Fisioterapia y running: ¿cada cuánto conviene pasar por consulta si corres habitualmente?

La prevención también se entrena, y saber cuándo acudir al fisio puede marcar la diferencia entre sumar kilómetros… o lesionarte.

El fisioterapeuta no está solo para apagar fuegos: también puede ayudarte a no encenderlos.
El fisioterapeuta no está solo para apagar fuegos: también puede ayudarte a no encenderlos.

Tú entrenas, tú te hidratas, tú cuidas las zapatillas. Pero, ¿y tus músculos? ¿Hace cuánto no visitas a ese profesional que sabe exactamente dónde presionar para que saltes del potro como un gato asustado? El fisioterapeuta no está solo para apagar fuegos: también puede ayudarte a no encenderlos. Pero ¿cada cuánto conviene ir? ¿Una vez al mes? ¿Después de una tirada larga? ¿Solo si ya duele? La ciencia y los expertos tienen algunas respuestas.

¿Ir al fisio solo cuando hay dolor? Error de principiante

Uno de los errores más comunes entre los corredores populares es considerar la fisioterapia como un recurso de emergencia. “Voy si me duele algo” equivale, en términos preventivos, a arreglar los frenos del coche después de un accidente. La fisioterapia no es solo tratamiento: también es prevención, educación postural, recuperación muscular y mantenimiento de tejidos. Según la British Journal of Sports Medicine, el 70% de las lesiones en corredores populares son por sobreuso. Es decir, lesiones que no aparecen de repente, sino que se gestan poco a poco. Y es ahí donde la intervención del fisioterapeuta puede ser decisiva para evitar que ese leve tirón en el sóleo acabe siendo una baja de un mes.

¿Cada cuánto debería ir al fisioterapeuta un corredor popular?

No hay una frecuencia mágica que sirva para todos, pero sí una orientación útil basada en varios factores. Los expertos de la National Athletic Trainers’ Association (NATA) y los colegios de fisioterapeutas europeos coinciden en que:

  • Si estás sano y sin molestias: una sesión cada 4 a 6 semanas puede ser suficiente para revisión, descarga y detección precoz de desequilibrios. Especialmente útil en fases de carga alta (preparación de maratón, por ejemplo).
  • Si estás en periodo de entrenamiento intenso (más de 50 km semanales): cada 2 a 3 semanas, incluso aunque no haya dolor. Los tejidos se estresan más, y una pequeña sobrecarga no atendida puede traducirse en semanas de parón.
  • Si tienes antecedentes de lesiones o molestias persistentes: cada semana o diez días en fases clave. Aquí no hablamos solo de masajes: el trabajo activo con el fisioterapeuta puede incluir ejercicios correctivos, pautas posturales o técnicas de movilización.

¿Qué se hace en una sesión si no hay lesiones?

Hay vida más allá del “masaje de descarga”. Las sesiones preventivas suelen incluir:

  • Valoración articular y muscular
  • Liberación miofascial o masaje suave en puntos clave
  • Corrección de patrones de carrera
  • Consejos personalizados de estiramientos o movilidad
  • Detección de asimetrías

Un buen fisioterapeuta puede adelantarse a la lesión antes de que tú sientas nada. Y eso, para quien quiere seguir sumando kilómetros sin sustos, es oro puro.

¿Y si no tengo tiempo dinero para ir tanto?

Buena pregunta. Porque no todos podemos permitirnos una sesión cada tres semanas. Pero eso no significa renunciar al cuidado físico. Puedes aplicar estas estrategias:

  • Acude al fisio antes y después de tus ciclos más duros (por ejemplo, semanas de carga de un plan maratón).
  • Aprende rutinas básicas de movilidad y automasaje con foam roller o pelota de masaje (tu fisio puede enseñártelas).
  • Programa una visita trimestral como mínimo, aunque estés bien, para revisión general.
  • Invierte en prevención con ejercicios de fuerza y técnica de carrera, que disminuyen el riesgo de lesiones.

El mejor momento para ir al fisio es antes de necesitarlo

No esperes a cojear para pedir cita. Un fisio no es un mecánico de urgencias, sino un aliado para que tu cuerpo siga funcionando como un reloj. Y, como en cualquier engranaje, un chequeo periódico vale más que una reparación de urgencia. Correr es mucho más que poner un pie delante del otro. Es cuidar el cuerpo que lo hace posible.

Calendario fisioterápico del corredor popular

Tipo de corredor Frecuencia recomendada al fisio
Sin molestias, carga moderada Cada 4–6 semanas
En pico de entrenamiento Cada 2–3 semanas
Con molestias o lesiones previas Cada 7–10 días
Con recursos limitados Cada 3 meses + rutinas caseras