Tras dos días conviviendo con Iván Raña podemos asegurar que detrás de su popular imagen de triatleta extrovertido, directo y pasional, hay un deportista que, desde la forma más positiva de la expresión, resulta desconcertante. Todos los aficionados a este deporte conocemos su faceta de triatleta radical, de esos pocos elegidos cuya gran virtud está en poder trabajar en un umbral del esfuerzo capaz de superar cualquier lógica y vaciarse hasta el alma para caer desmayado tras la línea de meta.
Pero hay más Iván Raña, mucho más de lo que se ve en las competiciones. Iván invitó a la revista TRIATLÓN a pasar dos días junto a él y el equipo de análisis biomecánico más avanzado del momento, Retül. Nos desveló algunos de sus grandes secretos, del hombre que revolucionó el triatlón en España y que casi 20 años después de haberlo conseguido todo, parte en 2014 como uno de los claros favoritos en la salida del Ironman de Hawái. Iván Raña quiere ganar en Kona, tiene un plan y en estas páginas… será él mismo quien te descubra la faceta más profesional del gran campeón.
¿Qué hacemos aquí Iván?
Os he invitado para que veáis cómo preparo mi comienzo de la temporada de cara a Kona, que es el gran objetivo. Creo que puede ser interesante para vuestros lectores que vean como un profesional hace las cosas y que todos los triatletas entiendan cómo se prepara un profesional y cómo lo debe hacer un triatleta amateur que, aunque tenga un gran nivel, hay muchas diferencias.
Hablamos en todo momento del término “triatleta profesional" ¿Cuándo te diste cuenta de que el triatlón se había convertido en tu trabajo?
Poco a poco me fui dando cuenta de que las pequeñas obligaciones que tenía hacían del triatlón mi trabajo. Tener que ir a una presentación, asistir incluso a una carrera medio lesionado, que es algo que no me gusta nada, pero que lo vas haciendo porque entiendes que no se pueden cambiar las fechas y que es importante estar.
Firmar contratos, hacer sesiones de fotos, contestar mails, decidir dónde correr... todo forma parte del juego que te ayuda a mantenerte como profesional, sobre todo porque hay un apoyo económico. Con 20 años recuerdo que tenía que tomar una decisión seria, entrenar bien y mucho, o ir viendo otras opciones para ganarme la vida. Escogí el tri, porque no podía pensar en otra cosa que no fuera entrenar y competir.
¿Hemos venido a verte entrenar?
No, no… bueno, sí que voy a entrenar y claro que podéis venir conmigo si queréis, pero en estos dos días además voy a trabajar en mi posición, en mi eficiencia y en el comportamiento que tengo encima de la bici. El equipo Retül ha viajado hasta Mallorca para trabajar junto a mí y algunos otros deportistas de élite que están entrenando por aquí. También ha venido desde Canadá Gervais Rioux, propietario y fundador de Argon 18, para ver de qué manera me puede ayudar con sus bicis en función de la información que recojamos de estos test y debates técnicos.
Entonces, ¿se trata de un test y análisis biomecánico?
Sí, pero esto es sólo una pequeña parte, veréis que hay mucho más. He reunido a algunas de las personas más importantes de mi equipo personal que pueden intervenir en mi proceso de preparación en distancia Ironman, para ver qué puntos hay que reforzar y cómo todos juntos podemos ayudar a que todo vaya a la perfección. Luego, cuando veamos algunos resultados, discutiremos entre todos cuáles son las mejores opciones para poder ir a Kona al 100%.
¿Realmente crees que tras este test biomecánico vas a encontrar grandes soluciones con grandes cambios?
Grandes cambios no lo creo, pero es que en la élite mundial las pequeñas diferencias son todo. No pienso que mi posición de salida sea mala, pero sí que necesito coordinar y profundizar más en muchas otras cosas como el material y la bici que llevo para, en función de mis particularidades como triatleta, saber cómo puedo adaptarla para que esté perfectamente ajustada a mi estilo y mis características.
Desde la posición sobre la bici, las ruedas, el casco, el sillín, las zapatillas…no hay nada que sea lo mejor para todos los triatletas, hay que elegir cada cosa partiendo del triatleta y en esto vamos a trabajar, para que cada elección que haga sea la mejor para mí y en relación al resto de cosas que llevo encima.
No te voy a engañar, la opinión generalizada es que tu posición sobre la bici es… mejorable ¿Qué opinas?
Lo digo de verdad, me parece genial que la gente opine y más que opinen de mí, eso es bueno para todos, pero también hay que saber filtrar la información respecto de quién recibe uno todas esas críticas constructivas. Llevo muchos años, en realidad toda mi vida, viviendo como triatleta profesional y eso… no puede ser una casualidad.
