Técnica básica y específica en la natación: claves para mejorar ambas

El segmento de la natación es un auténtico desafío porque, además de la técnica básica, existe una técnica específica para adaptarnos a las aguas abiertas.

Cristina Azanza / Foto: @thatcameraman

Técnica básica y específica en la natación: claves para mejorar ambas
Técnica básica y específica en la natación: claves para mejorar ambas

Mejorar realmente nuestra natación

La natación es el sector que más cuesta entrenar al triatleta medio que no procede de la natación. Es el segmento que más necesita de una ejecución compleja de movimientos coordinados, es decir, del aprendizaje y perfeccionamiento de una técnica relativamente avanzada. Si no se adquiere a una edad temprana, con posterioridad será difícil y requerirá un gran esfuerzo, corrección constante e implicación atencional. Pero incluso para nadadores procedentes de la piscina, el segmento de natación es un auténtico desafío porque, además de la técnica básica, existe una técnica específica para adaptarnos a la natación en aguas abiertas, que es donde se desarrolla este segmento en el triatlón.

Claves para mejorar la técnica básica

-Posición del cuerpo. El cuerpo deberá adoptar una posición hidrodinámica: elevado, extendido, alineado, relajado y natural. Para ello, la cabeza se sitúa ligeramente elevada, con la cara en el agua y la mirada dirigida hacia abajo y adelante; tronco cadera y piernas, horizontales; mientras los pies realizan el batido.

-Rolido. El rolido es un giro en el eje longitudinal del cuerpo de unos 45 grados. El sujeto no se desplaza plano sobre el agua, realiza el rolido, que cumple las funciones de facilitar el recobro de los brazos fuera del agua, realizar una tracción profunda y eficaz, respirar de manera natural sin elevar la cabeza y evitar la resistencia al avance.

-Ciclo de la brazada. La mano entra al frente, en
el ancho de la cabeza con el hombro. Es en este momento cuando la otra mano finaliza el recorrido por dentro del agua y se dispone a salir junto a la parte superior del muslo. Los brazos están siempre en puntos opuestos, así que cuando una mano entra en el agua, la otra está saliendo. -Patada. La patada no debe de ser fuerte, sino que el movimiento de piernas debe ser ligero y estabilizador del resto del cuerpo. Lo ideal sería dar cuatro patadas por cada ciclo de brazos.

-La respiración. Girar la cabeza hacia un lado e inhalar cuando el brazo del lado contrario este en extensión completa. Girar la cabeza hacia el fondo de la piscina para exhalar. Es ideal entrenar la respiración a los dos lados, es decir respirar cada tres brazadas o en algún tramo por nuestro ‘lado malo’.

Como en Triatlón siempre tenemos soluciones para todo, si en tus sesiones de natación tienes sensaciones un tanto extrañas en tu nuevo proceso de adaptación acuática, aquí te mostramos las soluciones a esas dificultades:

-No eres capaz de que las piernas te floten, son como un lastre en tu desplazamiento: pues nada con pull buoy y con aletas y te ayudará a paliar esta sensación. Procura alternar el nado con este material y sin él.

-Brazadas muy cortas con mucha frecuencia para desplazarte: eleva más el codo, lleva la mano que entra en el agua más lejos y tracciona con la mayor amplitud posible.

-Sensación de ahogo por una mala coordinación en la respiración: nadar a ritmo relajado de menos a más y trabajar la respiración bilateral (por ambos lados).

-Tensión y agarrotamiento en el tronco y el cuello: el rolido es fundamental para una mejora de la técnica, procura realizar pies de forma lateral, alternando un lado y otro.

-Poca movilidad y agarrotamiento a nivel de la articulación del hombro: trabaja la flexibilidad antes y después de la sesión de natación.

Técnica específica: diferencias entre el nado en piscina y en aguas abiertas

(Sara Pérez, triatleta internacional y ex nadadora olímpica)

-La forma de nadar es diferente cuando lo hacemos en la piscina a cuando lo hacemos en aguas abiertas. En aguas abiertas se suele nadar con una frecuencia de brazada más alta que en piscina, así que también se desliza menos que en la piscina. En aguas abiertas no importa tanto la técnica como puede ser en la piscina y se suele nadar con los brazos un poco más abiertos, sobre todo cuando usamos el neopreno, porque éste nos quita un poco la movilidad, aunque también depende del neopreno.

-En la piscina respiramos por donde queremos, pero en aguas abiertas nos podemos encontrar con que por el lado que respiramos hay alguien haciendo muchas olas y nos hace tragar agua, con lo cual deberíamos saber respirar bien por ambos lados para que si nos encontramos en alguna situación que requiera respirar por el otro lado al habitual lo podamos hacer cómodamente.

-En piscina se suelen usar más los pies. En un triatlón hay que dosificar fuerzas y a veces puede ser mejor moverlos solo para estabilizar el cuerpo que para propulsarse.

-En piscina no hay que levantar la cabeza para orientarse, pero en aguas abiertas no tenemos la línea debajo, así que hay que levantar constantemente la cabeza para orientarse y acostumbrarse a las modificaciones del nado que nos puede causar, ver cómo nos es más cómodo sacar la cabeza y en qué momento.