El contexto deportivo se entiende como un microcosmos social de la vida en general. Es decir, que a pequeña escala nos encontraremos tantos comportamientos diferentes como personas existen. La única diferencia reside en que ese grupo de entrenamiento dentro de la piscina y cada uno de sus componentes por separado, tienen patrones de comportamiento específicos que los diferencian de otros grupos que realizan otras actividades o deportes. Vamos resumiendo, una persona que entrene en la piscina buscando un objetivo de rendimiento, tiene que seguir un cierto “código común de comportamiento no escrito" que toda persona con experiencia en ese deporte conoce. Pero no os asustéis, porque la mayor parte de esas “leyes no escritas" están relacionadas con el compañerismo, la generosidad, la capacidad de esfuerzo, la superación de problemas y el respeto a tus compañeros.
LA LLEGADA AL ENTRENAMIENTO
Aun sabiendo que tienes una vida bastante apretada, es sano que cojas la siguiente rutina de entrenamiento: llega unos 10-15 minutos antes de la sesión a la piscina, estira tranquilamente, haz algún ejercicio compensatorio de rotadores externos y deltoides con banda elástica.
Revisa y coloca tu material para comprobar que está todo a punto para comenzar. Esta rutina aparte de disponerte inmejorablemente a realizar correctamente la sesión de entrenamiento, te relajará de tanto ajetreo diario antes de volver a exigirte en el entrenamiento. Tu cuerpo y tu mente te lo van a agradecer.
DISFRUTA “SUFRIENDO"
No hablamos de una forma encubierta de masoquismo ni mucho menos. Hablamos de que superar con esfuerzo cada reto de entrenamiento que te propone tu entrenador, desde el punto de vista psicológico, te aporta una gran dosis de autoestima, consecuencia ésta que te hace disfrutar y te empuja a continuar con tu entrenamiento. Por supuesto además, la liberación de endorfinas consecuencia del ejercicio físico, provoca que te encuentres mucho mejor al finalizar cada entrenamiento. En ocasiones, los nuevos deportistas tienen miedo a sufrir. Si eres de los que inicias en el deporte, atrévete, sé arriesgado en el entrenamiento, no hay nada que perder… verás cómo disfrutarás cada vez más conforme pase el tiempo, y sin darte cuenta, habrás aumentado tu nivel deportivo.
ORGANIZACIÓN DE UNA CALLE DE ENTRENAMIENTO
Aunque lo normal sea que la distribución de las calles la realice el entrenador, muchas veces éste no coloca a la gente para que los deportistas puedan elegir y disfrutar de la compañía de los compañeros con los que entrenas más cómodamente, que no tiene por qué coincidir con los que mejor te llevas.
Pues bien, dentro de esa licencia de organización, todos los deportistas de un grupo sabéis el nivel de vuestros compañeros, por tanto colócate donde puedas tú y los demás, entrenar cómodamente… sobre todo, que no os dobléis constantemente unos a otros, llevando más o menos la misma velocidad de nado. Ya sé que muchas veces no hay calles suficientes para hacer las divisiones de nivel ideales… pero hay que tener como principio de organización esa idea por parte de todos los deportistas del equipo – el entrenador lleva la idea incorporada de “serie".
¿DONDE HAGO LOS VIRAJES?
Cuando nadamos en grupo o a “rueda", los virajes se dan de frente, tal y como llegamos del nado. Lo que hacemos cruzado, para colocarnos en el lado derecho al cambiar de sentido, es el empuje y el nado subacuático después de empujarnos de la pared. Y no nadar en diagonal hacia la izquierda antes de dar el giro.
SE VALIENTE ENTRENANDO
Si quieres exigirte durante la sesión de entrenamiento, sé valiente, y hazlo durante la mayor parte del entrenamiento posible, no esperes al final del trabajo. No dejes que ningún compañero tuyo haga casi todo el trabajo durante todo el entrenamiento y en la última o penúltima repetición le des una pasada que le quites “las pegatinas del gorro". Estas faltando el respeto al esfuerzo de tu compañero. Háblale y dile que vas a pasar o comparte con tu compañero desde el principio la fatiga y responsabilidad de tirar de todo el entrenamiento.
¿DÓNDE Y CUANDO ME PUEDO PARAR?
