Víctor Arroyo: "Ya que estoy aquí... me voy a meter una maratón"

Superó hasta tres momentos de crisis en los que su mente le pedía abandonar, pero Víctor Arroyo no se rindió y acabó 11º el IRONMAN de Cozumel de este domingo: éstas son las lecciones que nos deja en su crónica de la prueba.

Ya que estoy aquí... me voy a meter una maratón.
Ya que estoy aquí... me voy a meter una maratón.

Víctor Arroyo ha competido este domingo en el IRONMAN de Cozumel, donde en la prueba femenina se ha impuesto Gurutze Frades y donde, en la primera edición de la competición, en 2012, ya ganó otro triatleta español: Iván Raña.

"Cozumel siempre ha sido especial. Debuté como profesional en 2017 con un quinto puesto, seguido de dos P7 y un P9. Siempre llego mejor que el año anterior. Mi mejor registro allí fue 7h52min el año pasado. ¿Es una carrera rápida? No, no lo es. La humedad y el calor del Caribe mexicano hacen que este evento sea especialmente peligroso", explicaba en las horas previas a la carrera Víctor, que en la primavera de 2018, también en Cozumel (su 'segunda casa', pues pasa en la isla mexicana largas temporadas), sufrió un grave accidente mientras entrenaba en bici al chocar contra una camioneta mal aparcada en el carril bici

Para no poner ningún tipo de excusa previa, el triatleta madrileño no mencionaba en esta última publicación en sus redes sociales que llevaba varios días con infección de garganta. Un contratiempo que, finalmente, ha condicionado su rendimiento el día de la prueba, un "día de mierda"... Así lo ha calificado el propio Víctor, que cumplió 37 años el sábado, en la crónica de la competición que también ha colgado en redes.

El triatleta madrileño, vigente campeón de España de Larga Distancia y 6º y 7º este año en los IRONMAN de Gales y Vitoria, sufrió lo indecible en Cozumel y estuvo a punto de abandonar hasta en tres ocasiones. Fueron tres momentos de crisis que logró superar para hacer uno de los mejores registros en el maratón (2:53:09) y llegar a meta en el puesto 11º, a 25 minutos del ganador, el danés Magnus Ditlev.

Éstas son las lecciones que nos deja en su relato en primera persona de la prueba...