¿Qué ocurre cuando un IRONMAN compite en la Super League?: "Me patearon los dientes"

Así fue el paso de Cameron Wurf por la prueba de la Super League que se disputó el pasado fin de semana en Malibú.

Cameron Wurf, en la prueba de la Super League que se disputó el pasado fin de semana en Malibú.
Cameron Wurf, en la prueba de la Super League que se disputó el pasado fin de semana en Malibú.

Cameron Wurf es un deportista camaleónico. Comenzó su carrera en el remo y llegó a ser olímpico en esta disciplina en Atenas 2004. Luego se hizo ciclista profesional. Hace unos años, en 2016, se pasó al triatlón de larga distancia. Participó en nueve carreras IRONMAN en 2017, incluida su primera victoria en el de Gales. En 2019 acabó 5º en el Mundial de Kona. Un año antes hizo su mejor marca en el segmento de bici de Hawaii (4:09:06). 

En 2020 regresaba al pelotón con el equipo INEOS para compaginar su tarea de gregario con las pruebas IRONMAN.

Y este sábado, el australiano, de 39 años, con seis victorias IRONMAN en su palmarés, competía en la prueba de la Super League que se disputó en Malibú, tercer evento de las Championship Series 2022 tras las de Londres y Múnich (en las próximas semanas la competición viajará a Toulouse y Neom).

Wurf se enfrentó, pues, a los mejores especialistas del mundo de la corta distancia, como el neozelandés Hayden Wilde o el portugués Vasco Vilaca. “Estoy extremadamente emocionado, pero también absolutamente petrificado, cagándome en los pantalones", decía el bueno de 'Cam' en las horas previas al evento de Malibú, donde se compitió en el denominado Eliminator (tres rondas de eliminación de 300 m de natación, 3,6 km de ciclismo y 1,6 km de carrera a pie)...

¿Cómo se defendió un triatleta y ciclista de gran fondo en estos formatos explosivos de la Super League?

Valgan las declaraciones del propio Wurf como respuesta y resumen gráfico de lo que ocurrió: "Me patearon los dientes", comentaba en las redes sociales después de acabar el último.

Efectivamente, Cameron Wurf cayó eliminado en la primera ronda. “No tenía ni idea de que tenían esa intensidad desde el principio. Simplemente no estaba preparado para eso, y desafortunadamente no tuve una segunda oportunidad cuando fui eliminado. Me encantaría volver a intentarlo. Es asombrosa la velocidad a la que hacen todo: nadar, andar en bicicleta, correr y hacer transiciones. Son de una raza diferente y ha sido increíble estar cerca de ellos y me ha dado una energía diferente mientras me preparo para Kona", relata Wurf, cuyos ritmos en distancias tan cortas, hoy por hoy, están muy lejos de los que manejan los grandes especialistas, sobre todo en la natación y en la carrera a pie.

Así, Hayden Wilde, campeón de la prueba en Malibú, es capaz de correr en este tipo de competiciones por debajo de 2:40/km o nadar por debajo de 1:10/100. Wurf, por su parte, nadó por encima de 1:20/100 y corrió a ritmos cercanos a 3:20/km, según el ranking que establece la propia Super League.

“Sigo esforzándome por ser mejor y mi entrenador siempre dice que es mejor hacer cosas que no quieres hacer. Probablemente no hubiera hecho esto, pero tuve la oportunidad y me habría sentido como un marica sentado en Santa Mónica viéndolo en la televisión. Me patearon los dientes, pero está bien. Me hace querer entrenar más duro y estar listo para Hawaii”, concluye Wurf, que el próximo 8 de octubre estará en la línea de salida del Campeonato del Mundo IRONMAN de Kona.