La tormenta de la noche ha dejado una humedad muy incómoda en Sanlucar de Barrameda, Cádiz. El olor a mar mezclado con la penumbra del amanecer, dan los buenos días a los atletas en Bajo de Guía.
A las 8:00 de la mañana, una hora antes de la salida, una veintena de triatletas espera ya en la línea de salida. Dice uno de ellos que no quieren quedarse atrás. Es una prueba diferente, muy diferente.
Comienza con 100 km de carretera en una bici con muy poco desnivel, pero con unas marcas en velocidad, que ni una gran prueba de ciclismo. 8 kms de salida controlada. Se lanza la carrera, pero nadie quiebra los ritmos. Pasan Lebrija, km 30 aproximadamente, y es ahí donde la carrera se rompe. Empieza una pelea por liderar este sector. Dominique Wymmwersh y el campeón del mundo de duatlón, Emilio Martín, junto a unos relevistas, empiezan a tirar sin piedad. El largo pelotón se divide en grupetas.
Los viñedos de la campiña de Cádiz son testigos de esta melodiosa balada que forma el multicolor de los maillot y tritrajes, con los leves rayos de sol que se dejan ver entre un cielo que lucha por estar despejado y mostrar un bello lienzo de nubes.
Los grupos se mantienen con relevos entre ellos. En estos se pueden ver a los más veteranos en este deporte, y me refiero en estrategias, reservando fuerzas tras haber tomado su momento de líderes de grupo, para atacar llegado su momento. Dominique y Emilio se han dejado caer hasta la cola cambiando su estrategia inicial. Se han unido al grupo de Chamba, Yessica Pérez, Juan Javier del Canto y Sergio Lorenzo entre otros. Pero al llegar a escasos 9 km de la T1, empiezan a tirar todos estos.
Llega la natación, quizás, la más dura de los triatlones españoles. Cruzar de Sanlúcar de Barrameda a Doñana. 1.000 metros con una corriente y una bajamar que hace casi imposible nadar sin ser desplazados 500 metros en perpendicular a la T2.
Y si eso puede parecer duro, solo hay que ponerse en la piel de los nadadores de la competición por relevos. Deben cruzar 3 veces. Ir a Doñana, volver a Sanlúcar e ir a Doñana para dar su relevo. Calambres, retiradas por los jueces, abandonos... Esta natación deja bien claro quién vino o no preparado para esto.
Los primeros en tocar la arena del Parque Nacional de Doñana empiezan a disputar una pelea que nadie diría que tendría un final como el que ha tenido este desafío.
Correr por la arena de la playa nunca es fácil. Y menos si no se ha entrenado, pero si encima tienen en sus cuerpos una paliza brutal, las arenas se encargan de cobrar un peaje muy caro.
Gaviotas de espectadoras, playa desierta, kilómetros y kilómetros de playa en las que sólo se ven triatletas, conchas y dunas. 30 km para ser exactos en un circuito de ida y vuelta.
El reflejo de los triatletas por la orilla, la calma de la bajamar y la salinidad del ambiente son espectadores de excepción de la pelea por la primera plaza, donde en el km 18 reinaba Sergio Lorenzo junto a un Salvador Gil muy fuerte, y detrás Emilio, en una tercera posición. Venía a tope, cabalgando con esa peculiar zancada, que sólo los grandes son capaces de mantener tras una brutal paliza.
Ataca el Onubense sin piedad, mientas la batalla por el podio femenino se disputará entre Yessica y Alba María Reguillo, seguida de Laura Álvarez y una Esther Córdoba que nunca defrauda.
Km 18 viene luchando Yessica, sin parar de mirar atrás, sin perder de vista a su perseguidora, pero lo hace en vano, porque en ese momento le llevaba una media de 2-3 minutos de ventaja.
En el camino se quedan Dominique y Chamba, aunque esta no era su pelea, ya que este triatlón lo usaba de entrenamiento para el Ultraman de Hawái donde estará el andaluz luchando por la victoria internacional.
Arena, más arena y kilómetros de arena húmeda que deja decenas de almas rotas, pero que siguen luchando. Las huellas de las zapatillas quedan hundidas como las ilusiones y esfuerzo de tantos y tantas que saben a lo que vienen, pero que nunca quieren reconocer esta dureza y darse por vencidos.
Son las 12:30 y se puede ver a Emilio (4:33:45) llegando a los últimos metros. Saluda a todos los asistentes que contemplan la carrera desde sus sombrillas y que salen al encuentro para animar al que será ganador indiscutible. Tras sus pasos llegan Salvador (4:37:18) y un Sergio exhausto (4:41:51).
En categoría femenina la vencedora fue Yessica Pérez con un registro de 4:50.16, seguida de la ganadora del año pasado, la manchega Alba Reguillo, con un tiempo de 4:54.06. En la tercera plaza finalizó la asturiana Laura Álvarez, que paró el cronómetro en 5:15.30.
Tras ellos, van entrando todas estas almas que vinieron a luchar por sus ilusiones, demostrar que los sueños se cumplen y que aceptaron el Desafío con todas sus consecuencias.