A finales de 2005, y por culpa de esa gran frase de “no hay huevos”, empecé a entrenar para hacer triatlón, y en 2006 comencé a practicarlo de manera asidua con un compañero. A lo largo de los años 2006 y 2007 hicimos diversos triatlones, en Francia, Euskadi y alguna carrera en Navarra, Aragón (¡qué gran carrera en Teruel!) o La Rioja.
A finales de 2007 me diagnosticaron una colitis ulcerosa, y a pesar de haber perdido mucha forma física traté de seguir adelante. Pero en 2008, debido a los tratamientos de plamafenesis y toda la cantidad de pastillas que me daban, no me quedaron ganas ni ilusión de seguir, y en diciembre del 2009, al ser despedido de mi trabajo, el disgusto me provocó una diabetes de tipo 1, con lo cual por prohibición medica dejé el deporte definitivamente.
No asumir mis enfermedades, el sedentarismo, la falta de autoestima, y las pocas ganas de vivir me llevaron a los 92 kg (para el 1,74 que mido) terminando con que en diciembre de 2010 me separé de mi pareja… ¡aquello era la desesperación total! Hacia marzo de 2011, harto de no tener una vida “normal”, volví a subirme a la bici (gracias a una nueva amiga, Sonia) y decidí empezar una pequeña guerra contra las enfermedades y la discapacidad que éstas me han generado (discapacidad multi orgánica del
33%), tratando de salir adelante.
Me saqué los títulos de monitor de ciclo indoor y empecé a competir nuevamente, siendo el triatlón del Rasillo 2011 mi vuelta a la competición. Terminé el último, pero eso era lo de menos; lo importante es que volví a terminar una carrera. En 2012, con 22 kilos menos en mi cuerpo, volvería a competir en media y larga distancia, que era donde más a gusto me veía corriendo.
Fue en el Bilbao Triatlón, el cual para mí fue muy especial; yo conocía el Bilbao antiguo y nadar en la ría fue algo muy grande. Después, en el Triatlón de Aritzaleku nos presentamos (mi perra Lana, que es mi asistencia, y yo) sin mayor intención que dar alguna vuelta en bici y poco más. Pero terminamos el Medio Ironman juntos, y de él nos trajimos un gran recuerdo, pues la organización se portó fenomenal estando pendiente de ella mientras yo nadaba y estaba en la bici.
Este pasado 2013 volví a Bilbao y también corrí en el BH Triatlón de Zarautz. El siguiente paso era correr el Challenge de Vitoria en categoría Paratriatlon tri 7, pero un día antes de la carrera me robaron la bici y la mochila con la equipación, el neopreno, las zapas de la bici… quedándome a las puertas del sueño de hierro. Mis sueños e ilusiones se quedaron allí aquel 27 de julio. Ahora mi única ilusión es volver a tener una bici y poder seguir cruzando juntos la línea de muchas metas.
Por eso, y con la intención de seguir compitiendo y de dar o ser ejemplo de aquellas personas que en algún momento se vieron en una situación parecida a la mía, estoy tratando de solicitar la ayuda de alguna empresa que me pueda ceder o “patrocinar” con una bici para seguir compitiendo, ya que mi intención de este año era hacerme con el campeonato de Euskadi y de España de paratriatlon en tri 7.