2015 había sido el año de su consagración definitiva como triatleta tanto a nivel nacional como internacional... Tamara Gómez se proclamó campeona de España de Distancia Olímpica (fue 2ª en 2014 tras Miriam Casillas) y de la Copa del Mundo de Mooloolaba (Australia). Sin embargo, en 2016, una fractura de vértebra la dejó en el dique seco toda la temporada. Y en 2017, cuando empezaba a ver la luz, recibió otro "puñetazo" en la cara –así lo definió la propia triatleta–. Unas molestias en los gemelos empezaron a "darle la lata" cuando estaba entrenando en Nueva Zelanda. Después de “volverse locos" intentando descubrir el problema –algo parecido a lo que le sucedió con la fractura de vértebra un año antes–, por fin dieron con él: síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea, una dolencia que necesitó de cirugía en las dos piernas.
Ahora, después de las dos operaciones y de un largo proceso de recuperación y rehabilitación, Tamara ha vuelto a ganar, además una prueba muy especial, el denominado 'triatlón de los triatletas', el Triatlón de Fuente Álamo que se ha disputado este sábado.
La emoción se palpaba en los últimos metros de carrera. Y sus lágrimas al cruzar la meta reflejaban la satisfacción tras años de sufrimiento y de lucha para volver a lo más alto.
Una hora y 12 minutos para completar el exigente circuito, compuesto por 750 metros de natación, 25 kilómetros de ciclismo y 5 kilómetros de carrera a pie, necesitó la campeona, Tamara Gómez. La prueba comenzaba puntual a las 16:45 horas con la salida de la élite femenina, en la mazarronera Playa de Rihuete. Gómez salía del agua justo tras la neozelandesa Anneke Jenkins, que acababa el primer segmento de la prueba en primera posición. Hasta el puerto, que presenta un desnivel de 352 metros sobre el nivel del mar, no pudo alcanzar a Jenkins. “En el puerto lo he pasado un poco mal, pero sabía que tenía que llegar con Saleta Castro para intentar alcanzar a Anneke y a Laura Gómez, que iban delante", recordaba poco después de cruzar la línea de meta.
“Confiaba en mi carrera a pie y he salido a por todas" ya que “quería ganar como fuera, tenía muchas ganas de ganar esta prueba". Laura Gómez intentaba alcanzarla sin éxito durante la carrera a pie y “tirando de cabeza" acabó segunda “y muy contenta, porque correr en Fuente Álamo, con el cariño de todo el pueblo, es bestial". En la misma línea se expresaba la tercera clasificada, Noelia Juan, quien agradecía a los voluntarios su implicación y avisaba al resto de participantes: “el año que viene volveremos".
También el primero de los chicos tenía una ‘espinitaʼ clavada con esta prueba. El año pasado fue segundo y en este 2019 tenía claro que saldría a ganar. Y a la tercera, fue la vencida. En su tercera participación en el Triatlón de Fuente Álamo, se coronó como vencedor Javier Romo, en una hora y 3 minutos . “Estoy muy contento por poder ganar esta prueba", reconocía. Salió del agua entre los primeros y atajó el segmento de ciclismo formando un grupo de cuatro junto a Jesús Gomar, Jordi García y Víctor Benages. Tras coronar el puerto, en la conocida como Cuesta de Las Ruices, decidió dejar el grupo y pudo llegar con ventaja a la T2. “A partir de ahí, he decidido disfrutar la prueba", reconocía el ganador absoluto de la trigésima edición del Triatlón de los triatletas. Completaron el podio masculino de esta señalada edición Jordi García y Jesús Gomar, quien exclamaba aún en la línea de meta: “Este triatlón es una maravilla".
Sus nombres ya están grabados a fuego en la historia de Fuente Álamo. Tamara Gómez reconocía tener “mucho cariño a este triatlón y es un orgullo ganar la trigésima edición". Romo ratificaba: “Siempre que se pueda hay que venir a este triatlón".