¿Entrenando…? ¡Pues en ningún sitio! Efectivamente no hay que pararse jamás durante una serie, porque cada serie es un pequeño ensayo de competición desde el punto de vista psicológico, físico y técnico… si compitiendo no te detienes, entrenando tampoco ¿Y por qué? Seguro que se te pasa por la cabeza que ¿cómo puede ser que una serie de 800m a 60pbm (pulsaciones por debajo del máximo) es un ensayo de la competición? Muy sencillo:
► Psicológicamente, no puedes detenerte porque tienes que soportar la monotonía del nado continuo, los malestares musculares o la gran intensidad propia del entrenamiento. Además, aumentarás tu resistencia psicológica al entrenamiento y a la competición.
► Físicamente, porque la exigencia física durante el entrenamiento es enorme, pero en competición lo será más. Por ese motivo, si no aguantas durante los entrenamientos, a duras penas lo harás compitiendo al 110% de tu capacidad de esfuerzo – que es el planteamiento si quieres mejorar tu 100% actual –.
► Técnicamente es un ensayo porque para nadar lo mejor posible durante tu prueba, es necesario que nades perfectamente durante todos los metros de tu entrenamiento, aunque sea el nado de recuperación, porque obviamente la técnica de nado se automatiza entrenando y, si automatizas un gesto erróneo durante el entrenamiento, no sólo serás incapaz de ejecutarlo correctamente en competición, sino que hay un riesgo grande de lesión durante tus entrenamientos.
Las excepciones, que siempre las hay, sólo son justificables si te sobreviene un proceso febril, mareos o episodios similares. Para todo lo demás, puedes esperar al final de la repetición o del entrenamiento. Si desgraciadamente ocurre esto, colócate a la izquierda según los compañeros que llegan o a la derecha del entrenador para que tus compañeros puedan seguir con su entrenamiento y a ti atenderte convenientemente.
EL MATERIAL DE COMPETICIÓN
Al igual que en el entrenamiento, mantén una relación lógica entre tu nivel deportivo y de tus materiales. Será más beneficioso para tu rendimiento hacer una sesión más de natación a la semana, que adquirir el “magnífico y ultimísimo neopreno". A efectos prácticos, al menos llévate un par de gorros y un par de gafas usadas y adaptadas perfectamente. ¡Ojo! No estrenes gafas el día de la competición, porque puede ser que no se te ajusten a la cuenca del ojo debidamente y te encuentres incómodo o te entre agua (ocurre igual que con las zapatillas de carrera).
UTILIZA SÓLO EL MATERIAL QUE NECESITES
En triatlón esto es muy común. No por muchos materiales de última tecnología que te compres nadarás más rápido. Tu nivel técnico marcará la cantidad de materiales diferentes que precisarás en tu entrenamiento. Tu entrenador te marcará el material que necesitas para entrenar durante esta temporada, luego en el modelo no me meto… faltaría más. Por ejemplo, es inútil que intentes usar unas enormes palas, si aún no tienes potencia suficiente ni en rotadores internos ni en dorsal, para poder mover todo el agua que se coge con palas, provocando esto una técnica de brazada errónea y una posible lesión en los citados rotadores y en los tendones de la cabeza larga del bíceps.
LA COMPETICIÓN ¿QUÉ ES ESO?
Para todos los triatletas, desde el primerizo popular hasta el profesional campeón del mundo, hay un grado de presión más o menos intenso. Como campeón del mundo sólo hay uno, y ha demostrado gestionar de forma excelente su presión, te escribo sobre el resto de los mortales. La competición es una fiesta, no una sala de tortura. Cierto es, que compitiendo a la máxima intensidad o en larga distancia se sufre, pero hay un disfrute implícito porque es una actividad que te encanta. Además, normalmente tus entrenamientos suelen ser más duros que la competición, por tanto, ¡ve seguro de ti mismo, porque ya lo has superado otras veces! La presión es para los profesionales, no para ti que no cobras por ello. Que no te prive la presión que te has creado, de disfrutar del momento. A efectos de rendimiento, esa presión te genera nerviosismo, aumentando tu tensión muscular y provocando por tanto, que tu fatiga muscular llegue mucho antes. No soy dado a frases hechas, pero no olvides esta: “para ser competitivo hay que estar preparado (por tanto confiado), relajado y concentrado".