En pocas horas (este sábado a partir de las 18:00), Mario Mola afronta la segunda prueba de las WTS en Bermudas como claro favorito al triunfo. Es el vigente tricampeón del mundo (2016, 2017 y 2018) y actual líder del ranking después de su victoria en la primera cita de Abu Dhabi.
La temporada pasada en Bermudas acabó en la 4ª posición, después de los tres noruegos (Stornes, Blummenfelt e Iden), su 'peor' resultado del año (el resto fueron 4 victorias y 3 platas). Para Mario fue uno de los peores momentos de su carrera. Y no por el resultado, sino porque en las horas previas a la competición, recién aterrizado en Bermudas, se enteró del grave atropello que había sufrido Carolina Routier, su pareja, mientras entrenaba con la bici en Banyoles.
Este sábado, cuando se cumple un año del accidente, Carol también estará en la línea de salida de la prueba femenina (21:00, hora española). Y Mario podrá competir con todos los sentidos puestos en la carrera y concentrado plenamente en luchar por la victoria, con la fuerza mental que le caracteriza.
En una entrevista de Eleonora Giovio, en El País, queda patente que el triatleta balear es un deportista de élite extraordinario, y no sólo por su talento competitivo. En sus pocos ratos de descanso, estudia para estar "tranquilo".
"Terminé Empresa y ahora he terminado también un máster en mercados financieros. Empecé estudiando ingeniería de caminos, lo que pasa es que no tenía tiempo para hacer ambas cosas. En el año en que tenía que tomar la decisión, gané el Campeonato del Mundo júnior y la balanza se inclinó un poco más hacia el deporte y a aprovechar ese talento que tenía porque al estudio siempre podía volver. Pero siempre me ha ido bien y me ha dado tranquilidad el seguir estudiando y formándome. Ahora puedo vivir del deporte, pero es algo muy efímero e ingrato a veces... Entrenamos muchas horas y muchas otras las tenemos que dedicar a descansar porque si no, no puedes entrenar. Ese descanso lo puedes dedicar perdiendo el tiempo o leyendo y formándote en algo que te interese. Leo cosas de economía, empresa, mercados y eso me entretiene. En vez de estar perdiendo el tiempo en otras cosas, hago esto. Me tranquiliza que no todo sea deporte, porque así tengo una salida", explica Mario.
Es evidente que el tricampeón del mundo es un ejemplo en todos los sentidos. Seguir estudiando y compitiendo al más alto nivel en un deporte tan exigente como el triatlón está al alcance de muy pocos. "Físicamente es muy, muy duro, no nos vamos a engañar. Todo el mundo querría estar en nuestro lugar, pero después muy poca gente está dispuesta a hacer lo que hay que hacer para estar en nuestro lugar. Son 24 horas, 365 días al año deporte. Yo no salgo, no ceno fuera, cada día me voy a dormir a las 21.30 y me despierto cada día a las 8. No voy a centros comerciales. Yo entreno, como y descanso y eso es lo que hago todo el año. Paro una semana al año. Echo de menos a la familia, hacer cosas en familia, pero también finalmente hemos entendido todos que esa es la única forma de estar rindiendo a este nivel. Yo disfruto de esto, de tener un horario, una planificación y vivo con ello y sé que no es para siempre. Así que: ahora es a tope porque dentro de diez años es imposible que esté haciendo esto", asegura el tricampeón del mundo, que, en estos tres últimos años, se ha concedido pocos caprichos: "Para mi rendimiento, viajar en business. Era algo que antes no me planteaba. Me decía: Qué sentido tiene si voy a llegar al mismo sitio y a la misma hora, para qué voy a pagar por ello. Pero cuando vas a competir y llevas tanto desgaste por los viajes, si uno puede llegar habiendo tenido las piernas estiradas en lugar de haber estado con las piernas cruzadas durante diez horas, pues mejor. Más allá de eso… igual gasto en tecnología. Si puedo elegir, prefiero un buen portátil que uno normal; teléfono, si puedo comprarme el último, lo compro. Tampoco soy muy caprichoso".
Esta tarde, tendrá un rival más en la línea de salida, y muy peligroso, su amigo Javier Gómez Noya, que retoma las Series Mundiales después de su incursión en el Ironman en 2018. "No me sorprendió. No me lo dijo directamente, pero lo sabía, esperaba y deseaba. Javi probó la larga distancia porque parece que la evolución normal del triatleta y en unos años de impasse que tenía después de los Juegos de Río a los que desafortunadamente no pudo ir por lesión, parecía que era como lo natural. Pero yo creo que lo que realmente le gusta es esto, la distancia olímpica, competir con alguien, que te saquen de punto, recuperar… algo que las pruebas de larga distancia no tienen. Tienen muchas otras cosas pero no eso. Yo lo esperaba y me alegro de tenerle de vuelta", comenta Mola.
Lleva ya varias temporadas trabajando con Joel Filliol y su grupo de entrenamiento, donde ha encontrado su mejor versión: "Lo que me gustó desde el principio es la simplicidad de todo. En el triatlón parece que se tienen que buscar cosas diferentes o muy raras para seguir mejorando y creo que muchas veces nos olvidamos de hacer bien lo básico. Con él prestamos mucha atención a las cosas básicas e importantes y si hay tiempo y fuerzas para hacer algo más que creemos que nos puede ayudar, pues adelante, pero principalmente nos dedicamos a nadar, andar en bici y correr".