A finales de 2017 saltaba la noticia... La triatleta estadounidense Gwen Jorgensen, oro en los Juegos de Río 2016 y campeona del mundo en 2014 y 2015, anunció que cambiaba el triatlón por el atletismo, con el objetivo de intentar luchar por otro oro olímpico en Tokio 2020... ¡en el maratón!
Aunque su proceso de adaptación no fue sencillo, fue quemando etapas: primero pasó por el 5.000, luego por el 10.000, más tarde atacó el medio maratón y, finalmente, el maratón. Y es cierto que los resultados fueron más esperanzadores en las distancias más cortas. Así, en el Campeonato Estadounidense de los 10.000, en el verano de 2018, logró la 5ª plaza. Y en el maratón de Chicago, en el mes de octubre también de aquel año, en el que era su debut como atleta profesional en la prueba de los 42 kilómetros, acabó 11ª... y lesionada.
Tras someterse a una cirugía para corregir un problema en el pie llamado deformidad de Haglund –una protuberancia ósea en el talón que puede ser muy dolorosa y llegar a irritar e inflamar el tendón de Aquiles–, Jorgensen cambió de planes y decidió centrarse en el 5.000 y el 10.000 en pista, siempre con la vista puesta en los trials –pruebas de clasificación olímpica– que justamente se están disputando estos días en la Universidad de Oregon.
Este lunes ha quemado su 'primera bala' en el 5.000. Después de correr las semifinales del viernes en 15:34 (hizo su mejor marca en esta prueba el pasado mes de marzo con 15:08), ayer, en la final, paró el crono en 15:50 y acabó 9ª, muy alejada del podio conformado por sus dos compañeras de equipo, Elise Cranny (15:27) y Karissa Schweizer (15:28), y Rachel Schneider (15:29), que son las tres atletas estadounidenses que han conseguido la correspondiente plaza para Tokio. Las tres disputarán sus primeros Juegos Olímpicos.
Abbey Cooper, quien consiguió su tiempo de clasificación olímpica en la ronda semifinal, fue cuarta, aunque los tres finalistas del podio se inscribieron en los 10.000 metros esta semana y si una de ellas decide darse de baja en los 5.000 metros, Cooper ocuparía la vacante para estar en Tokio.

Ahora, a Gwen Jorgensen le queda la opción del 10.000, cuya final se disputa el próximo sábado.
"Muy orgullosa de estas dos atletas que ya son OLÍMPICAS, de la forma en que se comportan y actúan bajo presión. También son personas y compañeras de equipo increíbles. ¡Felicidades a Elise Cranny y Karissa Schweizer por el resultado! Estoy deseando verlas en Tokio. Yo hoy fui novena y no puedo dejar de sonreír por ellas", comentaba la vigente campeona del mundo de triatlón en las redes sociales.