Antes de empezar, ponnos en antecedentes y cuéntanos quién es Luis de Arriba, campeón de la última edición del Ultraman de Cozumel tras 26 horas y 26 minutos de esfuerzo a lo largo de tres días...
Yo soy una persona normal que empezó a hacer deporte a una edad relativamente tardía, a los 38 años, y que desde entonces no he parado. Me tiene totalmente enganchado. Llevó ya 15 IRONMAN (Incluido Kona), Campeonato del Mundo XTERRA, cruce a nado del estrecho de Gibraltar, UTMB, Maratón des Sables, Cape Epic, Titan Desert y ahora ULTRAMAN.
(Un Ultra Triatlón o Ultraman es una prueba de ultraresistencia que se divide en tres días. Los participantes tienen que completar 10 kilómetros de natación, 425 km de ciclismo y 85 km de carrera a pie. En la primera jornada afrontan 10 kilómetros de natación y 150 kilómetros en bicicleta; en la segunda, 275 kilómetros de ciclismo; y el tercer día, 85 kilómetros de carrera, es decir, dos maratones seguidos).
Y ahora, vamos con la entrevista propiamente dicha… ¿Qué lleva a un triatleta a plantearse la ‘locura’ de afrontar un Ultraman?
La verdad es que, desde hace aproximadamente dos años, me venía rondando la cabeza. Me atraía la idea de saber cómo respondería mi cuerpo en una distancia superior al IRONMAN. Creo que uno de los atractivos del deporte de resistencia reside en ponernos retos cada vez más difíciles para mantenernos motivados.
¿El IRONMAN se te quedaba corto… después de completar quince?
Jajajajajaja! No, definitivamente no! El IRONMAN es una prueba que me encanta. Creo que tiene unas distancias que, aun siendo largas, te permiten sentirte rápido y competitivo. Correr lo más rápido posible 42 km después de 180 km de bici supone un esfuerzo físico y mental que requiere una preparación de años y que incluso creo nunca llegamos a controlar del todo. Hay muchas variables en juego. Nutrición, hidratación, calor, desgaste muscular, gestión de los ritmos, etc. Es una prueba que me encanta y, de hecho, estoy deseando volver al Mundial de Hawaii, que en mi opinión es el IRONMAN más duro de todos.
¿Llegaste a pensar, durante la exigente preparación para la prueba, en la opción de la victoria –como finalmente ocurrió–?
Soy competitivo por naturaleza y reconozco que incluso llegué a ver clasificaciones del Ultraman que se había hecho en México el año anterior, pero siempre tuve claro que siendo mi primera participación el objetivo era acabar. No acabar hubiera sido un fracaso y para ello tienes que hacer tu propia carrera hasta incluso yendo primero como iba desde el primer día. Realmente no sabía ni quién era el segundo ni cuánto tiempo le llevaba porque la organización no nos facilitaba esta información. Un Ultraman en ese sentido es distinto a otro tipo de competiciones. No hay contrincantes sino compañeros. El sufrimiento nos une a todos. Sólo deseas que los demás acaben y puedan cumplir su sueño.

¿Y cómo fue ese proceso de entrenamiento? Cuéntanos con detalle cuántas horas le dedicaste, volúmenes, cómo compaginaste tu vida personal con los entrenos…
Esto, estoy convencido, es la clave del éxito. No se trata de darte grandes “palizas”. Se trata de ser constante y entrenar todos los días, aunque sea poco tiempo (he llegado a meterme en la piscina para nadar sólo 20 minutos, pero era lo que “tocaba” ese día y no tenía mas tiempo). Trabajo 40 horas semanales y tengo a mi mujer, Paz, y dos hijos de 11 y 8 años (Daniel y Marcos). El tiempo es el que es. Aprovecho para hacer una primera sesión a las 7 de la mañana antes de entrar a trabajar y, si puedo, otra al salir del trabajo antes de ir a recoger a mis hijos de sus extraescolares. En cuanto a números, dedico unas 12 horas a la semana a entrenar, haciendo los mayores volúmenes los fines de semana con una salida larga de bici los domingos con mi club de triatlón, el Terrax Triatlón.
¿Recuerdas el entrenamiento más duro que llevaste a cabo?
No el más duro, pero sí el más importante. Una salida en bici de 300 km con algunos amigos del club. Me dio la confianza suficiente para afrontar los 275 km del segundo de bici con la seguridad de que, si nada se torcía y nos ajustábamos al plan previsto de nutrición e hidratación, lo acabaríamos con éxito.
En cuanto a los 85 km de carrera a pie, el bagaje de ultra-trails que he hecho, con el UTMB (Ultra Trial de Montblanc) como el más duro de todos, me dio la fortaleza física y mental suficiente como para saber que si llegaba “entero” al tercer día lo podría superar con garantías de éxito.
Y después de este ‘sufrido’ camino, llegas a Cozumel y ganas…
Pues sí. Como he dicho, no era algo buscado, ya que el objetivo era acabar, pero todo salió de cara y fuimos superando las etapas sin fallos. Más que por mí, me alegro por el equipo (Javi, Ángel y sus hijos Marc –11 años– y Carlisse –8 años–), ya que sin ellos no hubiera sido posible. Si pudiera partir el trofeo en cinco trozos, lo haría, sin duda.

En una prueba tan dura, ¿cuántas veces pensaste en abandonar? ¿Y cómo pusiste a raya ese pensamiento negativo?
Es una prueba muy dura y no se puede acometer sin un entrenamiento y un bagaje previo en deportes de ultra resistencia. La verdad es que no pensé en abandonar en ningún momento, pero el momento que peor lo pasé fue en la natación del kilómetro 8 al 10, ya que me encontraba mareado y temía hasta por mi propia vida. No obstante, entre las medidas de seguridad que llevábamos estaba la de llevar una boya de seguridad y sabía que en caso de ir a más tendría que agarrarme a ella. Nunca pongo intencionadamente en riesgo mi vida. Vida solo hay una y pruebas, muchas.
Los pensamientos negativos, como siempre, los controlo dándoles la vuelta y pensando en mi familia y en todas aquellas cosas que me motivan a seguir cuando el dolor “suplica” que pares. El dolor es sólo dolor.
¿Cuál fue el momento más duro?
Contra todo pronóstico la natación. Las condiciones de marea, corriente, medusas, etc., la hicieron muy difícil. De hecho, seis participantes no pudieron completarla y abandonaron. El día anterior tuvimos una “turbonada” (aumento repentino y fuerte de la velocidad del viento que suele ser asociada a tempestades), que creo ocasionó esas duras condiciones del mar.
¿Y qué se te vino a la cabeza justo en el instante en el que cruzaste la última línea meta… en la primera posición?
Fue un momento de estallido de emociones. No soy mucho de llorar, pero se me saltaban las lágrimas. Pensaba en mi equipo, en mi familia, en mis amigos, en mi padre que murió hace unos años y que le encantaba el deporte. Me hubiera gustado que lo hubiera vivido. No sé, en un montón de cosas que hacen que te sientas el hombre más feliz del mundo por unos momentos. No se puede explicar. Hay que vivirlo… y lucharlo.

Después de ganar un Ultraman, ¿qué te queda por hacer en el triatlón?
Jajajajaja! Muchas cosas! Lo más importante es seguir disfrutando de los entrenamientos y del día a día. Esto te da un plus de motivación para seguir. Y como futuros objetivos, me gustaría estar en noviembre de este año en el Campeonato del Mundo de ULTRAMAN en Hawaii.