La natación también se enreda con un proyecto de Superliga

Los premios de la denominada 'Energy for Swim' alcanzan los 2,1 millones de dólares, por lo que un buen elenco de nadadores, entre ellos diecisiete campeones olímpicos, han decidido tomar parte en la prueba.

EFE (Francisco Ávila)

La natación también se enreda con un proyecto de Superliga
La natación también se enreda con un proyecto de Superliga

Primero fue el baloncesto con la creación de la Euroliga, después los intentos de los grandes clubes de organizar una gran Superliga de fútbol y ahora el cisma se ha trasladado a la natación con el conflicto abierto entre la Federación Internacional (FINA) y la Liga Internacional de Natación (ISL), que organiza una gran competición con las grandes estrellas de este deporte.

La competición que organiza ISL se denomina 'Energy for Swim' y la primera prueba se disputará en Turín (piscina de 25 metros) el 20 y el 21 de diciembre. Unos días antes se disputará en China el Mundial de piscina corta (del 11 al 16).

La diferencia entre una y otra es puramente económica y los premios alcanzan los 2,1 millones de dólares en el caso de la prueba de Turín, por lo que un buen elenco de nadadores, entre ellos diecisiete campeones olímpicos, han decidido tomar parte en la prueba turinesa.

Después de un año de negociaciones, las mismas dieron un giro cuando la FINA envió, en junio pasado, una carta a las Federaciones Nacionales en la que recordaba que no reconocía la competición de la ISL y que los nadadores que compitieran podría ser sancionados hasta con dos años, a un año vista del Mundial de Corea del Sur y a dos de los Juegos de Tokio.

Cuando la Federación Italiana anunció la organización de una prueba internacional, la ISL encontró la cobertura necesaria para su 'Energy for Swim' después de un hábil movimiento de piezas y la aparición en escena de Paolo Barelli.

Barelli, presidente de la federación transalpina, fue el aspirante a la presidencia de la FINA, en unas elecciones en las que fue reelegido el uruguayo Julio Maglione.

Según detalla la página web de ISL (isl.global), la organización está comandada por el director general (CEO), Ali Khan, un banquero con más de 20 años en UBS, HSBC y RBS; financiada por el multimillonario ucraniano Konstantin Grigorishin y tiene como socios a la Liga Europea de Natación (LEN), presidida por Barelli, y el grupo Wasserman Media Group, una empresa de mercadotecnia deportiva y gestión de talento con base en Los Ángeles.

La competición, en la que no hay inscrito ningún nadador español, se disputaría por equipos por diferentes ciudades entre agosto y diciembre y la idea es que en la misma tomaran parte el 75 por ciento de los campeones olímpicos y plusmarquistas mundiales.

De hecho, en la lista de inscritos para la prueba de Turín figuran, entre otros, Adam Peaty (GBR), campeón olímpico, mundial y plusmarquista mundial en 100 braza; Chase Kalisz (USA); campeón mundial de 200 y 400 estilos; los sudafricanos Cameron van der Burgh y Chad Le Clos; la sueca Sarah Sjöstrom, la húngara Katinka Hosszu, la italiana Federica Pellegrini, la holandesa Ranomi Kromowidjojo o el húngaro Laszlo Cseh. Ahora todo está a expensas de la decisión de la FINA.