Estoy seguro de que todo el mundo entiende este planteamiento. He sido Campeón del Mundo de triatlón olímpico, he ganado Copas del Mundo, he disputado en cabeza de carrera los Juegos Olímpicos, he sido ciclista profesional… y después de todo esto he vuelto al tri, y no me está yendo nada mal ya desde las primeras carreras importantes en mi nueva etapa de la larga distancia.
Creo que es muy interesante y justo que se me vea con perspectiva a lo largo de toda mi carrera como triatleta. Si fuera tan desastre, mi vida deportiva profesional ya habría acabado hace muchos años, y todavía hoy me veo con posibilidades reales de hacer un buen papel en Kona. Digo todo esto porque…creo que algo de crédito en mi propio criterio sí que me he ganado.
El tema de la posición sobre la bici de larga distancia es muy delicado porque hay multitud de factores que hacen que lleves una posición u otra. Cómo corres, cómo pedaleas, qué has hecho durante todos los años en tu vida deportiva… Todo eso te da y te quita unas opciones en tu posición sobre la bici y en mi caso, a día de hoy, mi posición ideal es la que llevo o está muy cerca.
Puede que no vaya tan bonito como algunos de mis rivales que me sacan unos pocos minutos en la bici, pero tal vez ahí también puedan encontrar alguna de las claves de por qué les paso como una bala en el maratón.
¿Te cierras en banda a cambiar mucho tu posición sobre la bici?
No me niego a cambiar mi posición, para nada, si no, no estaría aquí. Estoy de acuerdo en hacer algunos cambios que seguro me hacen mejorar, pero hay que entender que el cuerpo no es una ciencia exacta, no es una máquina que se pueda ajustar con piezas y que eso se traduzca en un cambio matemático. De hecho, en ocasiones el cuerpo de un triatleta profesional da más de lo que dicen los cálculos, pero hay que tener mucho cuidado y saber leer la información que te da el cuerpo o un día, sin esperarlo, te puedes romper. Aquí entra en juego el papel fundamental de la experiencia.
El gran privilegio de poder estar aquí con el equipo de Retül, es que ellos son los mejores profesionales del mundo para que me puedan aportar la mayor cantidad de información objetiva sobre mi postura en la bici, para saber dónde podríamos mejorar desde la teoría. Luego, sólo yo puedo valorar si esos cambios son viables para conseguir esas mejoras.
Posiblemente para ellos es mucho más sencillo modificar a un triatleta amateur que a profesionales como yo. El triatleta de nivel amateur, por norma, asimila de manera casi inmediata los cambios biomecánicos y además los traduce en mejor rendimiento. Esto es lógico, porque un triatleta joven o amateur tiene margen de trabajo, de mejora y de cambio. Sin embargo, un profesional ya tiene el cuerpo muy castigado y no es tan fácil, ni mucho menos.
Yo mismo debo ser la persona que elija qué cambios voy a aplicar de la lista de modificaciones que ellos proponen, incluso el momento exacto de probar nuevas posiciones dentro de esas indicaciones que me deberían hacer mejorar. En este sentido, poder trabajar con alguien como Craig Alexander, que también trabaja con el equipo de Retül, me puede resultar increíblemente útil.
Él sí que puede reportarme información aplicable a las sensaciones que él ha experimentado en su cuerpo, un cuerpo machacado hasta el límite humano, con las mismas apreciaciones que yo sobre qué es lo importante sobre la bici y qué información de la que aportan los test podemos poner en práctica…para luego poder correr 42 km a tope.
Aquí ya no hablamos de datos, sino de sensaciones y experiencias de personas que, como Craig, ya conocen todas las teorías y saben cómo poder filtrarlas y aplicarlas de la manera más precisa en el cuerpo de un triatleta profesional. Seguro que cambiaré cosas, pero hay que hacerlo en base a mí y mi experiencia, no sólo obedeciendo a las teorías.
¿Con la planificación de la preparación y distribución de cargas de entrenamiento también sigues tu propio criterio?
Sí, aunque tengo un buen grupo de asesores que conocen bien toda mi trayectoria y mis capacidades, a los que consulto en ocasiones para que me den una opinión honesta de cómo ven mi planificación. Ésta es una de las decisiones que más me ha hecho mejorar en los últimos años, aprovechar toda la experiencia sobre mí mismo para poder poner el toque de excelencia en el ajuste de cada entrenamiento diario. Ahí está la clave para un triatleta profesional.
Me conozco, sé cómo y cuándo tengo que entrenar para intentar ser el mejor, y también todo lo que no tengo que hacer para ser el mejor. Sé de sobra que todas las teorías dicen que uno no debe entrenarse a sí mismo porque no se puede ser objetivo, pero claro, esas teorías no tienen en cuenta a un triatleta que lleva unos 17 años luchando por ser el mejor del mundo y que en diversas ocasiones lo ha conseguido. Estoy de acuerdo que para el 99% de triatletas es lo más adecuado, hay que tener un entrenador que te permita centrarte, pero yo he pasado mi vida entera conviviendo y aprendiendo de los mejores entrenadores del mundo.
