A principios del pasado mes de octubre, cuando ya estaba en Kona ultimando su preparación para el Campeonato del Mundo Ironman, Michelle Vesterby recibió una noticia inesperada: estaba embarazada. Aun así, la triatleta danesa de 35 años decidió seguir adelante y competir, ya que "se sentía muy bien". Acabó en la 26ª plaza de la categoría PRO femenina, en 9 horas y 28 minutos, embarazo y avería mecánica en bici incluidos...
"Antes de que me diera cuenta, pensé que había perdido el período porque estaba entrenando mucho y mi cuerpo estaba respondiendo a eso. Me hice una prueba de embarazo por si acaso. En realidad, me hice muchas. Y todas fueran positivas. No podía creerlo... Hablé con un médico en Hawaii y me dijo que si me sentía bien, podía disputar la prueba. En cualquier caso, no me encontré muy bien en la carrera. Cuando tuve problemas mecánicos en la bicicleta, lo vi como una señal para levantar un poco el pie. No quería arriesgarme a que le sucediera algo al bebé", comentaba Vesterby.
Un mes más tarde, el 18 de noviembre, en su 15ª semana de embarazo, disputó el Ironman de Cozumel, prueba que conquistó en 2016. Salió del agua en la 2ª posición, a 2 minutos de la estadounidense Kelsey Withrow. Y aguantó en el grupo perseguidor hasta el kilómetro 60 del segmento de ciclismo. Entonces, un inoportuno pinchazo que no pudo reparar le apartó de la competición.
Ahora, alcanzada su 24ª semana de embarazo, Michelle sigue entrenando prácticamente las mismas horas que antes.
Desde hace pocos días, está llevando a cabo una nueva concentración de tres semanas en Lanzarote. Y, por ejemplo, en su 23ª semana de embarazo, acumuló algo más de 23 horas de entrenamiento, divididas en 6 de natación, casi 9 y media de bici, prácticamente 5 de carrera a pie y 3 de gimnasio, según ella misma va relatando en las redes sociales. Este mismo martes, ha tocado las tres disciplinas: ha hecho un medio maratón por la mañana, ha nadado 4.000 metros a mediodía y ha completado una sesión fácil de bici por la tarde. "Mañana, creo que pasaremos más tiempo en una tumbona relajándonos", bromeaba Michelle tras la dura jornada.
A finales de noviembre, después de tomarse un pequeño descanso, ya estuvo en Lanzarote. Desde entonces, cuando llevaba 17 semanas de embarazo, nunca ha bajado de las 20 horas de entrenamiento a la semana. Su intención es volver a estar en el Mundial Ironman de Hawaii en octubre, cinco meses después de dar a luz. Para ello, además, tendrá que conseguir el 'slot' clasificatorio correspondiente en una prueba previa.