Las reglas del juego son completamente diferentes a las de los formatos más cortos. La larga distancia marca las suyas propias y el papel de la natación siempre resultó más relativo de cara al puesto final.
Puede resultar sorprendente, pero la realidad es que desde los años 80 hasta el 2014 los parciales apenas se han movido. En hombres ya se salía en 50’ en Hawaii en el 88. Si hablamos de Roth, en el 88, Dirk Aschomeneit, 2º en meta, se marcaba 47:52, que si los comparamos con los 47:33 del 2015 del ganador Nils Frommhold, dejan en mejor lugar a nuestros mitos.
Algo curioso es comprobar cómo en larga distancia siempre ha habido "épocas". Podemos diferenciar la "era Wolfgan Dittrich" o la "era Wendy Ingraham" y compararlas con las actuales de Andy Potts o Leanda Cave. Siempre sabías que iban a salir en cabeza del agua año tras año.
El problema de la natación en larga es que supone un porcentaje mínimo sobre el tiempo final. Poco más del 10%. Los tiempos perdidos siempre fueron recuperables, al punto que podías encontrarte a los mejores parciales de natación en mitad de las clasificaciones en meta.
Sin embargo, aunque los tiempos apenas han evolucionado en 25-30 años, sí que lo ha hecho el papel jugado. Es un papel más cualitativo que cuantitativo. Ahora es fundamental salir en cabeza, al igual que en corta. Hay que estar delante para controlar la carrera y evitar el coste de la caza. Por ello, los triatletas actuales salen en grandes grupos cada vez más numerosos y estirados. Empiezan a parecer siluetas más propias de las Series Mundiales.
Pero el verdadero cambio se ha producido en los últimos 2-3 años. Los mejores tiempos en el agua han dado un salto de 2’ tanto en categorías masculina como femenina. Ya sea Roth, donde el primero ha pasado de salir en 48’ en el 2014 a salir en 45.22 en el 2016, como en Hawaii, con 50:56 en 2014 por 48:02 en 2016.
¿Qué está pasando?
Los New Kid’s on the block ya están aquí. La llegada de los triatletas de las Series Mundiales con sus impresionantes rendimientos en el agua han roto los ritmos del primer parcial. Y la noticia es que no tiene vuelta atrás. Los Frodeno, Wiltshare, Daniela Ryf y demás, vienen a establecer su dominio en el territorio de los más resistentes. Con una ventaja, son más rápidos.
Por tanto, ¿cuál es el futuro de la larga?
Una mezcla de las reglas de la última década y lo que hemos visto en estos tres últimos años. Será fundamental salir en el grupo de cabeza y, por otro lado, los tiempos serán mejores con unos ritmos de nado inicial similares a la corta distancia. Es decir, muy altos... nada de salir a ritmo alto y mantener.
Eso supone que los triatletas de larga también tienen que entrenar la resistencia al lactato. Se acabó el reinado del umbral... llega la intensidad a los entrenos de agua.