Ya he hecho y repetido una y otra vez todo tipo de entrenamientos, he sido muy observador y he permanecido atento a qué es lo que tengo que hacer. A mi nivel y en mi momento de la vida es imposible tener un entrenador, le volvería loco. Piensa que salgo a entrenar con un objetivo claro, pero en la sesión veo que tengo que añadir unos cambios porque puedo hacer más o debo hacer menos.
Eso ya lo cambia todo, no sólo los siguientes entrenamientos del día, sino los siguientes entrenamientos de la semana. Si te digo que unos días antes de un Ironman de la temporada pasada hice una tirada en bici de más de 300 Km dirías que estoy loco. Pues, aunque para otro triatleta sea una barbaridad y hacer eso significara no poder ni acabar la prueba, yo gané. A mí no me va nada bien pasarme los días previos tumbado sin hacer nada o muy poco, porque salgo con malas sensaciones y paso la prueba lento, sin tono… La mayoría de triatletas necesitan bajar la carga y el volumen para tener punch el día de la competición.
¿Piensas entonces que nadie puede entrenarte?
Por parcelas sí, como esto que estamos haciendo aquí con Retül. Sin embargo, pretender que otra persona tenga controlado todo lo que me pasa de manera global es muy complicado. Por ejemplo, hablo contigo de bicis y estoy encantado porque me transmites las sensaciones exactas sobre cada cosa y sabes cuáles son las mejores opciones de material para las sensaciones que yo te cuento.
Me quedo con todo esto y corto, debo ser yo quien evalúe en la carretera el grado de influencia que tiene sobre mi esas prestaciones reales de las que un especialista en material como tú me está explicando. Del mismo modo me sucede con mis asesores para la carrera a pie, para la natación, para la nutrición, la recuperación…
Pero sólo yo puedo recopilar esa información en mi cabeza, con mis sensaciones, con mis emociones y resolver de manera perfecta una ecuación complejísima que desde otra cabeza sería imposible acertar. No es una manía contra la figura del entrenador ni que crea que sé más que nadie, mi modo de trabajar está en rodearme de los mejores que puedan aportarme los últimos avances y luego veo si tienen cabida en mí mismo como triatleta.
A lo largo de tu vida has tocado todo los palos de la intensidad física. Fuiste el mejor triatleta olímpico, competiste como ciclista pro, volviste y pasaste por el intento de clasificarte para los Juegos de Londres de nuevo en olímpica ¿Notas algunos cambios en tus capacidades físicas y cómo reacciona tu cuerpo al entrenamiento y la competición de larga distancia, o compites y te preparas con las cualidades que has desarrollado estos años?
Es una muy buena pregunta, porque la tendencia natural es pensar que “como has corrido en olímpico, siempre serás un tío muy rápido. Como además has sido ciclista pro y tienes fondo en bici…seguro que vuelas en la bici de un Ironman".
Pues esto no tiene nada que ver, cada etapa es una historia diferente y el tiempo me ha enseñado a que el cuerpo, incluso con el paso de los años, tiene capacidad de adaptarse a lo que le des. Ahora estoy descubriendo muchas cosas nuevas sobre mí, estoy aprendiendo a entrenar en ritmos muy precisos de manera controlada y, sobre todo, a cómo mi cuerpo reacciona con cargas de trabajo muy largas de alto volumen.
La época de olímpico pasó y aunque meto alguno en mi preparación para ponerme un objetivo para finalizar un ciclo de entrenamientos de velocidad y así poder estar motivado, ahora soy un triatleta de distancia Ironman. La gran ventaja que puedo tener es que psicológicamente, al haber vivido todas esas facetas como profesional, tengo mucha experiencia para enfrentarme a todo tipo de entrenamientos y situaciones de competición. Es increíble, pero el cuerpo siempre cambia y se adapta, incluso aunque hayas pasado tu vida entera corriendo olímpicos.
Cuando empezaste ¿soñabas con los resultados que has logrado?
De crío soñaba con ser deportista (ciclista, nadador…) y el triatlón se cruzó en mi camino en un sitio sin tradición, en el que la gente apenas sabía pronunciar la palabra. En mi cabeza desde pequeño, incluso ahora, sueño con hacer cosas que son difíciles, pero justamente eso es lo que me motiva mucho más. Sí, soñaba con ganar un Mundial y muchas más carreras. Cuando eres pequeño sueñas mucho. Puedo decir que lo que quería de verdad… lo conseguí.