Judith Corachán: "Me tiré dos años sin competir y ese tiempo fue muy duro"

Ésta es la historia de Judith Corachán: superando obstáculos en el triatlón y en la vida

EFE (David Ramiro)

Judith Corachán: "Me tiré dos años sin competir y ese tiempo fue muy duro"
Judith Corachán: "Me tiré dos años sin competir y ese tiempo fue muy duro"

A la triatleta catalana Judith Corachán una grave enfermedad la apartó durante dos años del deporte y la competición, a la que volvió más fuerte para triunfar en pruebas por todo el mundo y poder decir que "superar un obstáculo te hace fuerte, en el deporte y la vida". Un ejemplo de superación.

Judith Corachán (Barcelona, 1984) ha vivido siempre ligada al deporte, algo que le inculcaron sus padres desde pequeña. Lo hizo primero como nadadora, llegando incluso a conseguir un Campeonato de España en 50 metros mariposa, pero a los veinte años la dificultad de compaginar los entrenamientos con los estudios la obligó a aparcar la actividad física.

En 2009, a raíz de un duatlón, se inició en el triatlón, al que se enganchó y en el que empezó a destacar. Sin embargo, en 2011, un grave problema de salud la obligó a parar.

"En 2011 tuve hipertiroidismo. A raíz de la competición y la carga de entrenamiento, unido a que soy muy nerviosa, me afectó mucho la presión de competir. Eso me provocó un desajuste hormonal y me recomendaron por salud que dejara el deporte y la competición", confiesa Judith.

"Me tiré dos años sin competir y ese tiempo fue muy duro. Me encerré mucho en mí misma y cuando estas así parece que te vuelves reacia a escuchar opiniones", comenta la triatleta catalana, que relata como vivió aquel episodio de "lucha personal e individualista".

Con la medicación le volvió la regla, comenzó a sentirse bien de salud y le dieron el alta para hacer deporte. Tras dos años sin competir, en 2013 retomó los entrenamientos y la actividad con Álvaro Rancé de entrenador.

"Tenía días de levantarme, ir a correr y ver que era imposible. Cuando quise dar el paso en serio estuve yendo a una psicóloga deportiva, que fue la que me ayudó. Había gente a mi alrededor que también me ayudaban mucho, pero muchas veces me decían lo que quería oír. Necesitaba una opinión más profesional", señala.

"Aunque sabía que no iba a estar tan bien como antes, no quería que la enfermedad me quitara las ganas de entrenar", apunta Judith, que pasó de hacer pruebas de corta distancia a doble olímpico.

"Sabía que sería más duro, pero también que no me compararía con lo que hacía antes. La primera carrera iba con el chip de acabarla y disfrutarla sin presión, pero era el Campeonato de Cataluña y lo gané. Fue en mayo de 2013", recuerda.

En el triatlón ha encontrado su refugio. La natación siempre le ha gustado, pero la suma de las otras disciplinas le ha llenado por completo.

Tras superar una grave enfermedad, Judith sabe por propia experiencia lo que se sufre y se anima a dar un consejo que puede ayudar a otras personas. "Lo primero que diría es que no se rindan y que obviamente no tiren la toalla a la primera de cambio, aunque sí hay que ser paciente y seguir el procedimiento de asimilar que tienes que dejar el deporte porque te juegas tu salud. Hay que seguir el consejo de los médicos, pero no ver que todo se acaba, sino tener confianza en que las cosas irán a mejor y volverá a empezar todo", apunta.

Aparte de los triatlones que realiza por todo el mundo, otra de las cosas que llenan a Judith es su nuevo papel de embajadora de Farinato Race, el circuito de carreras de obstáculos que recorre España y que tiene una parada cerca de su casa, en Castelldefels. "Me gusta porque me permite unir el deporte con una parte de disciplina y esfuerzo sin perder la esencia de disfrutar y compartirlo con la gente que te gusta", dice Judith.

"Un circuito de obstáculos es similar al circuito que podemos tener en nuestra rutina, solo que de otra manera. En una carrera vamos superando obstáculos y vamos viendo que podemos hacerlo. Superar un obstáculo sirve para verte más fuerte y notar que puedes hacerlo. Además, hacerlo en grupo, une mucho a la gente", señaló.

Con el paso de los años, Judith Corachán se está convirtiendo en toda una referencia del triatlón nacional. Su palmarés lo acredita, con victorias en pruebas en Tarragona, Logroño o La Rioja y podios en Francia, Sudáfrica o Italia. Además, en 2017 logró clasificarse para el Mundial 70.3, siendo la primera española en conseguirlo, y acabó en una meritoria vigésima posición. Hace poco ha terminado 3ª en el Embrunman, una de los triatlones de larga distancia más duros del mundo.

Judith es solo un ejemplo más de una mujer deportista que, en la frontera del profesionalismo, compagina su trabajo como entrenadora personal con el triatlón. Una mujer más que hace deporte y que también lucha porque cada vez haya más igualdad en la sociedad. "Aun quedan muchas cosas por mejorar. Vengo de hacer uno de los Ironman más duros del mundo y los premios entre hombres y mujeres eran muy diferentes. Aún así, creo que ahora nos están empezando a valorar muchos las organizaciones y nos dan un papel igual. Las mujeres somos conscientes que podemos estar ahí como los chicos y cada vez son más las que se animan a competir", concluye.