¿Quieres aumentar tu rendimiento? Empieza por los pies

No olvides que los pies son fundamentales para conseguir un buen rendimiento y por ello debemos cuidarlos apropiadamente.

Helena Herrero Gómez

Cuida tus pies
Cuida tus pies

Unos de estos grandes olvidados son el motor de nuestras zancadas, aquellos que soportan la totalidad de nuestro cuerpo, los que nos detienen, nos impulsan y en definitiva, los responsables de nuestro desplazamiento: nuestros pies.

¿Cómo son los pies?

El pie es una estructura dinámica, aun estando quietos nos encontramos en contínuo movimiento, pues el balanceo del cuerpo nos hace cambiar constantemente de postura. Estructuralmente recuerda a una “bóveda” que desde el punto de vista geométrico es una estructura tridimensional, comparada por muchos autores con: trípode, tejado, hélice, puente…

La porción dorsal del pie está sometida a fuerzas de compresión y está formada por tejido óseo. La porción plantar sometida a tensiones de tracción está constituida por tejido fibroso.

El pie está formado por 28 huesos y 57 articulaciones, capaces de permitir movimientos en los tres planos del espacio. Además de las partes blandas, infinidad de músculos, ligamentos y tendones que hacen de su estudio una gran complejidad. Ya que son parte fundamental para mantener la postura, la estructura anatómica y biomecánica del pie junto con los músculos glúteos y las curvaturas fisiológicas de la columna vertebral.

PATOLOGÍAS MECÁNICAS DE LOS PIES

- A nivel muscular: roturas fibrilares, puntos trigger* y dolores referidos.
- Tendinitis: inflamación del tendón secundaria a una utilización inadecuada, consecuencia de secuelas de micro-rupturas provocando a veces reacciones cicatriciales que se traducen en la formación de nódulos o quistes. Destacan: tendinitis del tendón de Aquiles, del tibial posterior,
tendinitis peronea, tendinitis de flexor y extensor largo del primer dedo, del tibial anterior etc.
- Bursitis retrocalcánea: inflamación de la bolsa calcárea que causa dolor al mover en flexo-extensión. Puede ser anterior y posterior.
- Periostitis: se ubica esencialmente en la tibia y es una afección fronteriza entre las fracturas de cansancio y el síndrome de compartimento, normalmente en la cara media de la tibia.
- Fascitis plantar: inflamación del tejido grueso en la parte inferior del pie que causa discapacidad y dolor en el talón.
- Síndromes compartimentales: en el pie ocurren asociados con frecuencia a una lesión de tipo compresión.
- Patologías traumáticas: esguinces, luxaciones, fracturas, osteocondritis.
- Patologías reumáticas.
- Metatarsalgias: dolores por diferentes causas bajo las articulaciones metatarsofalángicas.
- Síndromes de los desfiladeros del tobillo y del pie, fundamentalmente síndrome del seno del tarso y síndrome del túnel carpiano.

DESEQUILIBRIOS ESTÁTICOS Y TRASTORNOS PISTURALES

- Pie plano: hundimiento del arco interno en carga.
- Pie cavo: aumento anormal de la bóveda plantar.
- Anomalías rotacionales de miembros inferiores.
- Discrepancias de longitud entre los diferentes segmentos de los miembros inferiores
- Deformidades de los dedos del pie: hallux valgus, hallux varus, hallux rigidus, dedos en garra etc.

LESIONES SUPERFICIALES

- Infecciones y parasitaciones de la piel: eccema, psoriasis.
- Hongos, pie de atleta.
- Hiperqueratosis: dermatosis originadas principalmente por una deshidratación e hipertrofia de lacapa córnea de la epidermis que se endurece con un fin protector, incrementando la producción de queratina. Generalmente en la zona plantar, bajo prominencias óseas.
- Helomas: se asocian a un proceso de queratinización anormal y prematura de los queratinocitos epidérmicos que pueden aislarse individualmente o en grupos. Hay diferentes tipos.
- Verrugas plantares (papilomas): infecciones víricas causadas por el virus del papiloma humano.
- Uñas onicomicóticas (hongos), onicogrifósicas (engrosadas), onicocriptósicas (uña incarnada).
- Hiperhidrosis: aumento anormal de la sudoración del pie.
- Ampollas, rozaduras etc.

Cualquiera de las patologías anteriormente mencionadas son motivo de consulta para acudir a un podólogo, si el motivo es muscular, óseo o de partes blandas deberán hacernos un estudio biomecánico para ver las alteraciones que tenemos en la estática, en la marcha e incluso analizar nuestros apoyos en el gesto deportivo. En el caso del triatlón debemos atender al movimiento de los pies en carrera y ciclismo principalmente; teniendo en cuenta que al bajar el triatleta a correr la musculatura está doblemente fatigada del ciclismo y por lo tanto habrá un mayor aplanamiento de la bóveda y aumento del riesgo de algunas lesiones.

El tratamiento tras el estudio constará si es necesaria la toma de un molde para la confección posterior de un soporte plantar con las correcciones oportunas, además de otras terapias alternativas como homeopatía, vendajes neuromusculares, ejercicios propioceptivos y posturales.

Atender además a las que hemos denominado lesiones superficiales, que suelen ser muy incómodas para el entrenamiento y pueden complicarse. El podólogo tratará estas alteraciones periódicamente y elegirá el tratamiento más adecuado.

SEIS CONSEJOS PARA EL CUIDADO DIARIO

1. Higiene correcta: lavar y secar cuidadosamente, es una parte de nuestro cuerpo que requiere su tiempo, poner especial atención en los espacios interdigitales. ¡Atención si caminas durante mucho tiempo con chanclas mojadas!.

2. Buena hidratación: Tener el pie totalmente seco para realizarla, ya que si no el poro estará lleno de agua y no absorberá la crema. Podemos ayudarnos de unas pasadas con el secador de pelo. Utilizar cremas para pies, están especialmente diseñadas para la piel de los mismos.

3. Corte correcto de uñas: Siempre rectas y en cuadrado, nunca redondear las esquinas. Si la uña presenta dificultad, está en forma de teja o se clavan los bordes, es mejor que la corte un podólogo. Atención las chicas: la cutícula es el sellado natural de la uña que impide el paso de parásitos y previene infecciones, nunca quitarla. El esmalte de uñas impide la transpiración normal de las mismas, evítalo siempre que puedas.

4. Vigilar las pequeñas heridas y rozaduras producidas por el calzado, especialmente en triatlón que vamos sin calcetines y normalmente con los pies manchados de arena, grava etc. Puedes prevenirlas con vaselina o crema anti rozaduras. Una vez aparecidas tardan en curar bastante y se infectan con facilidad. Cuidado con el abuso de parches de silicona, impiden la transpiración de la piel y la herida se humedece, retardando la cicatrización.

5. Utiliza preferiblemente calcetines nuevos, de tejidos naturales, sin costuras, que dejes sólo para entrenar y colócalos bien y sin arrugas. En cuanto a las zapatillas, si no sabes como pisas es preferible que compres unas de tipo neutro y si haces muchos km, cámbialas con frecuencia.

6. Visita al podólogo una vez al año al menos. El/ella resolverá tus dudas y te propondrá los mejores tratamientos para tus pies. La podología es una ciencia muy viva, en contínuo cambio y evolución.