Otra proeza del triatleta trasplantado del corazón y que superó un cáncer

Derek Fitzgerald ya es finisher del 'Escape From Alcatraz Triathlon'.

Otra proeza del triatleta trasplantado del corazón y que superó un cáncer
Otra proeza del triatleta trasplantado del corazón y que superó un cáncer

Nadar en las heladas –e infestadas de tiburones– aguas de la Bahía de San Francisco en el primer segmento del Escape from Alcatraz Triathlon puede echar atrás a cualquiera... Pero no a Derek Fitzgerald, después de lo que ha pasado. A sus 46 años, ha sobrevivido a una operación de trasplante de corazón y a un cáncer.

A los 40, Derek se convirtió en el primer trasplantado de corazón en completar un Ironman. Antes de eso, estuvo una década luchando contra el cáncer y la insuficiencia cardíaca a causa de un linfoma no Hodgkin.

Ya ha competido, incluso, en el Mundial de Hawaii, invitado por la organización. Pero tenía una prueba entre ceja y ceja: el Triatlón Fuga de Alcatraz, una prueba mucho más corta (2,4 kilómetros de natación, 29 kilómetros de ciclismo y 12,8 kilómetros de carrera a pie), pero con un primer segmento muy complicado.

Sus problemas de salud se remontan a 2003, cuando comenzó a sentir molestias en el tracto digestivo. Cuando los médicos le operaron, le extirparon un tumor del tamaño de una naranja alojado en sus intestinos, confirmando un diagnóstico de linfoma no Hodgkins. Poco después, su corazón se vio afectado por los tratamientos y comenzó a fallar. La operación de trasplante salió bien, pero el postoperatorio, no. Contrajo diabetes tipo II.

Finalmente, consiguió recuperarse y, ocho meses después del trasplante, ya pudo correr una carrera de 5 kilómetros. Antes de que transcurriera un año de la cirugía, ya había hecho su primer medio maratón.

A estas alturas, ha completado más de 100 pruebas, incluidos algunos Ironman. Y, desde este domingo, también el Escape From Alcatraz Triathlon. Lo hizo en casi 5 horas. Ben Kanute, el ganador, no llegó a 2. Pero a Derek Fitzgerald no le importó el tiempo, sino el desafío que supuso llevar a cabo su particular fuga de 'La Roca', la antigua prisión de máxima seguridad de la que era imposible escapar porque fuera esperaban el agua gélida (12 grados en esta época del año), las corrientes y los tiburones.