Fue una de las grandes ausencias en el Campeonato del Mundo IRONMAN de St. George (Utah, EE.UU.) del pasado 7 de mayo; y también la echaremos de menos este domingo en el Desafío Sub8 que tendrá lugar en Alemania, pues la británica Lucy Charles había sido la elegida en primera instancia para competir con la suiza Nicola Spirig para intentar romper la barrera de las 8 horas en distancia IRONMAN (su puesto lo ha ocupado la también británica Kat Matthews).
Lucy, de 28 años, que acabó 2021 en lo más alto del ranking de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales), se perdió el Mundial y no podrá estar en el Desafío Sub8 por una lesión en la cadera, concretamente una fractura por estrés que le diagnosticaron el pasado mes de marzo.
"El deporte puede ser cruel a veces. Desafortunadamente, una resonancia magnética ha confirmado que tengo una fractura por estrés en la cadera izquierda y necesitaré algo de tiempo para recuperarme. Por ahora, la temporada 2022 se detiene. Mi atención se centra en el descanso y la recuperación", decía la vigente campeona del mundo IRONMAN 70.3, que desde entonces trabaja a conciencia para regresar más fuerte.
Así nos lo cuenta en el último vídeo que ha publicado en su canal de Youtube, donde nos muestra parte de este proceso de recuperación en el Redbull Athlete Performance Center de Austria (Redbull es uno de sus principales patrocinadores) y nos deja importantes lecciones extrapolables a triatletas de todos los niveles.
Debería haber escuchado a mi entrenador de natación
"Estoy comenzando mi rehabilitación y también queremos saber por qué se produjo la lesión. Por tanto, lo primero que hemos hecho es analizar mi biomecánica de carrera. Hemos visto imágenes mías corriendo de hace tiempo. Hay que ver qué ha pasado para que no vuelva a suceder", explica Lucy Charles, que revela uno de los posibles hándicaps causantes de la lesión.
"He nadado toda mi vida [Lucy compitió a nivel profesional como nadadora de aguas abiertas antes de convertirse en triatleta]. Tengo escoliosis leve, pero creemos que ésta no es la causa. Es más probable achacar la lesión a que desde los 16 años hasta ahora solo he respirado hacia un lado cuando debería haber escuchado a un entrenador que tuve cuando era un poco más joven y que me dijo que debía respirar a ambos lados. Si lo hubiera hecho, sería una atleta más compensanda y no tendría tantos desequilibrios.
Como solo respiro por un lado al nadar, mi cuerpo siempre quiere girar de esa manera, así que cuando corro hay un ligero giro en la parte superior de mi cuerpo. Como consecuencia de esto, mi pie izquierdo no aterriza bien y provoca que mi rodilla y mi cadera giren. Eso quiere decir que la fuerza, en lugar de ser absorbida y disipada a través de mis pies, se va hacia arriba, golpeando esa cadera en cada zancada. Tengo que corregir esto. No solo va a evitar que tenga lesiones en el futuro. Además, me va a hacer una corredora más fuerte y eficiente, por lo que debería ser más rápida. En eso estamos: aprender a correr antes de poder correr de nuevo", sentencia la triatleta británica.
"Ahora que sabemos todo esto, estoy haciendo un trabajo de gimnasio muy específico, buscando fortalecer mis pies y estabilidad del tobillo para que no permita a mi pie rotar hacia el lado izquierdo cuando corro. Estamos comenzando a construir una buena base de fuerza de cadera y glúteos de manera segura sin poner demasiada tensión en esa cadera izquierda", añade Lucy.