Ya avisó el pasado mes de diciembre en el Mundial IRONMAN 70.3 de Taupo. Allí, en casa, Hayden Wilde acabó 2º, sólo superado por el belga Jelle Geens.
En el primer evento T100 de esta campaña, el triatleta neozelandés, de 27 años, también plata en los Juegos de París en 2024, ha confirmado que su rendimiento en la media distancia es tan bueno como en la corta.
Si en febrero se impuso en la prueba sprint de Abu Dabi de las Series Mundiales, este domingo en Singapur ha hecho lo propio sobre el formato 100 (2 km de natación, 80 de bici y 18 de carrera a pie).
Sus compañeros de podio han sido el francés Leo Bergere y el belga Marten Van Riel. El manchego Antonio Benito se ha marcado otro 'carrerón' para acabar en la 7ª posición.
Los números de la victoria de Hayden Wilde
Wilde controló la prueba en el segmento de natación y sobre la bici para dar el golpe de gracia en la carrera a pie, donde no tuvo rival con el mejor parcial de la jornada (1:01:46). Acabó en 3:18:11. A Bergere le endosó más dos y minutos y medio en meta; a Van Riel, más de tres.
A sensational performance 🔥
— T100 Triathlon World Tour (@t100triathlon) April 6, 2025
Hayden Wilde is flawless on T100 debut and wins comfortably at the Singapore T100! pic.twitter.com/0nxrhw7G0s
“Ha sido una de mis carreras más inteligentes. Simplemente hice mi propia carrera. El agua estaba muy caliente. Además, me di cuenta de que el primer grupo iba demasiado rápido, así que decidí quedarme un poco atrás.
Luego me subí a la bici y solo tardé unos kilómetros en llegar al grupo delantero. Rico [Bogen] fue rapidísimo durante las tres primeras vueltas; fue impresionante.
Nos llevó unos 40 minutos a todos asentarnos y encontrar nuestro propio ritmo, y yo decidí ir a mi aire y buscar la potencia que quería", explicaba después de la prueba en el canal de Youtube IRONMAN Hacks (puedes ver el vídeo completo más abajo) el neozelandés, que, como el resto de participantes, sufrió en carnes propias el abrasador calor de Singapur.

"Si superaba los 400v en las subidas, me metería en problemas"
"Mi frecuencia cardíaca estaba altísima durante el recorrido. Los demás decían lo mismo. Hacía muchísimo calor, el sol castigaba con fuerza, no había nubes, era duro. Subías, tu frecuencia cardíaca subía a 165, y no suelo ver esas cifras en la bici. Luego intentabas no pedalear cuesta abajo, pero era necesario, e intentabas bajarla por debajo de 150. Yo estaba entre 150 y 160, lo cual es alto para mí.
En las subidas, mi promedio era de 380 vatios, y en la mayoría de los llanos y descensos, entre 280 y 300 vatios. Simplemente tenía que ser muy conservador y asegurarme de no pasarme de mis límites. Sabía que si empezaba a superar los 400 vatios en las subidas, probablemente me metería en problemas", afirma Wilde, al que en la carrera a pie le bastó con tener la frecuencia cardíaca bajo control para asegurarse el triunfo.
"Se trataba de asegurarme de tener el control y de ir a un ritmo que me permitiera mantenerme por debajo de cierta frecuencia cardíaca, lo que sabía que me permitiría completar los 18 km en un estado relativamente bueno", concluye.