Si nadas relajado economizarás energía. Con el trabajo de volumen, se tiende a tener un nado más relajado, por necesidad, pero aunque parezca contradictorio, si no eres capaz de relajarte, no serás capaz de acumular metros en una sesión porque el dolor muscular te limitará hasta tal punto que tendrás que salirte del agua.
Como en todas las disciplinas deportivas y en la evolución del deportista, cada persona tenemos un momento. En el caso de la natación para un triatleta, la capacidad de tolerar los metros va evolucionando con los entrenamientos. Hay personas que por su nadar “tenso” no son capaces de superar el volumen por esa excesiva tensión. Y en su día fue mi gran problema.
¿CUÁL ERA EL PROBLEMA?
Al final dimos con el problema. Nuestro afán por mejorar varios aspectos de la técnica provocó que mi bloqueo y mi tensión radicara en un excesivo control de mi forma de nado... dejé de sentir para intentar conseguir la perfección teórica.
¿CÓMO LO SOLUCIONÉ?
Junto con mi entrenador, probamos varias cosas:
- Nadar menos metros por sesión y nadar dos veces al día: en lugar de nadar 4500 mts, nadaba 2000 por la mañana y 2500 por la tarde, algo que psicológica y físicamente es más asumible.
- Incluso recurrimos al trabajo paralelo con el psicólogo deportivo para propiciar una actitud adecuada que nos llevara a pensamientos positivos de refuerzo dentro del agua.
- Probamos a nadar con música.
MIS CONSEJOS
- Deja de pensar mientras nadas en cómo debes nadar. Centra la atención sólo cuando tu entrenador te lo pida o el propio entrenamiento lo requiera.
- Para nadar mejor a crol, aprende a disfrutar del agua y a reconocerla como amiga: deja de “pegarte” con ella, acaríciala, bucea y experimenta con diversos movimientos que te hagan avanzar.
- La riqueza de movimientos es la forma idónea de sentir el agua. Practica otros estilos e incluso, un partido de waterpolo te aportará más que 4000 metros extras.
- Dentro de tus posibilidades, practica la natación sincronizada, intentado mantenerte a flote mientras sacas una pierna del agua, elevándote hasta la cintura haciendo sólo, haciendo giros…
¡PRUEBA ESTO!
- Con o sin tabla, da pies de espalda, despacio… con los oídos dentro del agua y escucha, siente como el agua recorre tu cuerpo
- Húndete y mantén la respiración. No hagas nada, solo mira.
- Haz “el muerto boca abajo” y nota como tu cuerpo, brazos y piernas flotan o no.