podium en Vitoria. Si mantenemos la ilusión y las horas de entrenamiento creo que de los 40 a los 50 se puede rendir casi al mismo nivel que con 35-40, o al menos en mi caso ha sido así. Por ultimo algo que también en estos últimos años le estoy dando más importancia es a lo hábitos alimenticios, cuido más lo que como y siempre intento utilizar una buena suplementación como ayuda".

LUISA IBÁNEZ (49)

“La verdad es que no fui muy consciente de lo que suponía entrenar e ir cumpliendo años ya que mi principal limitación para entrenar ha sido siempre mi trabajo.

Hasta este año el entreno no ha sido todo lo constante que me hubiese gustado (desde el 2007 pase de entrenar 5-6 días a 3) pues solía hacer 3 días por semana como mucho y sólo en verano con la posibilidad de más horas de luz y algún que otro día de descanso podía aumentar hasta 5. Una ventaja es el no tener ya guardias de 24 horas pues el día de guardia y el siguiente ya eran dos días seguidos sin entrenar que es el tiempo máximo sin actividad que me gusta (a partir del 3 tercer día creo que disminuye bastante el rendimiento).

Mi hándicap siempre ha sido la natación, al venir del atletismo y no haber nadado de niña es siempre lo que menos tiempo le he dedicado. Comencé a practicar triatlón a los 27 años y deje la categoría élite a los 36 (ahora tengo 49 años). Desde el año pasado en que la piscina del Club Fluvial abre a las 7:00 intentó nadar al menos dos días por semana, pero únicamente una hora cada sesión, pues de cabeza es lo que más me cuesta. Mucha serie corta intentando no perder velocidad (en el agua soy bastante diésel) y en verano al poder nadar al aire libre siempre hago alguna sesión más. Ahora intento no saltármela pues al estar muchas horas de pie en mi trabajo me ayuda a no tener dolores de espalda y posicionarme mejor. Hago un día de rodillo a la semana con el que mantengo series de fuerza y estoy aprendiendo a controlar mis watios. A pie intento cuadrar dos días de carrera, hago bastantes cuestas. Los ritmos de las series han ido enlenteciéndose con los años y cada vez son series más largas, alternando con cambios de ritmo o series cortas para no perder velocidad. Me cuesta recuperar de los entrenos de series muscularmente y tengo que separarlos al menos 48 horas. Tres días de carrera me dejan bastante tocada de mi Aquiles izquierdo (ese siempre ha sido mi punto débil) y quirófanos largos me complican la carrera, tenso muscularmente mucho y luego lo pago a pie.

La bici queda desplazada a los fines de semana que en invierno en Lugo es difícil sean tiradas largas y a partir de primavera van aumentando. Empecé a entrenar con watios prácticamente el año pasado y aún estoy aprendiendo, creo que aún tengo margen de mejora.

Lo más importante de lo que hago creo que es el entreno de gimnasio, en invierno uno o dos días por semana. Mantener la fuerza es clave para que la pérdida muscular no sea tan grande y siendo mujer aún más pues previene la osteoporosis y así en un futuro la posibilidad de sufrir una fractura por fragilidad. Es el entreno más importante a medida que cumplimos años. Además, es la mejor forma de prevenir distintas lesiones y no tener alteraciones biomecánicas por descompensaciones musculares, hago trabajo en máquinas, pesos libres y también ejercicios dinámicos.

Hace más de 5 años desde que la última banda del pulsómetro agotó su batería, no he vuelto a usarlo y particularmente creo que no lo necesito. Ya no fuerzo ritmos a pie ni en bici y es como si tuviera un detector interno que me impide pasar de un tope. Sigo compitiendo porque lo que más me gusta es entrenar, me ayuda a desconectar de mi trabajo y tratar de seguir mejorando y he de reconocer que hay días que te sorprendes de poder ir incluso más rápido de lo que pensabas.

Sólo compito en triatlón media distancia, a veces triatlón olímpico sin drafting, pero un par de pruebas o tres como mucho, no me gusta competir todos los fines de semana ,me sigo poniendo de nerviosa como cuando era junior y me cuesta recuperar. Realizo pocas carreras populares, antes las hacía sustituyendo un entreno a pie por cuestiones de horario.

No me gusta descansar como antes un mes, creo firmemente que a medida que cumplimos años los descansos deben ser más cortos en el tiempo y activos pues la caída de forma es más rápida que antes y a pesar de comenzar con tranquilidad cada vez cuesta más adaptarse (2 semanas como mucho).

No me veo a mí misma sin entrenar aunque deje de competir. Un día a la semana me gusta calentarme y ver que mi cabeza es capaz de responder y seguir avanzando, tratando de mejorar ( aunque he de reconocer que de joven no me veía entrenando con 49 años como estoy ahora). Una clave yo creo que son los años que llevo entrenando, a pesar de que a veces digo que entreno poco, si que puede ser mucho para otra gente con menos experiencia pero creo que es también lo que me permite meter horas y aguantar ciertos volúmenes sobre todo en verano.

Tengo 49 años y creo que aún tengo margen de mejora, en bici sobre todo si mantengo la fuerza y aprendo a regular los wattios. Este año realizando regularmente los entrenos de natación seguro que no saldré tan asfixiada y me permitirá encontrar mi ritmo en bici mucho antes. La carrera es el segmento que más disfruto, a pesar de que a veces llegas algo “tostado" y es el que te deja buenas sensaciones así que espero que no se enlentezca mucho al menos durante un par de años más. Después de más de 20 años practicando Triatlón y a pesar de haber participado del otro lado en muchos Ironman me gustaría poder hacer uno aunque reconozco que el entrenamiento me gusta mucho y no sé si desde dentro la competición me gustará. Soy consciente de que mi trabajo no me permite afrontar ese entrenamiento como debe ser, con sus horas de descanso para asimilarlo así que puede ser que no llegue a colocarme en la línea de salida, pero tampoco pasa nada, disfruto del entrenamiento y no entiendo mi vida sin “entrenar" que no sin “hacer deporte".