[VÍDEO] El sueño olímpico de Andrea Miguélez: "Estar en París ya es un gran logro"

Entrevistamos a la paratriatleta madrileña, a punto de poner rumbo a París para competir en los Juegos Paralímpicos.

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A sus 21 años, Andrea Miguélez (Getafe, Madrid) ya es una de las figuras destacadas del triatlón paralímpico español. Con humildad, esfuerzo, dedicación y talento se está dedicando a "crear sueños". 

Quizás el más grande ya lo tiene en la palma de la mano: competir en París el próximo 1 de septiembre en los Juegos Paralímpicos.

A nivel internacional debutó en 2021. Esa temporada ya se proclamó campeona del mundo en Abu Dhabi en su categoría PTS3 de discapacidades significativas. Ganó su segundo Mundial un año después en el mismo lugar, esta vez en PTS4. Y en París competirá en PTS5

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"Creo que Abu Dhabi 2021 fue un momento muy bonito, pero Abu Dhabi 2022 fue algo muy especial. Además, iba con una bici que me prestaron, una cabra. No encontraron cabras de mi talla. La había probado sólo 10 días. Los técnicos se echaron las manos a la cabeza. Yo nunca había cogido una cabra. Y me presenté en un Mundial. Cuando lo gané, se echaban las manos a la cabeza", nos cuenta justo antes de poner rumbo a París.

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"Para todo deportista, estar en unos Juegos ya es un gran logro. Hay que competir. No sabes lo que puede pasar. Puedes ser mi mejor día y el peor de la rival. También hay que tener los pies en la tierra. Creo que llevo muy poco tiempo en el deporte paralímpico y estar allí supone un gran logro. Y, sobre todo, que la gente te conozca, que los niños que tienen alguna discapacidad, al verte, se animen a hacer deporte", asegura Andrea, que cuenta con un referente claro.

"Eva Moral. Es la mujer de mi entrenador, Ángel Salamanca. En un modelo a seguir. Y me gustaría seguir sus pasos", explica la paratriatleta madrileña, cuya familia le inculcó su pasión por el triatlón.

"En mi familia todos hacemos triatlón. Mis padres, mi hermano, mi novio... Más que ellos no me entiende nadie. Mi abuela, obviamente, no entiende este deporte. Pero mi familia me acompaña día a día. Siempre alguien entrena conmigo", comenta Andrea, que sí observa un hándicap en el triatlón.

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"Es duro. Gastas mucho dinero. Son tres deportes caros. Es mucho material. Este año tengo un acuerdo con Shimano. Me ayudan muchísimo. Me aportan mucho material. Me he ido a Australia, a Abu Dhabi... y las ayudas económicas son bajitas", afirma Andrea, que padece una enfermedad rara.

Nació con la malformación de Arnold Chiari, una afección en la cual el tejido cerebral se extiende hacia el canal espinal, causando presión en el cerebelo y tronco encefálico.

"Cuando tenía tres años, en una siesta, mis padres vieron que dejaba de respirar, se asustaron, y vieron que no era normal. Estuve tres años de pruebas, no consiguieron descifrar lo que era, hasta que en el hospital Niño Jesús vieron que tenía el cerebelo que comprimía la médula, algo que me provocaba apneas, llegando a tener unas 360 todas las noches, algo peligroso", desvela.

"Respiraba dos veces y me quedaba doce segundos sin respirar. Pasado un tiempo me sometí a una operación, me recolocaron todo y mejoré, pero tengo las dos primeras vertebras limadas al 50% y la tercera al 25%", señala la joven deportista madrileña, que convive con una cicatriz de 46 puntos en el cuello.

"Hay cosas que no puedo hacer porque tengo una parestesia en la mano izquierda que no controlo y que me hace no sentir. Por ello, algunos profesores me han hecho sentir muy mal en sus clases", confiesa Andrea, que estudia un Grado de Técnico de auxiliar de enfermería en un instituto de Valdemoro.