Dentro de tres semanas, el próximo 10 de septiembre, Javier Gómez Noya afrontará su principal objetivo de la temporada, el Campeonato del Mundo Ironman 70.3 de Chattanooga (Estados Unidos). Mientras se prepara en Pontevedra para esta prueba y para la Gran Final de Rotterdam (Holanda) de las Series Mundiales de Triatlón que se disputará siete días después, el triatleta gallego ha analizado en La Voz de Galicia lo que ha sucedido en las últimas carreras y lo que puede ocurrir en las próximas.
En la prueba de Montreal (Canadá) regresó el formato olímpico y, con él, el mejor Gómez Noya, que se hizo con la victoria. "En cuanto a tiempos, estoy a mi mejor nivel. En distancia esprint, sí veo gente capaz de ir muy rápido. En condiciones normales, Mario es el que más corre pero, si estoy bien, puedo tener opciones; y en olímpica, puedo ganar a cualquiera en cualquier tipo de carrera. Ahora hago más bici. En Montreal corrí tan bien porque en la bici estaba tan fuerte que no me pasó tanta factura como a otros. En una carrera dura, saco más beneficio", ha explicado Javi.
Después de su triunfo en la segunda cita canadiense (en Edmonton, una semana antes, se impuso Mario Mola), Gómez Noya ocupa la segunda plaza de la clasificación general, por detrás de Mola, su principal enemigo en la lucha por el que sería su sexto Mundial. Sólo quedan dos pruebas: Estocolmo (Suecia) el próximo fin de semana, donde no estará Javi; y Rotterdam el próximo 17 de septiembre. "Si él juega bien sus cartas, es muy difícil. Yo en la final quizá tenga que ganar y que él no sea ni sexto. Si él en bici se guarda para correr, acaba cazando a muchos y le vale para ser cuarto o tercero. Habrá que intentar apretarle lo que se pueda y ver cómo responde".
La rivalidad deportiva que llevan manteniendo durante las últimas campañas no ha hecho sino fortalecer su amistad: "En Montreal salimos juntos a entrenar antes de la carrera y hablamos de entrenar juntos a final de temporada o irnos de viaje. Con Mario no tengo solo relación de compañero de selección, sino de amistad".
Y como ya ha advertido en alguna ocasión, el paso definitivo a la larga distancia se producirá en 2018: "Si quiero ir a Hawaii, no debo esperar demasiado. Y después veremos si me gusta. Pero no descarto volver luego a la olímpica. Las dos carreras más ilusionantes a medio plazo son Hawaii y Tokio, pero son casi incompatibles. Tendré que decidir".