No importan los años... importan las pesas

El entrenamiento con pesas es clave para mantenerse más joven.

TRIATLÓN / VITHAS HOSPITAL

No importan los años... importan las pesas
No importan los años... importan las pesas

Durante la madurez del organismo se produce una pérdida paulatina de la masa muscular. Al principio es muy lenta, pero con la edad se vuelve más evidente. Es lo que se conoce como sarcopenia. Y sólo puede ser compensada por un aporte proteico correcto y por el entrenamiento de la fuerza, es decir, el trabajo de intensidad o con pesas. Son las conclusiones del Doctro Corbalán, de Vithas Hospital.

Todo el mundo debería realizar trabajo muscular con pesas. En el caso de los jóvenes, para adquirir masa muscular y fuerza y, en el caso de las personas de más edad, es todavía más importante para no perder lo ganado durante la juventud. Mantener la musculatura corporal ayuda a poder afrontar más carga de trabajo y quemar más energía, contribuyendo a mantener el peso corporal y evitando la acumulación de grasa, que actúa como una auténtica carga muerta que debemos soportar durante la vida.

Los ejercicios de fuerza y potencia son ejercicios de alta calidad, con un gran nivel de exigencia para nuestro organismo. A medida que cumplimos años, estamos menos capacitados para ellos, motivo por el cual debemos entrenar. Cada uno tenemos una carga máxima para cada grupo muscular y, en función de esa cifra, hay que planificar el entrenamiento, que siempre debe ser progresivo y cercano a nuestro límite para mantener o mejorar la fuerza.

 

Beneficios del trabajo muscular con pesas

-El aumento de la fuerza y de la resistencia

-La disminución del peso corporal

-La necesidad de una alimentación equilibrada

La sarcopenia, la pérdida de la masa muscular, es un reflejo de la fase catabólica de nuestra vida y supone uno de los hechos que conforman la vejez. Por ello, la recomendación es la de trabajar la fuerza con relativa frecuencia para mantenernos más jóvenes.

La juventud no sólo es cuestión de estética, es fundamentalmente una cuestión de capacidad funcional, es decir, de la cantidad de cosas que todavía podemos hacer a pesar de nuestra edad.