Completa el 'Everesting' del triatlón: 9 km a nado y 8.848 m de desnivel en bici y la carrera a pie

Tardó 71 horas y 7 minutos.

Completa el 'Everesting' del triatlón: 9 km a nado y 8.848 m de desnivel en bici y la carrera a pie.
Completa el 'Everesting' del triatlón: 9 km a nado y 8.848 m de desnivel en bici y la carrera a pie.

El reto 'Everesting' consiste en acumular el desnivel positivo equivalente a la altura total del Everest. Es decir, 8.848 metros. Empezó como un desafío eminentemente ciclista. Y así sigue. Sin embargo, los 'runners' también lo han hecho suyo y cada vez son más lo que se lanzan a superar esos casi 9 kilómetros de desnivel... corriendo.

Faltaba 'rizar el rizo' y transformarlo en un triatlón. Es lo que ha hecho un deportista de ultra-resistencia de Hong Kong. Se trata de Mayank Vaid, abogado de profesión, que tiene en su haber varias pruebas extremas, como el Campeonato del Mundo Ultraman de 2018, y que el pasado domingo se convirtió en el primer finisher del mundo del que podríamos denominar como triatlón 'Everesting'.

Vaid nadó 9 kilómetros en 3 horas y 30 minutos; acumuló en bici, tras 262 kilómetros, esos 8.848 metros de desnivel positivo; y, para terminar, hizo lo propio a pie, sumando otros 8.848 metros de desnivel positivo. Tardó 71 horas y 7 minutos –estuvo 55 horas y media en movimiento–.

Estuvo a punto de abandonar en la segunda jornada, en plena noche, lloviendo... Había quemado más de 10.000 calorías en el sector de bici... Comenzó a sentirse culpable por haber hecho perder el tiempo a amigos y conocidos que le habían acompañado en la natación y en la bici...  "Otras pruebas de ultra-resistencia son como viajes. Pero hacer estas repeticiones durante dos días constantemente y ver lo mismo en la bicicleta y la carrera. Esto te afecta mucho. Y también a los que te están siguiendo... Bajaba, tocaba el agua y me daba la vuelta. Y veía High Junk Peak por enésima vez. Cada vez que lo veía, parecía más alto, más alto y más lejos... Tenía ansiedad, tenía mucho frío... Mi mente me estaba jugando una mala pasada: todo, por falta de nutrición. Estaba alucinando, estaba viendo gente, gente caminando. Estaba empezando a sentir que había dos ojos mirándome en la oscuridad. En un momento pensé que había llegado a la cima, pero todavía estaba a 200 metros de distancia", explica Vaid.

En ese punto crítico, su mujer le dijo: "No vas a morir. Tu vida no está en peligro. Todo está en tu cabeza". Fue el revulsivo que necesitaba. “Pero una vez que salió el sol, las cosas cambiaron. Es como si estuviéramos alimentados con energía solar: sale el sol y todo está bien", asegura.

Algunos compañeros de su club de ciclismo le acompañaron durante la parte de bici. Los vecinos de su pueblo estaban en las puertas de sus casas con carteles y cencerros animando a Vaid cuando pasaba. Su esposa se encargó del puesto de avituallamiento. Y también hubo varios corredores que hicieron algunos tramos de la carrera a pie con él.

"Cuando comenzó la carrera, sentí que no iba a ningún lado. Sentía que no podía seguir, pero tenía amigos increíbles que no me dejaban abandonar", concluye Vaid.