La medida sexista del Embrunman

Este jueves, como cada 15 de agosto, se disputa el mítico Embrunman. En 2019, la prueba alcanza su 36ª edición. Son muchos los que aseguran que se trata de uno de los triatlones de larga distancia más duros del mundo. En total, son 232 kilómetros: 3,8 de natación en el lago de Embrun, con neopreno y a oscuras, ya que la prueba comienza a las 6:00 de la mañana; 188 de ciclismo en los Alpes franceses, con casi 4.000 metros de desnivel positivo, incluida la subida al Izoard (2.346 metros); y 42 de carrera a pie, con más de 800 metros de desnivel.

Posiblemente, estamos hablando del triatlón de larga distancia más importante del planeta, sin contar los que pertenecen a las grandes franquicias: Ironman y Challenge. Allí se gestó la leyenda de Marcel Zamora, capaz de conquistar la prueba hasta en seis ocasiones, la última vez en 2017.

Sin embargo, el reglamento de un evento con tanta relevancia y tradición todavía mantiene un trato desigual para hombres y mujeres en lo que respecta a los premios económicos. Una medida sexista que sigue vigente en 2019 y que la temporada pasada, por ejemplo, sufrió Judith Corachán, que logró la medalla de bronce pero que no recibió la misma cantidad en metálico que el tercer clasificado de la categoría masculina.

Dicho reglamento, estipula dos tipos de premios. Por un lado, están Todas las categorías. Se conceden premios en metálico a los siete primeros clasificados: el ganador se lleva 25.000 euros; el segundo, 15.000; el tercero, 11.000; y así hasta los 2.000 del séptimo. Estas posiciones siempre las copan los hombres. En 2018, la primera mujer, la australiana Carrie Lester, acabó en el puesto 11º de la general, fuera de las plazas con dotación en metálico.

Mientras, en categoría femenina solo se premia a las cinco primeras: 19.000 euros para la campeona; 11.000 para la segunda; 9.000 para la tarcera, como en el caso de Judith Corachán la campaña pasada; 6.000 para la cuarta; y 3.000 para la quinta.

En España, el Senado aprobó el pasado mes de noviembre por unanimidad la toma en consideración de la proposición de ley para la eliminación de las desigualdades entre hombres y mujeres en los premios deportivos.

La iniciativa propone establecer en la ley de igualdad que los premios deportivos subvencionados o financiados por la Administración Pública deben ser iguales para las mujeres y los hombres cuando se trate de la misma modalidad, disciplina y categoría. La normativa se aplicará tanto en competiciones profesionales como a las no profesionales.

En el plano estrictamente deportivo, Judith se presenta como una de las candidatas al triunfo. “Llego a Embrun con muchas ganas de disfrutar de un triatlón único pero con mucho respeto por su dureza. Sin duda es una prueba de supervivencia en la que hay que regular muy bien y olvidarse de la competición. Así lo creo, así lo hice el año pasado y espero volverlo a hacer. Acabar es todo un logro y quiero hacerlo con garantías”, comenta la triatleta catalana desde Embrun.

Las belgas Tine Dekers, ganadora en 2017, y Alexandra Tondeur, vigente campeona del mundo ITU de Larga Distancia, serán sus principales rivales, así como la estadounidense Lisa Roberts y la suiza Emma Bilham.

En la categoría masculina compiten Víctor del Corral, Erik Merino, Pello Osoro o Carlos López. En total, hay más de mil triatletas inscritos.