"Se puede ser joven a los 100" si se siguen "todas las claves para vivir más y mejor”, refleja en un libro el Dr. Ángel Durántez Prados, médico pionero en España de la Medicina Preventiva Proactiva y para el Envejecimiento Saludable.
La premisa se confirma cuando llegan algunas pruebas de héroes centenarios, que demuestran que se puede tener "alto" rendimiento deportivo pasados los cien años.
Desde Tailandia llega la noticia de un héroe de 102 que desde que empezó a competir en 2017 animado por su hija, de 70, domina varias disciplinas atléticas para mayores de 100 y no para de batir récords del mundo en su categoría. Se llama Sawang Janpram y acaba de batir la mejor marca mundial de 100 metros lisos con un tiempo de 27.08 segundos, y además ganó el oro en lanzamiento de peso, disco y jabalina.
Eso sí, en algunas disciplinas participó solo, pues no quedan atletas vivos de su edad o con salud para competir. Dice que el mayor atractivo de las competiciones es encontrarse con viejos amigos. "No siento nada especial cuando corro. Solo me divierte y me cansa un poco. Noto que mi cuerpo está haciéndose más fuerte. Mi salud física y mental ha mejorado", explica el centenario.
El tailandés le cogió el gusto a la competición. Le permitió viajar por el extranjero y se dedicó a entrenar todos los días, caminando 2-3 kilómetros diarios y corriendo de vez en cuando los 100 metros.
¿Cual es el secreto de Sawang Janpram? Dieta y entrenamiento. Come tres veces al día, y nunca faltan 3 huevos entre las tres comidas que hace. Por lo demás, no hay mejor cosa que entrenar, entre otras cosas para no ser un lastre para su familia.
EN EUROPA BRILLÓ EL INOLVIDABLE GIUSEPPE OTTAVIANI
En Europa famoso fue el caso del entrañable Giuseppe Ottaviani, el hombre que corría y saltaba con más de 100 años. El atleta italiano se apagó después de haber cumplido los 104, con cinco récords del mundo en la categoría máster de más de 100 años en velocidad, saltos y lanzamiento de peso. Un atleta tardío, que empezó a hacer deporte tras jubilarse.
Con más de un siglo de vida, corría los 60 metros lisos en 17,52 segundos, saltaba 1,16 metros en longitud, 2,18 metros en triple salto en pista cubierta y 3,52m al aire libre y lanzaba 4,43m en peso.
"Para mí, el deporte es vida, el deporte es diversión, y la curiosidad me hace vivir", decía Ottaviani, un ejemplo de entusiasmo que abrazó el deporte pasados los 70 años, después de una vida que empezó en 1916 y transitó dos guerras mundiales. En la Segunda, sirvió a la fuerza aérea italiana antes de empezar a ejercer como sastre hasta su tardía jubilación.
La vejez no fue para él una espera hacia la muerte, sino un camino lleno de retos. El último récord mundial en categoría M100 fue en triple salto durante el Europeo de veteranos de Madrid que se celebró en Gallur en 2018 a pesar de que apenas un mes antes se había tropezado dañándose cinco costillas.
JOSÉ VICENTE RIOSECO, HÉROE OCTOGENARIO ESPAÑOL
En España hay casos similares, pero sin llegar a los 100 años. El año pasado un ferrolano llamado José Vicente Rioseco, "Pepín" para los amigos, del Club de Atletismo Narón, batió los récords mundiales de 3.000 metros (11.56 minutos) y de 5.000 (20.01 minutos) de mayores de 80 años. El récord mundial de 5.000 metros rebajó en 57 segundos los 20:58.12 del canadiense Ed Whitlock, logrados en 2011 en Toronto, una leyenda fallecida hace cinco años que fue capaz de bajar de 4 horas en maratón con más de 85 años. La plusmarca de 3.000 metros también pertenecía a Whitlock desde 2011 con 12:13.56, pero Pepín Rioseco le rebajó 17 segundos y se convirtió en el primer mayor de 80 años en bajar de 12 minutos en la distancia.
Pepín Rioseco siempre ha sabido cuidarse debido a su especialización en medicina interna y geriatría con un pasado militar con rango de teniente coronel. Se entrena todas las mañanas combinando 20 minutos de natación, tiradas corriendo entre 16 y 20 kilómetros de carrera sin pasar nunca los 20 minutos seguidos y spinning. Evita el alcohol, la sal y le da mucho a la fruta, la verdura la carne y el pescado.
LA CIENCIA DE ACUERDO, A MÁS EJERCICIO, MÁS LONGEVIDAD
La hazaña del estadounidense Gene Dykes, quien corrió el maratón con 70 años en 2h.54.23 o la del japonés Hiromu-Inada, quien con 86 años terminó el Ironman de Hawaii, considerada una de las pruebas más duras del mundo, desató una corriente de estudios médicos y deportivos.
Estos casos sirven para transmitir un mensaje: el ejercicio puede ayudar a mantener una gran función física en la vejez. Los mencionados son casos aislados, excepcionales en el aspecto genético, pero la ciencia ha demostrado que uno de los principales factores que nos hará alcanzar el denominado “envejecimiento saludable” es el estilo de vida, y en particular el ejercicio.
Las personas que realizan ejercicio durante toda su vida atenúan la pérdida de masa muscular y mejoran el aspecto cardiorrespiratorio, aspectos asociados a la vejez. Un estudio realizado con 2.500 atletas de categoría máster, de más de 60 años y que habían entrenado al menos los últimos 20 años, concluyó que su función cardiorrespiratoria era similar a la de una persona joven sana, y lo mismo ocurría para aquellos que hacían ejercicio de fuerza o potencia con respecto a la fuerza muscular.
El sedentarismo es actualmente una de las grandes epidemias, siendo responsable directo o indirecto de patologías como la diabetes o la obesidad y de gran parte de las muertes que ocurren en países desarrollados. El envejecimiento unido al sedentarismo, va asociado a una pérdida progresiva de funcionalidad que desemboca en un mayor riesgo de enfermedades, de pérdida de independencia, y de mortalidad.
Estas hazañas deportivas conseguidas por personas de avanzada edad deben ser por lo tanto una muestra de la relevancia del ejercicio físico para la salud a cualquier edad, pero especialmente durante la vejez. Nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio, pero cuanto antes, mejor.