Nadie esperaba lo que pasó en el Ironman de Mont Tremblant (Canadá). Un debutante, Cody Beals, pasó por encima del gran favorito, Lionel Sanders.
El vigente subcampeón del mundo no estuvo a su nivel habitual. Se le vio a medio gas en la bici y sufriendo mucho en la carrera a pie, llegando incluso a caminar. Es cierto que ya había avisado de que contemplaba la competición de Mont Tremblant como un campo de pruebas para chequear el resultado de los cambios que está llevando a cabo, sobre todo en el apartado de la alimentación.
Sanders no ha tardado en dar las explicaciones correspondientes para justificar este batacazo inesperado, a menos de dos meses para el Mundial de Kona.
“He recibido las lecciones que venía a recibir. He hecho un cambio dietético significativo. Creo que para mejor. Pero, para ser honesto conmigo mismo, en el proceso he debido sufrir un pequeño trastorno alimenticio. Me he obsesionado con adelgazar (en las últimas 12 semanas había perdido 4,5 kilos). Y hace dos días, cuando me desperté por la mañana, pesaba casi 73 kilos…
Estaba preparado. Mis entrenamientos habían sido buenos. Pero dije: ‘Demasiado pesado’. Así que limité mi comida durante los últimos dos días. Y esta mañana me desperté pesando 70,7 kilos. Pero esto significaba que probablemente me había quedado sin reservas de glucógeno. Era un gran problema para mí", comenta el triatleta canadiense en el vídeo que ha publicado en su canal de YouTube (abajo).
“La natación no fue buena. En mi caso, las condiciones fueron las más difíciles: sin neopreno y en agua dulce. Esto me consuela un poco.
Pero estoy orgulloso de mí mismo: quería tirar la toalla. En la bicicleta me sentí tan mal. En la última hora empujé 220 vatios, que es una cifra baja en competición. Fue muy duro. En una de las subidas casi tuve que ponerme a caminar con la bici. No tenía suficientes piñones. Llevo 42x25. La semana pasada hice 289 vatios durante cuatro horas a 110 pulsaciones por minuto.
He estado entrenando muy bien, lo que indica que estoy en mejor forma que el año pasado.
Pero no estoy molesto. No voy a volver a mi dieta, aunque descarto la idea de que hay que estar súper delgado. Probablemente, para mantener mi ritmo de carrera ideal tengo que pesar alrededor de 73 kilos. Eso es todo. Es la gran lección que creo que aprendí.
A mitad de carrera miré a Erin (su esposa) y le dije que abandonaba. Pero es una falta de respeto. Así que pensé: 'Maldita sea, vas a caminar para llegar a meta'. Y caminé un par de veces. No me siento avergonzado por ello. Es una cura de humildad. Eso es exactamente lo que me ocurrió.
No quería aprender esta lección en Kona. Sabía que estaba haciendo muchos cambios y era necesario probarlos antes. Estas experiencias valen igual o más que una victoria.
No voy a hacer ningún cambio en los entrenamientos. No creo que sea necesario, pero lo que sin duda voy a hacer es comer más calorías, comer más carbohidratos. He estado comiendo toneladas de frutas y verduras, pero me he saltado los carbohidratos. Lo que he experimentado ha sido simplemente una bajada de glucógeno.
Si no hiciera triatlón, probablemente pesaría 135 kilos. Estaba comiendo de una forma poco saludable. Y me gustaría llegar a viejo y tener calidad de vida. Y poder hacer deporte cuando sea mayor. Por lo que los cambios en la dieta eran necesarios. Y estoy aprendiendo. Estoy totalmente dispuesto a hacerlo porque es bueno para mi vida, no solo para el triatlón.
Necesitas recibir una cura de humildad antes de ir a Kona porque, si no, Kona te humillará. Yo trabajo bien en la derrota. Me hará más fuerte", concluye Sanders...