En principio, la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) se pronunciará este mismo viernes sobre las controvertidas zapatillas Nike Vaporfly. Casi la mitad de los 150 mejores tiempos en maratón de la historia se han logrado desde su irrupción, incluidos el de Kipchoge en Berlín 2018 (2h01'39" con las 4%) y el de Brigid Kosgei en Chicago 2019 (2h14'04" con las Next%).
Y en el pasado Campeonato del Mundo IRONMAN de Hawaii, la mitad de los 15 primeros clasificados (tanto en la categoría PRO masculina y como en la PRO femenina) llevaba alguna versión del revolucionario calzado.
La Federación Internacional tiene tres opciones: prohibición, regulación de requisitos básicos o libertad total. Al parecer, según avanza The Guardian, las Vaporfly (4% y Next%) se podrán seguir utilizando. No obstante, se espera que el organismo también anuncie una suspensión temporal de cualquier tecnología nueva hasta después de los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano. Además, lanzará un proyecto de investigación integral para examinar minuciosamente las ventajas reales que estas zapatillas y los modelos similares de otras marcas aportan a nivel élite.
Es probable que World Athletics también introduzca a medio plazo un conjunto más estricto de regulaciones para las zapatillas nuevas, incluida la obligación de que las compañías le presenten cualquier prototipo para su aprobación antes de que puedan usarse en competición.
Las zapatillas de Nike, que se presentaron en 2016, han dividido a la comunidad atlética. Muchos las han acogido con entusiasmo, como parte de una evolución inevitable del deporte. Otros, sin embargo, advierten que es profundamente injusto para los atletas que no están patrocinados por Nike.
"Unas zapatillas no deben estar construidas de modo que proporcionen a un atleta una ayuda o una ventaja injusta. Cualquier tipo de calzado debe estar razonablemente al alcance de todos en vista del espíritu de universalidad", establece la norma 143.2 de World Athletics.
“Son justas. He entrenado muy duro. La tecnología está creciendo y no podemos negarlo, debemos ir con la tecnología", explica Kipchoge. En cualquier caso, los estudios realizados sugieren que, dependiendo del modelo y el atleta, generalmente pueden mejorar la economía de carrera en un 4-5%, lo que se traduce en una ventaja de al menos 60-90 segundos para un atleta de élite en un maratón.
Eso sí, como ya ha avisado previamente, la Federación Internacional no se meterá en la parcela popular: "No es nuestro trabajo determinar el mercado de zapatillas para todo el mundo. Si la gente quiere correr una maratón con Vaporfly o cualquier otro calzado, no es nuestro trabajo impedirlo. Pero si persigues un registro certificado, entonces estás clasificado como élite y tienes que cumplir con las reglas".
En lo que atañe estrictamente al triatlón, la ITU (Federación Internacional de Triatlón) ya se ha manifestado al respecto: "En este momento, la ITU no tiene ninguna regla sobre las zapatillas. Y donde no tenemos reglas específicas (para ejecutar), se aplican las reglas de World Athletics. Por lo tanto, si World Athletics toma alguna medida, la seguiremos".