Correr es uno de los deportes más sencillos (sólo requiere un par de zapatillas) y, por lo tanto, más practicados en la actualidad. Entre los corredores, están aquéllos para los que el running es una forma de vida, casi adictivo; sin embargo otros lo abandonan por lo monótono que es, lo que termina aburriendo a algunos. Queremos ayudarte a que te diviertas con la carrera, pero no sólo cuando tu estado de forma sea óptimo, sino también desde el inicio de temporada, para que puedas disfrutar desde la primera zancada. De los tres segmentos que componen el triatlón, la carrera a pie suele ser, sin duda, la que más nos cuesta al inicio de la temporada. Después del parón vacacional, casi siempre volvemos “sanos de más”, es decir, con algún kilito extra que, de forma progresiva y con los entrenamientos, debemos perder sin ningún problema. Pero antes de perder peso, la gravedad influye negativamente tanto en las sensaciones, como en la motivación, que es la compañera inseparable que lee todo lo que nuestro cuerpo le dice. El impacto continuo con el suelo que implica la carrera a pie y el tener que movilizar toda nuestra masa corporal para avanzar, hace que la carrera se convierta en algo más lesivo y menos gratificante porque necesitamos mucho más esfuerzo para ir a menor ritmo. Consecuencias: pulso disparado, malas sensaciones y un nivel de esfuerzo poco apropiado para comenzar la temporada. Por eso debemos seguir una progresión lógica en los entrenamientos y mantener la motivación.
Hacemos deporte porque nos gusta. Corremos porque nos gusta. Pues no perdamos de vista estas dos premisas para empezar la temporada y busquemos las formas de desconectar de la exigencia y el rendimiento y, por lo tanto, dejemos el sufrimiento, la motivación por mejorar, por elevar nuestro reto para más adelante. Sólo queremos recuperar las rutinas, hacer lo que nos hace felices y, para ello, es conveniente poner el énfasis en todo aquello que nos hace más gratificante nuestro día a día como corredores y en todos los elementos que podemos sumar en este período para hacerlo más atractivo y motivador, sólo por el placer de hacerlo, sin pensar en mucho más, de momento. Las siguientes pautas pueden ayudarte a superar los factores que te limitan y no te permiten disfrutar de la carrera a pie:
> ALTERNA CORRER CON ANDAR:
Después del parón deportivo es conveniente comenzar poco a poco y seguir una progresión lógica. Os recomiendo que en las primeras sesiones de la temporada alternéis la carrera y la caminata, de esta forma tendréis un tiempo de descanso (activo) que os permitirá disminuir las pulsaciones y volver de nuevo a correr, sin que la sesión se haga tan fatigosa y con menos desgaste articular. La progresión lógica nos invita a ir poco a poco disminuyendo el tiempo que pasamos caminando y aumentando el tiempo de carrera, hasta conseguir correr de forma continua a un ritmo suave y adecuado a nuestra condición en ese momento.
> MEJOR CORRER ACOMPAÑADO:
Sobre todo si te estás iniciando y para los rodajes suaves, busca correr en compañía o en grupo. Si corres acompañado puedes conversar, y esto es un indicativo de que tu rodaje está siendo a un ritmo suave y no estás yendo por encima de tus posibilidades. AH!!!, y no olvides elegir bien a tus compañeros, pues correr con gente de diferente nivel, puede ser contraproducente tanto por exceso como por defecto, aunque más por lo primero, en este momento de la temporada. Los piques entre compañeros son sanos e incluso nos pueden hacer aumentar nuestro rendimiento, pero debemos adaptarlo a nuestra planificación y saber cuál es el momento más idóneo para estos piques y no abusar de ellos.
> BUSCA LA MOTIVACION EN LA MÚSICA:
Si corres solo, busca la motivación en la música. Así, correr es una ocasión perfecta para escuchar tus canciones favoritas. Con ello, música y running se retroalimentan, de tal forma que la música relaja tu mente y la carrera hace lo propio con tu cuerpo. Por ello, correr es el momento perfecto para desconectar del resto de tu vida y de tener un momento para ti mismo, no te prives de ello. Hoy en día, con los nuevos dispositivos de audio existentes en el mercado, no será ninguna molestia ni carga adicional para ti, llevarlo en tu entrenamiento. Ah, presta atención al volumen, que puede provocarte despistes ante algún peligro que sólo podemos percibirlo a nivel auditivo.
> LIMITA CORRER EN CINTA:
Los días cortos y el mal tiempo pueden hacer que consideres la opción de hacer tus sesiones de carrera en la cinta. Pero tiene sus inconvenientes, ya que no avanzar en el espacio, tener siempre el mismo campo visual y no notar el aire fresco, hace que el tiempo pase mucho más despacio. Haz la prueba, corre dos kilómetros en la cinta y después sal fuera y corre la misma distancia, te darás cuenta que no es igual una cosa que otra, así que, siempre que puedas, mejor correr al aire libre, aunque tengas que abrigarte bien o buscar escenarios con luz artificial.
> VARÍA EL RECORRIDO:
Intenta buscar la variedad para evitar el aburrimiento. Descubrir nuevos lugares, parques o zonas de montaña, planifi car rutas y buscar nuevos paisajes y lugares que pisar, nos permitirá tener una motivación extra. Busca recorridos que impliquen subir y bajar escaleras, diferentes pendientes y descensos, cambios de ritmo o tipo de suelo... Y de esta forma estaremos trabajando de una forma global nuestra condición física, muy interesante esta última opción al inicio de una nueva temporada.
> ESTABLECER OBJETIVOS:
Marcarnos una meta u objetivo, nos ayudará a centrarnos en la actividad deportiva que estamos realizando. Estimula nuestro esfuerzo, es decir nos anima a salir a correr cuando alguna vez no nos apetece. Y además, nos ayuda a mantener la perseverancia y persistencia en los entrenamientos hasta que el objetivo final o intermedio es alcanzado. Es conveniente que, al principio de temporada, los objetivos sean de realización (por ejemplo en 3 semanas ir progresando hasta correr 1h a ritmo fácil) que de resultado (por ejemplo correr 8 kms a un ritmo determinado).
> SIENTE EL PLACER DE CORRER:
Sal a correr algún día sin reloj, sin obsesionarte por el tiempo que haces y el ritmo que eres capaz de mantener. Piensa el recorrido que vas a realizar antes de salir a correr o ve improvisando el mismo, a la vez que corres. Siente tu respiración y tu ritmo, observa tus apoyos y la posición de tu cuerpo, escucha tus pisadas y la naturaleza… Y siéntete un/a privilegiad@, que es lo que en realidad eres.